Capítulo 26

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Abrí la puerta sin previo aviso y creó que fue mala idea porque Víctor la estaba golpeando y cuando la abrí el menso me dio un ligero golpe en la frente, pero como momentos atrás ya me había golpeado me dolió y creo que ahora si se me hará el chipote.

—Hola para ti también Víctor.—sobé mi frente.

—Alicia lo siento.—rió nervioso.

—No pasa nada.—aparté mi mano de mi cara.—Pasen, las chicas están aquí luego luego.

Entraron Brandon, Martín y Víctor al final, ¿y mi mejor amigo?

—Lo siento deberás.

—No te preocupes, ¿y José?.—sonrió.

—Tranquila Julieta que tu Romeo no tarda en llegar.—todos rieron, ¿tenía que decirlo tan alto?, y lo peor de todo, siento que me puse roja.

—Que mala broma Víctor. —murmuré entre nerviosa y molesta, me fui a sentar a un banco de la barra, quedando frente a los chicos que seguían de pie.

—Mala o no te sonrojaste.—se burló Brandon, diablos, no era hora de eso mejillas.

Fruncí los labios, sigo molesta con él y se burla, ¿le reclamó? ¿Si?, ya no puedo, volvieron a tocar la puerta, y me van a mandar a mi.

—Alicia ve a abrirle a tu Romeo.—dijo Zaira y volvieron a reír, golpe bajo, mi mejor amiga me traiciona, bueno, que dramática me oí, pero ella tenía que apoyarme.

Los fulmine con la mirada, todos me pusieron mirada de picardía, malditos, están viendo que sigo sonrojada y se portan así conmigo, eso no se hace, tenían razón si era José y lo peor de todo es que yo seguía sonrojada.

—Hola de nuevo.

—Hola, ¿estás bien?, estás muy roja, ¿te sientes mal?.—puso su mano en mi frente, cosa que me dolió, al parecer si se me hará un chipote y me fue inevitable no poner una mueca.

—Estoy bien.—aparté su mano de mi cara. —Pero eso duele.

Frunció el ceño.—¿Qué? ¿Esto?.—me dio una palmada en la frente, hijo de su...mamá.

—Auch, si.—crucé mis brazos.

—¿Qué te paso?, hace rato no te dolía.

—Por andar de payasa me tropecé y me pegué. —rió, me hice a un lado para que entrara, ya se me había olvidado que seguía ahí en la puerta.

—¿Cómo sucedió?.—cerré la puerta

—No preguntes. —rodé los ojos.

—Oigan novios, ¿van a seguir echando reja o pasarán el rato con nosotros?.—ya ni porque me golpea y yo no le digo a José, debería estar agradecido conmigo, mordí el interior de mi mejilla, hora que pueda buscaré un tip en internet para no sonrojarme.

—Los odio.—murmuré bajito, solamente José me escuchó y se rió el maldito.

—No les hagas caso.—me guiñó el ojo y se fue a sentar con los otros tres.

No sé si sonreír idiotamente o rodar los ojos, si la segunda, esa acción ya me sale involuntaria, me acerque a la barra, las chicas estaban en un circulo susurrando sabe que, me acerque por atrás de Zaira, al parecer ninguna se había dado cuenta de mi presencia.

—¿Qué sucede chicas?.—las tres pegaron un respingo y luego me pegaron a mi en el brazo, fruncí el ceño, ¿hoy es día de hacer sufrir a Alicia o qué?. —Si me dolió malditas.—me sobé el brazo, cómo no me va a doler si las tres tomaron turno para golpearme en el mismo brazo.

Un desconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora