Media noche

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RYAN PDV

En las carreras se acostumbra a albergar como mínimo a quince competidores, lo que sería igual a siete grandes y medio. Seis van para el ganador y uno y medio para el organizador. Puede parecer poco pero para ser más precisos, un grande equivale a un millón de dólares americanos.

El organizador habitual es Sahario, un grupo de personas con poder ya que cualquiera no puede con la responsabilidad de cargar con tanto dinero y con tantas libertades en juego. Las identidades de los integrantes de Sahario son desconocidas, pero se sabe que uno de ellos es hijo de un político, otro de un general y hay rumores de que dentro de todos ellos, como cabeza principal, está la hija de un embajador ruso. Todos ellos usan apodos, cada uno de ellos relacionados a los dioses del Olimpo, como Zeus, Poseidón,  Hades, las tres cabezas. Mueven las influencias de sus padres para poder hacer de las suyas en las pistas, adueñarse por una noche de las avenidas publicas y salir impunes.

Cuando Sahario no está a cargo de las carreras, estás se vuelven de mas riesgo ya que no hay seguridad de que no puedas ser detenido por la policía o perseguido en media competencia. Por eso Sahario es líder en la organización y todos van a sus eventos.

Percy y yo llegamos después de la hora que se acordó, más por rebeldía que por tráfico, y a pesar de la demora aún no han iniciado las carreras.

El ambiente se nota mucho más trabajado. Hay luces de colores en puntos estratégicos, haciendo que el almacén en el que se reúnen todos luzca como un antro de primera. Tambien han colocado sofás, cosa que antes ni siquiera hubiera imaginado. La música está al tope, cosa que me sorprende, no se acostumbra a arriesgarse llamando la atención así.

Conduzco mi auto, avanzando lentamente para ver quienes de los que conozco han venido.

Noto que hay más de quince autos, y muy pocos de ellos he visto antes. No me asusta la idea de competir con nuevos, me gusta hacer que sepan quién es el que reina esto, pero sí puede llegar a ser un poco mas complicado ya que no sé que juego manejan.

Me estaciono justo en frente de la caseta dorada con vidrios polarizados en la que se hace el pago de la inscripción. En ella se encuentra sólo una persona, Dhazia, una chica alta, delgada y rubia, quien a pesar de su aspecto se hace respetar. Cómo ella es quién recibe las fuertes sumas de dinero es resguardada por cuatro sujetos que no temen mostrar sus armas. Pero ella sólo recibe y entrega, es una pieza más, las verdaderas cabezas de todo ni se encuentran aquí.

Percy sale del auto antes que yo, le entiendo, quiere hablar con Dhazia, le gusta desde aquella vez en la esa chica le rompió la nariz a un tipo que le agarró el culo.

Veo como se acerca, llama su atención y la rubia sólo le extiende la mano, como si sólo eso supiera hacer, recibir dinero. Parece que Percy le habla, pero Dhazia no responde, sólo mantiene su mano extendida.

De la guantera saco un sobre de dinero y salgo del auto. Prefiero pagar la cuota ahora que esperar a que Dhazia le haga caso a Percy.

- Dhaz - Le saludo con un asentimiento de cabeza mientras me poso al lado de Percy.

Me responde con una sonrisa - Hola - Dice antes de extender su mano. Le entrego el sobre y ella lo vacea frente a nosotros y empieza a contar el dinero.

Veo a Percy, no me mira, su vista está perdida.

- Creí que no ibas a venir - Escucho que habla la rubia. Volteo a verla y parece que terminó de contar, guarda el dinero en el mismo sobre - Una hora de retraso no es lo más prudente, pero has tenido suerte.

Ella es míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora