Narra José
Sabía perfectamente lo que tenía Alicia, pero no podía decirle nada porque no quería arruinar su sorpresa, acababa de mandarle el último mensaje y digo último porque ella ya no me contestó.
—Amigo, ¿Qué tienes?.— Víctor se sentó junto a mí, aún estábamos en la habitación de las chicas, Mia nos había corrido de la cocina y ya no podíamos regresar a nuestra habitación porque desde hace media hora se habían apagado las luces del pasillo.
—Alicia me preocupa...—esto no sonó lógico.—Es decir, sé que tiene algo, a lo mejor está molesta, y yo he ocasionado eso, lo sé perfectamente porque no me "acordé" de su cumpleaños.—hice comillas remarcando la palabra acorde.
—Oh vamos José, en la mañana cuando vea su sorpresa se le pasará.—Víctor tenía razón, pero yo me había comportado como si de verdad no supiera que día era «es obvio ella no debe de sospechar»
—Es que agh, no sé si ella me lo perdone, me comporte como un idiota, si hubiera cambiado los temas o no a verle preguntado nada, todo estaría bien.
—Ya José, de verdad en la mañana a ella se le va a olvidar, ya tranquilo.—me dio unas palmadas en la espalda, estaba siendo paranoico, ella no sabía nada de su sorpresa así que a lo mejor si me perdonaría ¿no?
—Si creo que si, gracias amigo.
—Ven vamos a ver en que podemos ayudar a Mia.
—Sabes que si nos corrió de la cocina fue por algo, ¿no?
—Si, pero tiene a Zaira y a Dania ayudándoles y se que ellas tienen mucho sueño.
—Entonces quieres mandar a dormir a Zaira.—no respondió.—Oh vamos se que te gusta.—se giró a verme algo sonrojado.
—No te lo niego si me gusta, pero no digas nada.—vaya que fácil fue eso.—Pero tú no me vas a negar que te gusta Alicia.
—Si te lo niego, entre ella y yo solo hay una bonita amistad.
Creó.
—José eres bien celoso, no la puedes celar siendo sólo amigos.
—Si puedo, porque no quiero que nadie me quite mi lugar de ser su mejor amigo.—se me quedó viendo.—-Ya vamos a ayudar a Mía para que tu Julieta descanse.—me fulmino con la mirada, la verdad quería que olvidará el tema de Alicia y yo.
—Mia podemos ayudarte.—habló Víctor cuando llegamos a la cocina, Zaira bostezo y eso hizo que Víctor se encaminara a terminar la mezcla que ella estaba haciendo.
—No, ustedes sólo están jugando.
—Mia, tienes muchas energías, ellas ya no, dejalas que se vayan a descansar, nosotros te ayudamos, prometemos no jugar.—dije, ella suspiró.
—De acuerdo.
(...)
Terminamos a las dos de la mañana, yo también ya moría de sueño, sólo estábamos esperando a que el pastel estuviera listo para poder irnos a dormir, o por lo menos yo.
—Chicos.—bostezo.—El pastel ya está ¿Pueden recoger?
—Mia nosotros...—Brandon me tapó la boca.
—Si, nosotros recogemos.—Víctor y yo fruncimos el ceño, esperaré a que Mia se vaya a dormir para matar a Brandon.—No me maten, pero Mia se pone de mal humor cuando no duerme.—quito su mano de mi boca.
—Bien recojamos rápido para irnos a dormir.
—Yo ya no puedo más.—dijo Víctor y se acostó en la mesa.
ESTÁS LEYENDO
Un desconocido
ChickLit¿Dos completos desconocidos pueden llegar a ser mejores amigos? Alicia y José, dos desconocidos que con un día tuvieron para hacer una conexión. Dicen que de los mejores amigos se enamoran, ¿pero ellos serán una excepción? Ellos demostraran que no...