16. No lo digas, ni se te ocurra... (Maratón 2/3)

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Ben's POV

-Tranquila, estás a salvo... -dice Slender acariciando su espalda. Todo vuelve a quedar en silencio por un par de minutos hasta que Slendy vuelve a hablar.- ¿Quieres contarnos que ha pasado? –pregunta en un susurro, intentando no molestar a Leena con su insistencia.

-Creo que he tenido una pesadilla... -responde en un murmuro, aún con la cara pegada al pecho del chico.

-¿Una pesadilla? –Pregunto yo, sin poder estar más tiempo en silencio.- ¿Con qué? ¿Qué pasaba? –Leena me mira con la cabeza y duda un poco al contestar.

-Le-le prometí a Zack que no hablaría de ellos... -dice en voz baja, con el típico tono de niña pequeña. Repito sus palabras en mi mente y enseguida entiendo de qué habla.

-¿Quién era? Puedes contárnoslo, nosotros no pensamos que estás loca... -sigue negándose a hablarnos de sus pesadillas. Miro a Slender y veo la confusión en su rostro.- Leena, ¿qué Creepypasta aparecía en tu pesadilla? –al oír la palabra "Creepypasta" parece reaccionar y parpadea un par de veces antes de responderme.

-No le digáis a Zack que he hablado de esto, por favor. Quiero salir de aquí ya... -dice con voz insegura y con una expresión triste en su rostro.

-Tranquila, no diremos nada. Lo prometemos. –dice con rapidez Slender, ansioso por saber quién era. Leena suspira no muy segura y nos mira a los dos antes de hablar.

-En el pasillo, cuando estaba sola, Sonic.exe me ha atacado... No sé cómo lo ha hecho, pero me estaba hiriendo... Cuando habéis llegado -levanta la mirada y le sonríe a Slendy-, ha desaparecido y me ha dejado ahí, medio muerta. Poco después, antes de llegar aquí, me he desmayado y desde ese momento ha sido como si estuviera jugando al juego de Sonic.exe, pero cada vez que le pasaba algo a algún personaje, yo sufría igual, y poco a poco me iba muriendo. Una voz me ha susurrado que si moría allí, sufriría eternamente, ya que habría muerto en un sueño y no en la vida real. Eso me ha asustado y ha sido cuando me despertado gritando... -dice encogiéndose de hombros, creo que disculpándose por la "tontería" que acaba de decir.

-Y ayer, cuando fui a dormir a tu habitación, ¿qué pasó? –pregunta Slender, intentando descubrir el porqué del miedo de Leena de ayer por la noche.

-¿No lo oíste? –pregunta ella, asombrada, y él niega con la cabeza.- Pe-pero... Tú me abrazaste y hablaste conmigo sobre que se habían ido y... ¡Me protegiste de ellos!

-Sólo estaba protegiéndote de ti misma, ya sabes, para que te relajaras... -responde mi compañero no muy seguro de si lo que está diciendo es lo correcto. Ella se aparta de su pecho y lo mira con los ojos abiertos, aún sin creérselo.

-E-eran los animatronics, que venían a por el pastelito de Chica. ¿No oíste la canción de Freddy? ¿Sus pasos? ¿Nada? –Él niega con la cabeza.- Vale, ahora debes estar pensando que estoy como una cabra...

-¿Qué? ¡No! No es eso... -Leena suspira y se levanta de sus piernas. Se aleja de él y vuelve a sentarse en la cama. Puedo ver el dolor y la tristeza en el rostro de Slender al ver cómo se aparta de su lado, de su protección. Creo que Leena está un poco desilusionada con lo que acaba de oír, Slender le acaba de confirmar que está "loca"...

-¿Podéis decirle a Zack que ya estoy despierta y que quiero hacerme el chequeo ya? –dice con voz fría, dando por terminada nuestra conversación sobre lo que le está pasando en este momento. Y olvidando su momento de "intimidad" con Slendy, por supuesto.- Cuanto antes vean que estoy bien, antes me dejarán salir de este infierno... -dice mirando hacia la puerta, evitando hacer contacto con nuestras miradas, evitándonos. Slendy se levanta y camina a grandes zancadas hasta salir de la UCI. Creo que está enfadado por cómo ha terminado todo entre él y Leena. Creo que lo mejor es ir tras él, detenerlo y relajarlo antes de que cometa alguna locura. Me levanto de la silla y voy hacia la puerta de salida, pero antes de irme me giro y miro a Leena que está aún en la cama.

