Capítulo 5

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El hombre se acercaba cada vez más y  José no aparecía por ninguna parte, dejando de lado que soy muy miedosa.

Los segundos se me hacían minutos y los minutos horas, no sé cuanto tiempo dure buscando a José con la mirada. Me di vuelta y trate de caminar pero no encontraba lugar hacia donde huir. Si entraba al café llamaría la atención de los presentes y no quería eso. Volví a voltear hacia la dirección del hombre que se acercaba cada vez más, mis nervios aumentaban, vamos Alicia, calmate, capaz y solo es un maestro que quiere entrar por un café de aquí, sentí unas manos en mi cintura lo que ocasionó que pegara un brincó del susto, escuché una leve risita y volteé para ver quien había sido el que me había asustado.

—José.—puse una mano en mi pecho y deje salir todo el aire que había aguantado.

Rió por lo bajo, me tomó de los hombros y al ver mi cara se preocupó y habló.

—Alicia ¿Qué pasa?

—Pasa que el hombre de allá.—me volteé para apuntar discretamente y él siguió mi dedo con la mirada.—Lleva rato viendo para acá y acercándose.

—Alicia tranquila, no dejaré que te pase nada.—asentí con los ojos cerrados y los labios apretados.

Me quedé pensando, ¿quién era ese señor? Estamos en la escuela, si yo sé que es inmensa, ¿pero por qué nos miraba tanto? No creó que sea un maestro o un intendente, ¿un trabajador quizá? Pero porque me ve tanto, no puede ser de aquí de la escuela, si fuera de aquí ya lo hubieran corrido por acoso.

—Alicia, Alicia, Alicia.—empecé a escuchar la voz de José, parpadee varias veces.

—Mmmm.

—Alicia ¿Qué tienes?.—en su tono de voz había cierta preocupación.

—Miedo.—los dije en un susurró casi inaudible que por desgracia escuchó, ya había planteado muchas posibles respuestas de quien era ese señor, pero ninguna me convencía, de verdad, no puede ser de aquí de la escuela.

Su mirada volvió a dirigirse a aquel hombre que desde donde estábamos parecía mayor, no se veía como un adolescente, después volvió a mirarme y me abrazó, tarde en responder el abrazo ya que no estaba al cien por ciento en mis sentidos.

—Alicia tranquila yo no dejaré que te pase nada.—asentí y me acurruque en su pecho.

(...)

—Alicia ¿no tienes frío?

—Créeme que si, ya me desespere no se porque no llega Zaira con mi ropa.

—Lo mismo pasa conmigo.

—Cierto aún traigo tu chaqueta.—comencé a quitarmela.—Pontela tú no vaya a ser que te enfermes.—sus manos detuvieron mi acción y volvió a ponermela.

—Así estoy bien, quedatela, yo creó que no tarda Víctor.

Asentí.

—Lo volveré a llamar para ver donde viene.—comenzó a alejarse

—José.

Volteó a verme

—¿Qué pasa Alicia?

—No te alejes mucho por favor.—supliqué.

—No te preocupes, aquí estoy.

Asentí y saqué mi celular.

Mensaje
Para: Zaira
"Amiga ¿te falta mucho por llegar?"

Tardó en contestar pero después me llegó su mensaje.

Un desconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora