Capítulo 51: La marca de cupido.

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Capítulo 51: La marca de cupido.

JANA CLARK

¿Por qué la marca había cambiado de color? Ni siquiera ardía. Miré alrededor.

—Mierda... —jadee al ver lo jodido que era esto. Estas personas posiblemente iban a matarme.

Mis brazos estaban acalambrados. Mi cuerpo empezó a dar vueltas lentas en su mismo eje, sentí que era solo un pedazo de carne colgando en una carnicería. Todo estaba tenuemente oscuro, pero noté que parecia ser un salón vacío con pequeñas ventanas que casi tocaban el techo. Seguí dando vueltas y me sorprendí al ver a la coronel Indira Merchan, ella parecía estar  inconciente, solo llevaba su ropa interior negra, en su cabeza estaba sangre ya seca y no pude evitar notar que tenía un tatuaje en la parte baja de su espalda iniciando su trasero que decía: «Urlaub».

De repente, como si hubiera percibido mi mirada ella se despertó.

—¡Scheiße! —su ceño se frunció notando todo a su alrededor, viendo que pareciamos carne en venta, me vio a su lado y murmuró:— ¿Hace cuanto estoy inconciente?

Me parecía sorprendente que ella me dirigiera por primera vez en toda la expedición la palabra, incluso llegué a pensar que se le había olvidado mi idioma.

—No lo sé —admití—, me acabo de despertar.

—Estamos jodidas —dijo mientras su cuerpo empezaba a dar vueltas lentamente—. Estas personas son inhumanas con las torturas, no tenemos salida.

Creo que nunca me imaginé que la coronel Indira tuviera personalidad ni mucho menos entrara en pánico, ella siempre parecía indiferente con todo.

—Aun no sabemos qué quieren —dije—, debes calmarte.

Ella echó su cabeza hacia atrás como si intentara ver si podía cortar las cadenas en donde estábamos colgando, intentó subir, pero sólo se caía, hasta que soltó un grito de dolor cuando en un mal movimiento casi se desgarró el hombro. Se dio por vencida.

—Lo que ocurrió con Donovan —dijo luego de varios minutos—, esa paliza se la merecía, no paraba de coquetear con otras aún frente a ti.

No le dije nada, era extraño aún para mí que ella me hablara.

—Debió dolerte. —continuó.

—Si no te importa —dije—, no quiero hablar de Donovan en este momento.

Con el calambre de brazos era en lo último que queria pensar.

—Distraer la mente —dijo Indira—, eso nos distrae de los problemas, si hablamos, se nos olvidará que los brazos duelen.

Uhm, tal vez ella tenía razón. Mordí el interior de mi mejilla y murmuré:

—Él se encargó de matar el amor que sentía por él, poco a poco...

Lo último que quería pensar era en Donovan follando con muchas chicas o en medio de una orgía, pero, involuntariamente la imagen venia a mi cabeza y extrañamente, no dolía, simplemente, no sentía nada por el hombre que creí amar por tanto tiempo.

Escuché a alguien decir que cuando tu corazón ya no late desenfrenado por esa persona que tanto pensabas amar, era porque te decepcionó tanto que logró apagar todas esas emociones en ti... Y creo que eso fue lo que me pasó con él.

—Con el comandante Hofmann reemplazándolo, obviamente no va a doler —dijo ella en tono burlón, me quedé callada, no quería hablar de comandante Hofmann con ella porque sabía que ellos había tenido algo.

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⏰ Última actualización: 12 hours ago ⏰

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