-Por favor, ten cuidado. No hables con desconocidos y no te muevas de aquí, ¿vale? Ahora vendrá Jeff, seguramente. Luego vendré yo. –ella asiente con la cabeza aún sin mirarme y me siento obligado a decirle algo sobre lo de antes.- Leena... Sabes que yo te creo, estuve ahí cuando nos atacaron los animatronics, estuve a punto de morir por su culpa. Si los animatronics existen, ¿porque no pueden existir otros, como Sonic.exe, Jeff The Killer o Slenderman? –la chica levanta la vista y me da una sonrisa agradecida. Ahora sí que puedo irme, así que empiezo a correr por el pasillo en busca de mi amigo.


Corro por los pasillos del hospital, buscando a mi dolido amigo cuando me topo con Zack acompañado de Mike y Dave.

-Ey, Ben. ¿Cómo está Leena? –pregunta Dave con un tono bastante amigable y una sonrisa en los labios.

-Bien, está bien. –le respondo con otra sonrisa amable.- Zack, quiere hacerse el chequeo ahora mismo, no soporta estar aquí encerrada. –él asiente con la cabeza, con una fina línea en los labios.

-Está bien, ahora iremos a hablar con ella. –vuelven a caminar y yo estoy a punto de continuar con mi búsqueda hasta que siento una mano coger mi brazo con fuerza. Me giro para ver qué pasa y veo a un Mike serio y preocupado.

-¿Qué pasa Mike? –pregunto curioso e impaciente, ¡necesito encontrar a Slender ahora mismo!

-Antes de que todo esto pasase, en nuestra última sesión, Leena me ha preguntado por una tal Brenda... ¿Sabes quién es? –la rabia vuelve a mi cuerpo con solo escuchar ese nombre.

-Sí, sé quién es. Por lo que más quieras, convence a Leena de que se aleje de ella. No deben tener el mínimo contacto o estará perdida.

-¿Tan mala es? –pregunta sorprendido por mi respuesta tan fría.

-Sí, sí que lo es. Si aprecias a Leena, aunque sea en lo más mínimo, debes conseguir que esa mujer se aparte de su camino. –Ahora son los tres hombres que me están escuchando. Les doy un vistazo rápido a los tres y luego salgo corriendo en busca de Slendy. Bien, ahora que tengo a Leena más protegida, voy a encargarme de otro posible problema.


Después de haber buscado a Slender por todo el hospital, he terminado en la puerta cerrada de la habitación de Leena. ¿Cómo no se me había ocurrido buscar aquí primero? Pongo la mano en el picaporte y abro la puerta que debería estar cerrada con llave. Entro y cierro la puerta detrás de mí, observo la habitación en la oscuridad y veo el pastelito de Chica en el escritorio. Doy unos pasos más hasta llegar a la cama, ya hecha, con una bandeja con comida encima. "Si no la sacan de aquí pronto, todo esto apestará a comida podrida o algo así..." Dejo que mi mente vagué mientras sigo observando toda la habitación. Veo que los cojines del sofá han estado movidos y supongo que son de cuando Slendy se quedó a dormir aquí la noche pasada. Todo es silencio hasta que oigo ruidos que vienen del baño, la ducha está encendida. Llamo a la puerta un par de veces, esperando una respuesta, pero nada. Agudizo el oído y oigo la respiración pesada de alguien. Abro la puerta lentamente y me encuentro a Slender mojándose la cabeza bajo el agua de la ducha, solo la cabeza. Por suerte, va vestido con los pantalones y no se ha quitado el "disfraz de humano", eso sí, la camisa que llevaba está hecha una bola en una esquina del baño. Me acerco a la pieza de ropa con lentitud y la recojo del suelo, intentando quitarle alguna de las arrugas que ya se han formado al no dejarla en algún lugar liso o doblada.

-No puedo más... -dice de repente, haciendo que fije mi atención en él.

-¿Qué? –no entiendo a qué se refiere.

-Con Leena... Pensaba que podría ayudarla, curarla, hacer que nos recordara, que me recordara... Cuando se ha sentado conmigo, cuando la he protegido y la he abrazado, he sentido como si todo estuviera bien, como si ese jodido accidente no hubiese pasado nunca... -Vaya, es la primera vez que oigo que habla del incendio. Nunca lo hacía por miedo a que alguno de nosotros reaccionara mal, siempre pensando en el bienestar de todos, de la familia que hemos formado.- Pero cuando se ha separado de mí, de mi abrazo, mirándome con decepción en los ojos... La realidad me ha golpeado con toda su fuerza, y me he dado cuenta de que no puedo hacer nada para salvarla...

-No lo digas, ni se te ocurra... -lo amenazo con los ojos entrecerrados, deseando que esas palabras no vayan a salir de sus labios.

-Lo siento Ben, pero es la verdad... - Mis ojos se llenan de lágrimas y ya entiendo porque está debajo del agua. Está intentando disimular las suyas. Suelta un largo y triste suspiro antes de proseguir.- Me rindo...

Recuérdame en InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora