70. Slenderman no va a volver.

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El ser se acerca a la cortina y, con un rápido movimiento, quedo expuesta ante él. Ticci-Toby me mira impasible, no dice nada. En silencio, levanta la mano para ayudarme a salir con cuidado del lío de telas que hay a mis pies. Una vez fuera de peligro, levanto la vista y abro la boca para agradecerle, pero lleva su dedo índice a mis labios, obligándome a callar. Me arrastra por los pasillos hasta llegar a mi habitación. Saco la llave del bolsillo y abro la puerta con cuidado de no hacer ningún ruido. Una vez ambos dentro, siento como suspira con fuerza antes de hablar.

-¿En qué demonios estabas pensando, Leena? ¡Podrían haberte descubierto!

-¿Cómo demonios me has encontrado?

-¿No es obvio? -su pregunta me desconcierta. ¿Obvio? ¿Qué tiene de obvio? Estaba bien escondida y él me ha visto como si lo hubiese visto todo y- Oh...

-¿Cuánto llevabas espiándome?

-Pensaba que habías tenido una pesadilla, porque hacías mucho ruido. Cuando me he acercado a ver si sucedía algo malo, he visto como salías de tu habitación y te he seguido.

-Tú también has oído lo que Zalgo y Brenda han dicho, ¿verdad? ¿Lo sabías?

-No, no tenía ni idea de sus planes. Pero creo que no necesito escuchar nada más para saber cómo actuar.

Me arrastro hasta la cama y me tumbo boca abajo. Dios, la cabeza va a estallarme.

-¿Te encuentras bien, Leena?

-No.

-¿Qué te pasa?

-Todo. Durante la cena, Zalgo me ha hablado de la luna de sangre y ahora no me la puedo sacar de la cabeza.

-¿Qué te ha contado sobre ella?

-A ver cómo era... No-sé-qué tres astros alineados, tres puertas se abrirán. Pasado, presente y futuro no-sé-qué más.

-Precioso dicho, ¿no crees? -puedo oler su sarcasmo desde aquí.

-Oh, cállate. Soy incapaz de recordar la rima.

-Está bien, puedo trabajar con ello.

-¿Trabajar?

-Vamos, ya has oído lo que Brenda ha dicho. La luna de sangre te hará pensar. ¿Qué mejor manera para empezar con tu huida?

-¿Huida?

-Leena... No puedes quedarte aquí, no después de saber lo que tienen planeado para ti y los demás. Debes empezar a pensar.

-Tienes razón. Veamos... Pasado, presente y futuro... ¿Crees que puede estar relacionado con los sucesos que he presenciado esta noche?

-¿La discusión de Zalgo y Brenda?

-Sí. Ellos hablaban de la futura batalla, ¿no? Esa podría ser mi puerta al futuro.

-La teoría es buena. ¿Qué más te ha ocurrido esta noche?

-Deja que piense... Después de cenar y de que Zalgo me contase sobre la luna de sangre he venido a la habitación, me he duchado, he encontrado- ¡El diario!

-¿El qué?

-He encontrado un diario que técnicamente he escrito yo durante mi estancia aquí, pero soy incapaz de recordarlo.

-Déjame verlo. –me acerco al escritorio y tomo el libro con cuidado, pasándoselo a Ticci-Toby para que hojee un poco. -¿Y no recuerdas haber escrito nada de esto? –niego con la cabeza. -Vaya... Por lo que estoy viendo, esto perfectamente podría representar tu puerta al pasado. ¡Vamos por buen camino! ¿Qué más ha pasado?

-Después de encontrar el diario me he ido a dormir, nada más.

-¿Y la pesadilla que has tenido?

-No era una pesadilla. Más bien... ¿una charla? No lo sé, Ticci. He hablado con Slenderman.

-¿Has hablado con el Amo? Quiero decir, ¿con Slenderman? ¿Cómo?

-Ha dicho algo de conexión telepática o algo así.

-Oh, dios. ¡Esto es genial! Significa que está buscándote.

-No lo creo...

-¿Por qué dices eso?

-Porque he sido una idiota, Ticci... -mi voz se rompe y lágrimas empiezan a brotar de mis ojos. El proxy se acerca y me abraza con fuerza.

-No digas eso, ¿qué ha pasado?

-Le he dicho que no quería que viniera, que aquí estaba a salvo de él y los demás. Los acusé de mentirosos y manipuladores, pero ahora veo lo equivocada que estaba...

-No pasa nada, Leena. Él te quiere y va a seguir buscándote-

- Slenderman no va a volver. Lo he amenazado de muerte.

Despierto con una fuerte jaqueca y un ligero dolor en el pecho. Como cada mañana, corro las cortinas y abro las ventanas para que entren la luz y la suave brisa matutina. Camino hacia el baño para tomar una rápida ducha y casi me da un ataque al corazón por lo que veo. En color sangre está escrito en el espejo: ¡LEER DIARIO!

-¿Pero qué? ¿Quién demonios ha hecho esto?

Instintivamente, vuelvo al dormitorio y miro encima del escritorio, encontrándome con una pequeña libreta vieja. La abro por la primera página y veo mi nombre escrito y la fecha de hace siete meses. Sigo hojeando y cuanto más me acerco al final, más me acerco a la fecha del día de hoy. Reconozco mi letra y sé que el texto es mío, pero... ¿Por qué no recuerdo haber escrito nada de esto?

Un ligero golpe en la puerta me saca de mis ensoñaciones.

-Leena, el desayuno estará listo en quince minutos. Recuerda que el Amo odia la impuntualidad.

-Sí, Alice. Ahora mismo bajo. Gracias.

Dejo el diario de vuelta en el escritorio, regreso al baño y me ducho y aseo en un tiempo record.

Después de desayunar, Zalgo me ha avisado que tiene asuntos que atender y que estará en su estudio, junto con Alice. Brenda aún no ha vuelto del bosque y los chicos no están cerca para entretenerme. Que extraño, ¿dónde estarán?

Al encontrarme sola, decido que lo mejor es volver a la habitación e investigar más sobre este curioso diario.

Recuérdame en InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora