7. Como si me hubiera atacado una jauría de perros

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-¡Corre! –grita Ben, cogiéndome del brazo y tirando hacia él.- ¡Joder Leena, corre!

Quiero correr, huir de aquí, despertar de esta pesadilla. Pero no puedo, mis piernas no quieren moverse. Mi corazón va a mil por hora. Ahora mismo estoy viendo los cuerpos de los animatronics temblar, revolverse y cambiar. Ya no son esas máquinas simpáticas que se preocupaban por mí, ahora son malditos asesinos que no dudarán en matarme a mí, a Ben y a quién sea. Ben hace que vuelva de mi estado de shock y lo miro a la cara. Sus ojos muestran preocupación y me coge con fuerza del brazo.

-¡Leena, vámonos, rápido! –esta vez suena como una súplica. Asiento con la cabeza y corro detrás de él hacia el hospital. Entro a una habitación del hospital después de Ben y cierro la puerta. Miro a Ben confundida, pidiéndole una explicación con la mirada.

-¿Ben, que coño está pasando? –grito furiosa.

-Leena, por favor, deja que te lo cuente luego. Debo ir a matarlos antes de que te hagan daño a ti o a cualquier otro. –me abraza y me deja ahí, con ganas de contestarle. Cierra la puerta al salir y me quedo sola, otra vez. Me apoyo en la pared que está delante de la puerta y me deslizo hasta llegar al suelo y abrazar mis piernas con fuerza. Apoyo la cabeza en las rodillas y espero ansiosa a que entre Ben por la puerta, con una sonrisa triunfante o algo por el estilo. Pero no pasa nada, no se ve nada, solo se oye mi respiración irregular. A veces oigo algún ruido mecánico cerca de la puerta y me abrazo con más fuerza, nerviosa y con miedo, con mucho miedo. Recuerdo vagamente que pasaba mucho miedo cuando estaba en mi casa, sola y desprotegida. Querido celebro mío, no es momento para recordar nada, si eres tan amable de dejarlo para otro momento... Gracias...


Llevo veinte minutos sin oír nada, ni a Ben ni a los animatronics ni a nadie más. Me levanto con dificultad del suelo y avanzo hasta la puerta. La abro un poco, solo unos centímetros y miro por el agujero para ver si hay alguien. De repente, Foxy empuja a Ben contra la pared del hospital, muy cerca de mi donde estoy yo, y cae al suelo, herido. Foxy le clava el garfio en la camiseta y lo levanta, ahogándolo y golpeándolo varias veces contra la pared. Ben gira la cabeza y sus ojos se abren horrorizados al verme mirándolo todo aún desde dentro del hospital. Foxy gira la cabeza y mira en la misma dirección que Ben. Sonríe cruel y frío al verme y grita algo a los otros animatronics. Giro la cabeza hacia el bosque y veo que Freddy viene a por mí. No lo dudo ni un momento, termino de abrir la puerta y grito con fuerza para que Chica y Bonnie también vengan a por mí. Vale, en el fondo no tengo ni idea de que estoy haciendo, pero mi plan de los gritos ha funcionado y ahora tengo a tres animatronics viniendo a por mí.

Empiezo a correr en dirección al bosque, pensando alguna solución. Entro al bosque e intento no chocar ni resbalar con nada. Muchas preguntas bombardean mi cabeza: ¿A dónde voy? ¿Qué hago? ¿Cómo salvo a Ben? Entonces me doy cuenta de lo que debo hacer y me paro ahí mismo, aprovechando la ventaja que les llevo a esas máquinas infernales. Termino de pensar mi plan rápidamente. ¡Debo conseguir el pastelito de Chica para poder desconectar a los animatronics!

Vuelvo a correr, pero esta vez, en dirección a los animatronics, a Chica. Cada vez estoy más cerca de salvar a Ben o de matarme a mí. Freddy se lanza a por mí al verme tan cerca. Acelero y cuando estoy a medio metro de él, hago una vuelta algo rara y lo esquivo fácilmente. Wow, no sabía que era tan ágil. Sonrío orgullosa y sigo corriendo hacia Chica y Bonnie. Parece que el maldito conejo morado sabe lo que quiero hacer, así que se pone muy cerca de Chica y de su pastel, protegiéndolos. Mierda...

No me detengo, solo me acerco a ellos y les empujo con fuerza, apartándoles para poder pasar, mientras vuelvo a donde Foxy sigue torturando a Ben. Al verme, Foxy hace una mueca de desagrado y vuelve a gritar dejándome medio sorda. Corro hacia él y le empujo con todas mis fuerzas, tirándolo al suelo. Suelto un grito de dolor al sentir que me ha clavado el garfio en el brazo y me ha hecho una herida muy profunda y grave. No deja de sangrar y empiezo a marearme, pero no puedo parar, no ahora. Debo salvar a Ben y para eso, debo desconectarlos a todos. Giro a mirar a Ben y veo que esta con la cara llena de sangre y su pecho sube y baja con dificultad. Él también está herido, y está mucho peor que yo. Bonnie se ha acercado a Ben para continuar torturándolo como lo hacía Foxy, mientras que Freddy ha ido a ayudar al zorro pirata. ¡Ahora es mi momento! Corro con dificultad hacia Chica y consigo arrancarle la magdalenita de las manos. Se lanza sobre mí e intenta morderme, yo no dejo de moverme y gritar, muevo las manos como una loca y cojo una piedra del suelo. La lanzo hacia el bosque y Chica corre hacia ella, pensando que es su juguetito.

Recuérdame en InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora