Dedicado a: Silvia, mariaisagaviria9421, Kathyacruz, Ximenapajarito, yusmelisbello, DiantnisMustelier. Por comentar el video de YouTube, beshos de shaliva :D
Capítulo 50: Separados
MAXIMILIAN HOFMANN
Todos los terroristas del grupo Giraffen se desaparecieron como neblina que crece y se disipa; de un momento a otro. El lugar era un caos, revisé los daños, muchos heridos, muchos muertos. Mi equipo estaba casi completo, pasé por los otros grupos de los comandantes viendo los daños, pero lo único que me preocupaba era que no veía a Jana en ningún lado.
Se suponía que este viaje era seguro, pero ese maldito grupo terrorista estaba mandando todo a la mierda. Vi a Freddy vendando su brazo donde tenía un roce de bala, él alzó la vista cuando me vio.
—¿Has visto a la doctora Clark? —pregunté.
—Yo estoy bien —ironizó—, y a tu mujer no la he visto tampoco a tu socio, estoy ocupado vendando mi brazo, ¿puedes creer que uno de ellos me mordió? Y aún no supero que no me hayas contado de ustedes.
—No hay nada que contar —repliqué.
—¿No hay nada que contar? —repitió mirándome— Te metiste con la novia del doctor Gustin en sus narices, después de tantas veces que te lo pregunté y me lo negaste, pero ya yo lo sabía es que te conozco demasiado.
—Si lo sabías no sé qué tanto me cuestionas. —respondí.
Freddy abrió la boca para replicar, pero su mirada se desvió pareciendo ver algo más allá de mí y dijo:
—Ahí está tu socio.
Voltee observando a Donovan, parecía que se había caído, toda su ropa estaba sucia al igual que su cara. Me acerqué a él, apenas me vio se detuvo en su lugar, su ceño fruncido como si creyera que lo iba a golpear como antes, pero habían prioridades.
—¿Dónde está Jana? —solté.
Él abrió la boca pero después la cerró, su ceño se frunció aún más y se cruzó de brazos.
—No lo sé ¿no deberías saberlo tú? —soltó enojado.
Di un paso más cerca de él y Donovan se sobresaltó asustado hacia atrás.
—No te pases de listo. —repliqué entre dientes.
El teniente Sebastián Gómez corrió hacia mi, distrayendome.
—Comandante, se la llevaron —dijo pareciendo quedarse sin aliento—, de lejos vi que se llevaron a la doctora Clark, vi que también se llevaron a la coronel Indira, intenté ir por ellas pero, se fueron demasiado rápido, creo que el objetivo eran ellas.
Sentí una presión en mi pecho al escuchar que se la habían llevado. Secuestrar a uno de los arqueólogos y a una coronel no parecía haber sido al azar, esto fue a propósito, ellos querían sabotearnos, querían nuestro objetivo. Apreté los dientes, mi rostro rojo, la ira hizo que rompiera un arma que tenía en la mano queriendo pulverizar los trozos, abrí la mano lentamente y los restos cayeron al suelo.
—Ellos la quieren, eran lo que querían tras tantos ataques —dije entre dientes—, llegar al tesoro con nuestros mapas e intérpretes.
Tenía que mandar una reunión de emergencia con los comandantes, esto era un riesgo para nuestro proyecto, esos hijos de puta no iban a salirse con la suya, mucho menos cuando tuvieron el descaro de tocar a Jana.
—Igual no hace falta, estoy yo —dijo Donovan—. Podemos llegar antes que ellos al otro extremo del Golfo Pérsico.
Lo agarré del cuello de la camisa en un simple movimiento, él jadeó cuando sus pies dejaron de tocar el suelo, sus manos en la mía intentando zafarse, pero la ira me inundaba la vista.
—Si encuentro que tuviste que ver en esto —dije clavando mi mirada en la suya—, voy a matarte.
Lo solté con desprecio, él dio un traspié pero logró estabilizarse antes de caerse.
—Teniente Gómez —le dije a Sebastián—, llama a los comandantes, reunión de emergencia.
—Sí, señor.
Me di la vuelta para ir al punto central. No podíamos dejar a Jana en sus manos. No cuando ella era la pieza más importante de esto.
En cuanto averiguara donde estaba Jana iba a hacer explotar a cada uno de esos malditos por atreverse a tocarla.
JANA CLARK
Oscuridad...
—Ana.
Voltee pero no lograba ver nada, todo estaba oscuro.
—¡Papá! —grité.
—¿Qué haces aquí? —su voz era como un eco que resonaba en la oscuridad.
—¿Por qué no puedo verte? ¿Por qué no puedo ver nada?
Sentía que tenía un nudo en la garganta.
—Tienes que irte, Ana.
Sentía que caminaba pero, ni siquiera sabía por donde iba.
—¿Donde estás? —susurré, no encontré ninguna respuesta.
Una intensa luz me cegó, nubes grises empezaron a envolverme y entonces, Maximilian estaba frente a mí, sus ojos azules profundizándose en los míos enteramente oscurecidos, jadee, él estaba desnudo, su musculoso torso lleno de tatuajes, dio un paso hacia mi acortando la distancia entre los dos.
—Maxi... —susurré, su mano envolvió mi cuello, mordí mi labio inferior cuando se inclinó hacia mí.
—Vuelve a decirlo. —su voz ronca.
—Max...
—Eres mí mujer... —su nariz rozó la mía, su aliento lo sentia sobre mí boca— solo mía.
Su pecho se pegó al mío, ambos enteramente desnudos mientras deslizaba su boca por la longitud de mi quijada lentamente, bajé la mano por su torso y bajé la vista hacia su costilla donde estaba la marca, la mía y la suya estaban prendidas en fuego ardiente.
—Lo siento —susurró Maximilian a mí oído.
Cuando lo volví a mirar, él desapareció, miré alrededor, mis manos estaban brillando como sí tuviera oro, pero de un momento a otro, una serpiente oscura empezó a enroscarse, desde mis manos hasta estar a mi alrededor ahogándome, no podía respirar.
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Abrí los ojos, recuperando el aliento.
«Solo un sueño».
Mi cabeza dolía, sentía que tenía jaqueca, alcé la vista, tenía las manos atadas encima de mi cabeza, estaba colgando. Bajé la vista, mis pies flotaban, no tocaban el piso. No tenía pantalón, ni camisa, únicamente estaba vestida con mi sostén verde y mis bragas negras, mi cabello suelto alrededor de mi rostro pegado a la sangre seca de un costado de mi cara. Fruncí el ceño al ver la marca mi costilla, ya no era roja, se había vuelto color negro.
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[1/2]Hoy dos capítulos>>>
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Perdición (+21)
RomanceCuando Jana, una talentosa y apasionada arqueóloga, es elegida para un proyecto de exploración por el gobierno, no imagina que esta misión cambiará su vida para siempre cuando conoce al comandante Maximilian Hofmann; el prometido de la mejor amiga d...