30. Aléjate.

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Dedicaciones: MiriMorillon, Srairwin_forever y GrinnyCat1234

Estoy de espaldas al hombre, con la pequeña niña en mis brazos.

No puede ser él...

Oigo como se levanta del sofá y camina hacia mí.

-¿Leena...? ¿De verdad eres tú...?

No, no, no...

No eres tú.

Escondo el rostro en el cabello de Sally e intento calmarme.

Él sigue acercándose a mí.

Escucho su respiración muy cerca.

-Leena... Yo-

Me giro antes de que continúe la frase y le acerco la niña a los brazos para que la tome.

-No quiero saberlo. No quiero saber nada. Toma a la niña y vete.

¿Por qué?

-Pero...

-No, nada. No quiero verte, no puedo...

¿Por qué me recuerdas tanto a él...?

-¿No puedes... qué?

Niego con la cabeza.

No lo sé.

Camina hacia mí y yo intento mantener las distancias.

-Aléjate.

-No. Dime que pasa.

-No me pasa nada, déjame.

-¿Entonces por qué lloras?

-¿Qué...?

Paso mi mano por mis mejillas y siento la humedad de las lágrimas.

Él deja a Sally en el suelo y esta se va corriendo hasta desaparecer del salón.

-¿Qué te pasa Leena?

Me quedo en silencio sin saber que decir. Él decide tomarme de la mano y arrastrarme hasta el sofá. Me sienta a su lado y nos quedamos mirando en silencio. Después de unos largos segundos me acaricia los brazos y se queda mirando mis marcas.

-No m-me... No me toques... Po-por favor... -tartamudeo mareada intentando separarme de él.

-¿Por qué te fuiste sin decirnos nada? –dice tomando mis muñecas con fuerza y acercándolas a su cuerpo, acariciando mis brazos con los pulgares y mandando descargas eléctricas por todo mi cuerpo.

No me toques, me confundes...

-No te conozco, ¿por qué debería haberte dicho algo?

-Bueno, desperté en tu habitación cuando te estabas yendo. Si me hubieses dicho algo, los chicos y yo no hubiésemos estado tan preocupados por ti.

-¿Estabais preocupados por mí?

-Sí, y ni Mike ni Zack ni Dave nos querían decir nada...

-No hacía falta que me buscaseis, estoy bien...

-Ahora mismo no lo parece... ¿Y Mike? –pregunta acercando su rostro al mío, limpiando las nuevas lágrimas que caen y buscando con la mirada si está mi compañero de piso cerca.

-Tra-trabajando...

Aléjate...

-¿Tienes alguna relación con él?

-¿Qué-qué tipo de relación?

-No lo sé... Conocidos, amigos... ¿Novios?

-No, no... No estamos saliendo. Yo... Yo recuerdo que tenía un novio, pero no sé cómo es ni cómo se llama... Pero ahí está...

-Oh, a lo mejor podría ayudarte a recordarlo... -dice acercándose cada vez más, rozando muy brevemente nuestros labios, electrizando y durmiendo mi piel.

Posa sus manos en mis mejillas y acerca suavemente nuestros rostros, haciendo que nuestros labios se rocen repetidamente. En el momento que me rindo y cierro los ojos, nerviosa por el beso que debe llegar, oigo como unos rápidos y alterados pasos se acercan a nosotros. Él rápidamente se aparta de mí y se levanta del sofá, dejándome sola y con una extraña tristeza en mi interior.

No, no te vayas...

Vuelve...

-¡Big Daddy! Has venido. –Pitt sale de la nada, con una gran sonrisa en su rostro, siendo seguido por un Helen muy animado y feliz y la pequeña niña.- Sally ha tenido que despertarnos de nuestra siesta...

-Sentimos no haber sido buenos anfitriones, pero estábamos... Eh, ocupados. –añade el más joven, enrojeciendo al instante y escondiéndose en el cuerpo de su compañero.

-Ya lo veo... ¿Por fin os habéis dado cuenta de que lo vuestro debía llegar a algo más? –pregunta el hombre con traje acercándose a ellos y saludándolos con suaves golpes en la espalda.

-Bueno, sí... Pero hemos necesitado la ayuda de alguien... -dice Pitt, rascándose la nuca, nervioso.

-Oh, ¿enserio? ¿Y quién ha sido vuestro cupido? Si puedo saberlo, claro... –de repente, cuatro pares de ojos se giran hacia mí y yo subo las piernas al sofá, intentando hacerme pequeñita y desaparecer.- Vaya, vaya... ¿Así que Leena os ha ayudado? La verdad es que no me sorprende –comenta jocoso.- Podríais haberme dicho que teníais a tal belleza de vecina... -dice acercándose a mí y mi cuerpo responde ante esto, pidiendo contacto y acercando mi cabeza a su mano cual mascota cariñosa.

La sala queda en silencio por varios segundos. Pitt y Helen están en su mundo, mirándose y sonriéndose, y yo sigo esperando a que este hombre me dé alguna respuesta a porque me siento así. Cuando lo tengo cerca, siento una paz interior que no había sentido desde que desperté. Solo con esa voz...

Solo en mis sueños...

-¡Papi, papi! ¡Tío Helen y tío Puppetteer estaban haciendo cosas raras en la habitación! –Dice de repente Sally, saltando a los brazos de su padre y haciendo que me sienta vacía cuando se aparta de mí.- Y estaban desnudos... -susurra esta última frase haciendo reír a su padre con fuerza. Ríe tan fuerte y tan profundamente que mi pecho tiembla con solo escucharlo.

-Si amor, lo sé. El problema es que se quieren mucho, ¿no es así, chicos? –dice mirando divertido a la pareja y como se sonrojan.

-Y... ¡Y-y Leena se ha portado muy bien conmigo! Aunque no se acuerda de nosotros, sigue siendo muy buena... Pero no recuerda ni a sus nuevos amigos, es raro... Llama Pitt a Puppetteer, eso no está bien...

La habitación vuelve a quedar en silencio, y está vez se llena de una tensión que se puede cortar con cuchillo. Todos los hombres de la sala se miran entre ellos, nerviosos. La felicidad post-coital que llevaban Pitt y Helen encima ha desaparecido por completo. Sally solo mira a su padre confundida, sin saber que ha pasado para que todo se haya vuelto tan tenso y gris.

Recuérdame en InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora