Capítulo 48

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Comencé a abrir los ojos, no recuerdo muy bien el momento en lo que los cerré.

—Ya está despertando.—escuché la voz de alguien.

Parpadeé varias veces hasta que la luz dejo de molestarme.

—Alicia.—dijeron varias personas al unísono.

—Estoy bien.—murmuré.

Comencé a examinar el lugar, me di cuenta de que estaba recostada en el sillón, me incorporé y visualicé a los chicos, Brandon, Martín, Víctor, Thomas, Mia, Dania, a mi lado estaban Zaira y José, estaba también la chica que Brandon había presentado, ¿Cómo se llamaba?, ¿Miriam?, no creo que no, ¿Martha?, no tampoco, creo iba con o, ¿Mónica?, Mónica eso es, se veía joven, le calculaba unos veintiocho años, tenía su cabello largo color negro recogido en una coleta alta, ojos cafés, piel bronceada, buen cuerpo, vestía una falda de tuvo color negra y una blusa holgada color vino con unas zapatillas de aguja negras, sip toda una diseñadora.

—Ya, estoy bien.—quería que dejaran de mirarme, me sentía un bicho raro ante las insistentes miradas de todas.—Ya chicos, en serio.

—Bien.—contestó creo Brandon.—Mónica puedes empezar con tu trabajo.

La recién nombrada asintió y comenzó con Mia.

—Si quieres vamos a otro lado para que estemos más cómodas.—murmuró la que estaba siendo medida, la modista le dedicó una sonrisa y asintió.

Se fueron hasta donde estaban nuestras camas, siguiéndolas Zaira y Dania. Víctor, Brandon y Martín se dispersaron en los demás sillones y encendieron la tele, José se sentó a mi lado y Thomas se quedó parado.

—Sientate Thomas, estás en tu cuarto.—me sonrió y asintió, para después tomar un lugar junto a Víctor.

—¿Cómo te sientes?.—giré mi cabeza para ver a José.

—Bien, ¿cuánto estuve desmayada?

—Unos cuantos minutos, la verdad no me percaté, pero a mi se me hizo eterno.—le sonreí.

—No paso nada, solo me sentí mareada y no recuerdo a ver cerrado los ojos.

—No quieres vestirte de porrista ¿cierto?

—No, pero una apuesta es una apuesta.

Iba a protestar pero el gritó de las chicas llamándome ya no se lo permitió.

—Ya voy.—grité.—Deja voy.

Me puse de pie y comencé a caminar con dificultad por mi tobillo.

—¿Te ayudo?

Negué con la cabeza.—Yo puedo.—asintió y se giró a ver la televisión.

—¡Alicia!.—gritó Mia.

—Ya estoy aquí.—dije con fastidio.—¿Qué necesitan?.—pregunté mientras me sentaba en mi cama para no perder el equilibrio.

Mia estaba de pie junto a Mónica, Zaira y Dania estaba sentada en la cama de Mia.

—Necesitó que me digan un modelo de como les gustaría, el color ya me lo asigno el joven Brandon.

—¿Qué color será?.—preguntó Zaira.

—Morado con blanco.

Asentimos.

—¿Entonces que modelos les gustaría?.

—¿Tú que dices Alicia?.—me preguntó Zaira, volteé a verla y me encogí de hombros.

—Miren puedo hacerles la falda con una abertura pequeña en la pierna, ¿o la quieren típica?.

Un desconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora