Niño solitario

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RYAN PDV

Un día como hoy, hace cinco años, un niño de doce años  estaba ansioso por largarse lo más pronto posible del internado con la idea de no volver nunca.

La primera semana que pasó en el internado fue la tercera peor cosa que le pudo haber pasado. La segunda es ser hijo de Dominic. El primer lugar lo tenia reservado porque sabía que lo peor aun no le había pasado.

En esa semana no habló con nadie, nadie intentaba hablar con él, nadie le tomaba en cuenta, estaba solo. Todos sus compañeros de clase hablaban, jugaban, se conocían;  eran amigos. Mientras tanto él era el que salía primero del salón para ir directo a su habitación ya que no quería que le vieran solo, él era el que no comía en el comedor porque no quería una mesa para él solo, él era el que se sentaba en la carpeta del fondo porque no tenía con quien entablar conversación cuando el profesor se tardaba, él era el que hacia los trabajos grupales solo. Él era el niño solitario.

Odió con todas mis fuerzas esa semana, la odió porque le mostró como iba a ser todo el año escolar, la odió porque le mostró lo solo que estaba sin su abuela y su mejor amigo. La odió porque no quería odiarse.

El niño pudo sobrepasar ese año con ayuda de los libros. Esos conjuntos de papel no se alejaban, siempre estaban cerca, siempre estaban disponibles,  no dejaban que se sintiera solo. Ellos fueron una especie de salvavidas que le mantuvieron a flote por todo el año.

El siguiente año comenzaba de igual manera que el anterior, la historia se iba a repetir, o eso creyó el niño hasta  que el chico de los rulos llegó. Era nuevo, nadie lo conocía, todos querían ser sus amigos, pero en vez de aceptar sus propuestas para sentarse a comer con sus compañeros o ir a jugar un partido de fútbol con ellos, él prefería pasarse el rato sentado al lado del niño que estaba leyendo, a pesar de que este no le hablara.

Pese a no hablarse el chico de los rulos no se alejaba y hablaba solo, como si el niño del libro le estuviera respondiendo. Todos los días durante un mes entero fueron así, el niño de los rulos hablando solo mientras el niño solitario leía; eso cambió en un paseo escolar en donde se debía tener una pareja y con ella jugar tutti frutti, por primera vez tenían una conversación en la que ambos participaban. 

Percy y yo fuimos amigos desde entonces (aunque para Percy ,él y yo ya eramos amigos desde que me saludo) y poco a poco me iba dando cuenta de lo parecidos que éramos en muchas cosas. Nos gustaban los autos, sabíamos cada tipo, cada marca, hasta el mas mínimo detalle, cosa que no compartía con Tyler. Él ,al igual que yo, no la había pasado tan bien el año pasado en su antigua escuela y por eso se había internado con la esperanza de que las cosas no se repitieran.

Ambos eramos, y somos, de vez en cuando inquietos. Desde el primer año  yo había dejado de hacer cosas merecedoras de castigos porque no tenia motivo. Luego del paseo escolar ,el tutti frutti mas complejo del que se haya tenia registro y volvernos amigos, Percy y yo empezamos a hacer "bromas inofensivas".

 Las llamadas de atención y griteríos por parte de las niñas se volvieron pan de cada día.

Todos los sábados me quedaba en el internado hasta entrada la noche porque en la semana le había hecho un broma a algún profesor o pegado con silicona el cabello de una niña fresa. Se supone que eso de quedarse los sábados es un castigo, para mi era una buena oportunidad de planear algo para la semana siguiente.

El internado ya no era una pesadilla más, era una forma de estar lejos de Dominic, claro que eso también significaba estar lejos de Abue.

Abue, la persona más maravillosa que conozco, la única persona de la familia que me quiere y se preocupa por mi, ella siempre ha estado para ayudar y cuidar de mi. Dominic en cambio es todo, menos un padre que le demuestra de una forma u otra cariño a su hijo, siempre recordando que por mi culpa mamá ahora no esta a su lado, que por mí mamá murió, que yo maté a mamá. Aprendí a sobrellevar su odio hacia mí hace mucho, antes me afectaba tanto hasta el punto de desear no haber existido para que mamá este aquí, pero luego de lo que Abue me contaba deje de sentirme tan mal. Mamá fue la que decidió entre su vida o lo mía, y me escogió a mi, Abue dijo que era porque me amaba demasiado para negarme vivir. También recuerdo que cada vez que Abue me contaba sobre mi mamá y su embarazo riesgoso se confundía porque en vez de hablar en singular lo decía en plural. Decía cosas como, "por ustedes ", "los amaba" , "los eligió a ustedes", luego de darse cuenta de su error unos segundos después se corregía rápidamente y cambiaba de tema a pesar de no haber terminado. Eso me parecía y me sigue pareciendo raro, pero creo que es por la edad y esas cosas.

Volviendo al tema principal, el internado se había vuelto otro de los lugares en los que me sentía cómodo...

Noto que me quede mirando fijamente el techo y empiezo a recordar como es que termine así: Se supone que estaba a punto de levantarme para ir a comer porque ya eran las doce y tenia hambre, justo había terminado por fin el libro que había estado leyendo en los últimos días, estaba por ponerme de pie cuando algo me detuvo y me puse a recordar mis primeros años en el internado.

Que raro.

Alzo los hombros restándole importancia al asunto y dejo el libro sobre la mesita de noche.

Bueno, mejor voy a comer que ya tengo hambre.



Ella es míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora