Ella es mía

Me llamo Dylan

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DYLAN PDV

Día 2 ,y todo va de maravilla,excepto que no quiero hablar con nadie porque se que discutiría hasta por los temas de conversación. Estupendo ¿Verdad?

Apoyo mi cabeza en el tronco y suspiro. Maldita yo y los días en los que discuto con todos por nada. Cierro los ojos y contengo la respiración inflando mis mejillas, eso hago siempre cada vez que el mal humor me invade. Debo de "tranquilizarme" si es no quiero terminar sola en el internado por ser tachada de loca bipolar. Tomo una bocanada de aire y otra vez contengo la respiración. En los días en los que yo estaba como una bomba con la mecha corta solo había una persona que me toleraba y me ayudaba a cambiar de animo, lamentablemente ese alguien con mucha paciencia no esta aquí conmigo y no puedo llamarlo ya que esta molesto porque me fui sin previo aviso. Vuelto a tomar aire e inflo mis mejillas. Estúpido  resentido, si no fuera porque estas molesto te llamaría para que me ayudes a no llamar estúpidos a todos los que pasan por mi cabeza. Boto el aire soplando y vuelvo a respirar normal.

Abro los ojos y centro mi mirada en un arbusto frente a mi. Mi día 2 en el internado me la pase aquí, en el gran jardin al que se supone nadie viene y que resulta ser el lugar perfecto para mi en situaciones como esta, situaciones en las tengo unas inmensas ganas de cortar las cabezas a todas la personas que me contradigan o miren mi comida como si ellos se la fueran a comer.

La cosa es que no asistí a ninguna de las primeras clases de hoy, que no se cuales son porque aun no he aprendido de memoria mi horario. Esa medida, tan favorecedora para mi persona, la tome para evitar una guerra civil de palabrotas, gestos obscenos y que los idiotas adictos al Internet con los que discuta no pongan sus "Me emperra" a mis publicaciones en facebook.

Deberían darme un premio Nobel de la paz por mi contribución a la sociedad. O por mi no contribución con una guerra civil. De cualquier forma, deberían de premiar mi precaución de momentos catastróficos .

Veo al cielo y noto unas cuantas nubes blancas, las sigo con la mirada hasta que se pierden detrás de las hojas de un frondoso árbol.

Vuelvo mi mirada al arbusto de enfrente. Justo ahora, en mi cabeza loca, hay una batalla campal entre el orgullo y el ÑLMSKDNZÑGZVZH, por ver si llamo a Logan o si esperamos a que él lo haga. Que sinceramente no creo que pase porque cuando se molesta la persona más paciente, increíble y cariñosa del mundo es enserio.

Saco el celular del bolsillo de mi mochila y busco entre mis "muchos" contactos al tipo con el que necesito hablar para sentirme mejor. Bufo cuando lo encuentro y mi pulgar no puede ni acercarse un poco al botoncito verde.

Dylan, el ÑLMSKDNZÑGZVZH ganó, ya llámalo. Me digo a mi misma.

Boto todo el aire que estaba conteniendo en mis pulmones y con los ojos cerrados presiono lo que creo es el botón hacia el infierno.

Estúpido ÑLMSKDNZÑGZVZH, si no fuera porque ganaste ahora mismo no estaría comiéndome las pocas uñas que tengo gracias a mi ansiedad.

El timbre de espera suena una y otra vez mientras yo invoco a todos los santos que se me ocurren para que no conteste y me mande al buzón y así  cortar.

Por dios, creo que ya estoy mordiendo mi carnecita.

Soplo un poco y cuando ya estoy a punto de presionar el botón de salida del infierno para mis uñas escucho su voz.

- ¿Aló? - ÑLMSKDNZÑGZVZH, te detesto.

Uñas, fue un gusto.

RYAN PDV

¡Maldita sea! Tyler y su "novia del día" no dejan de hablar e intentar que yo hable con ellos. No me dejan leer, y justo cuando ya voy en los últimos capítulos del libro que se me hizo interminable en los últimos años. La pelinegra, que no se si lo es, no ha parado de mandarle indirectas directas a mi amigo, quien no se queda atrás y le sigue el juego a pesar de estar en una relación para nada espontánea con la más perra de las perras, y no, no es la directora,  es su hija: Ashley "Fresa" Anderson.