Dedicaciones: lau_crazy y wendyMG17
Leena's POV.
Diez meses. Diez malditos meses llevo en este castillo. Poco después de que Brenda me trajera y conociera a los chicos, me encontré con el rey de la oscuridad. El mismísimo Zalgo. Él me acogió y me dio comida y asilo. Me permitió quedarme con él hasta que encontrasen a mis queridos Nick y Casey.
Durante estos largos meses he ido conociendo mejor a mis "sirvientes", tal como se llaman ellos mismos. Me han contado que ellos también han conocido a Slenderman, pero que se fueron por ciertas decisiones que tomaron un día. Nunca me han contado más que eso. Ticci-Toby, Jack y Nina son encantadores y me ayudan en todo. Alice, en cambio, es más reservada y no habla tanto. Los otros chicos dicen que no me preocupe por ella.
Brenda también ha estado muy encaprichada conmigo desde que llegué. Ha decidido que, para que no sea tan débil, aprenda algunos conjuros y pociones del libro de Zalgo que tomé de la biblioteca de Slenderman. Desde entonces he estado practicando y siento como el poder incrementa día a día dentro mí. Hace más o menos un mes que Brenda ha decidido dejarme salir con ella por las noches a buscar a mis primos. Es una gran satisfacción poder salir del enorme castillo y respirar aire puro, aunque esta parte del bosque en la que estamos es ciertamente extraña. El sonido de los grillos, la luz de la luna, la brisa, el olor húmedo de la vegetación... Todo parece tan ¿perfecto? Como si hubiese estado diseñado al milímetro. Cuando le comenté esto a Brenda por primera vez, se rio tranquila y negó con la cabeza, bromeando sobre el tiempo que había pasado dentro de esos muros.
-Esta noche es especial, Leena.
-¿Y eso por qué, Amo?
La sonrisa misteriosa en el rostro de Zalgo hace que yo sonría también. La habitación vuelve al silencio por unos segundos. Nos acompañan el acompasado ruido de las manecillas de un reloj antiguo y los movimientos de los cubiertos mientras cenamos.
-La luna hoy es de sangre.
-Eso es solo por la alineación de la Tierra con la luna y el sol. Es solo un eclipse más.
-No seas tan cuadrada, querida. ¿Ya sabes lo que dicen sobre esta luna?
-¿Qué enloquece a los hombres lobo? –bromeo divertida antes de acabar mi delicioso plato.
-No digas tonterías.
Hoy que los tres astros están alineados, tres puertas se abrirán.
Pasado, presente y futuro ante ti se mostrarán.
-Muy bonito el poema, pero yo no creo en estas cosas. -¿No creo? ¡Pues claro que no! Desde que abandoné mi vida de ensueño con los chicos para venir aquí, dejé también atrás toda creencia que no fuera útil en la búsqueda de mis niños. Aunque creo que no es la primera vez que escucho esa "profecía", o lo que sea... -Ahora, si me lo permite el Amo, me retiraré a mi habitación a descansar.
-Por supuesto, querida. Descansa. Y cuidado con la luna de sangre...
Cierro la puerta de mi habitación con llave antes de suspirar con fuerza. Esta noche Brenda ha salido al bosque mientras cenábamos, así que no he podido ir con ella. Pero ahora que veo lo cansada que estoy, me alegro por no haber ido. Me quito el vestido que llevaba puesto y camino en ropa interior hasta el baño, donde me tomo una ducha larga y relajante.
Salgo envuelta en mi suave albornoz morado y con una toalla envolviendo mi pelo. Me siento en un lateral de la cama y empiezo a secar las gotas que aun han quedado en mi piel. Mientras hago esta acción, voy mirando pequeños detalles de la habitación, como el acabado de las cortinas o las sombras que se reflejan en el techo por las velas que iluminan el cuarto. Me detengo unos segundos de más en una pequeña libreta vieja que hay encima del escritorio. ¿Cuándo he dejado yo este libro aquí? Me levanto para tomarlo y abro la primera página.
-¿Qué demonios...?
Está escrito mi nombre y hay una fecha al lado. La fecha es de hace siete meses. ¿Cuándo escribí yo esto? Empiezo a leer las páginas de este nuevo diario que ni sabía que tenía. Todas las páginas tienen mi nombre y una fecha diferente. Cuanto más leo, más me acerco a la fecha de hoy. Pero eso no es lo más sorprendente...
Cuanto más leo, más cosas descubro que he olvidado.
Decido cerrar el diario. Demasiada información de golpe. Mi mente está demasiado cansada para poder procesar todo esto. Lo dejo encima del escritorio, ya lo leeré mañana. Me pongo rápidamente el pijama, sin poder dejar de pensar en esa maldita libreta.
-Quiero leerlo mañana, pero... ¿Y si no recuerdo el libro?
Pienso en mi rutina matutina: me despierto, abro las ventanas para qué entre un poco de aire, voy al baño a asearme, me cambio y bajo al comedor a desayunar con Zalgo... Debería dejarme una nota en algún sitio para recordar el diario. Una idea brillante llega a mí. Corro de nuevo al baño y abro el cajón donde tengo algo de maquillaje que Brenda trajo hace meses para mí. Cojo un pintalabios color sangre que aún está por estrenar y lo abro. Lo tomo cual pincel y escribo en el espejo con letras enormes: ¡LEER DIARIO!
Miro mi obra de arte con una sonrisa orgullosa. Así es imposible no verlo. Vuelvo a la cama de nuevo y antes de apagar las velas, vigilo que el libro siga allí, en el escritorio. Soplo las velas y me dispongo a dormir, no sin antes ver como la luna de sangre se refleja en el techo de la habitación.
-L-na-...
Me remuevo incómoda ante la voz entrometida.
-Lee-na...
Otra vez. Abro los ojos, exageradamente cansada y al no ver nada, vuelvo a cerrarlos. Por dios, que mis pensamientos hablen más bajo.
-S-y yo... Slen-man-
-Callad.
-Slender-an-
-Que os calléis.
-Slender-man.
-¡Ya basta!
Abro los ojos con brusquedad y me siento apoyada en la pared detrás de la almohada. No veo nada, así que chasqueo los dedos para que las velas se enciendan de nuevo. Es lo que tiene pasar tanto tiempo encerrada estudiando hechicería y conjuros... No veo nada, la habitación está vacía. Cansada, bufo y vuelvo a tumbarme. Chasqueo los dedos de nuevo y queda todo a oscuras. No tardo nada en volver a dormirme.
Despierto incómoda. Miro a mi alrededor y veo que me encuentro en un dormitorio. Este parece algo viejo, pero no está abandonado. Las ventanas están cerradas y de ellas no entra ninguna luz. La cama está hecha y cubierta por un horrible cubrecama de flores. El suelo está sucio y la madera parece podrida. No sé por qué, pero esta habitación me suena de algo...
-¿Leena?
Me giro para buscar el origen de esa voz y lo que veo hace que mis ojos empiecen a llorar como ríos.
-No me lo puedo creer... Eres tú...
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Recuérdame en Invierno
FanfictionLuces y sirenas de coches policía, disparos, una casa en llamas, mi cuerpo quemándose en las cenizas, unos brazos arrastrándome hacia el exterior de la casa y un grito desgarrador que resuena en mi cabeza. Eso es todo lo que recuerdo de la noche en...