Previo al desastre

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RYAN PDV

Si soy sincero, no me considero un chico malo, no creo serlo, sólo soy de esos chicos que les gusta divertirse, aunque tal vez tengo una idea distorsionada de diversión.

Últimamente he estado pensando en dejar de leer, como que no me ayuda demasiado a hacer estupideces más seguido.

Mi tiempo libre ya no lo empleo para hacer las diabluras típicas de adolescentes, ya saben, de las que te llevan a la dirección y hacen que no te dejen salir los sábados.

En lo buenos tiempos, en los que deje la lectura para pasar tiempo con Percy y Tyler, hicimos cosas geniales, no tan malas, pero si un poco rebeldes contra el colegio. Estoy seguro que muchas de esas cosas que hicimos merecían expulsión, porque era vandalismo, pero la directora se negó a dejarnos ir tan fácilmente.

Abue me da una sonrisa antes de pasarme un vaso de jugo. Tiene esa costumbre de ser ella la que me sirva el desayuno, aunque en muchas ocasiones le he repetido que no es necesario, que yo podía sólo. Pero ella insiste, es un amor de persona, pero es muy terca y un hueso duro de roer, por no decir casi imposible.

- ¿Y como te ha ido, diablillo? - Pregunta Abue, con ese tono tan amigable que me gusta.

Sigo con la vista en mi jugo, me hace sonreír ese apodo, siempre que puede me llama de esa forma. No sé de donde rayos salió, pero que ella lo diga me suena a que es por una buena razón.

- Como siempre, Abue - Respondo sin más. No es que no quiera contarle algo, pero simplemente no tengo nada que contar.

Suelta un suspiro, lo que me hace levantar la mirada. No se le ve molesta o decepcionada, simplemente tranquila.

- ¿En que estás pensando eh? - Pregunta con diversión, me conoce bien. Sonrío, achinando los ojos. Lo hago cada vez que no le voy a decir algo, o bueno no tanto. Pasa su mano por mi cabello - Ay, sólo espero a que no me llegue una citación.

Asiento antes de tomar la decisión consiente de volver a las andanzas tan divertidas que me he perdido el año anterior.

TYLER PDV

Adoro a mi mamá, es de esas pocas personas a las que les guardo un respeto sincero, se lo ha ganado, pero en serio detesto que me lleve al internado, como que me incomoda un poco porque ella no se queda tranquila con dejarme en la entrada como lo hacen los demás padres, sino que siempre insiste para ingresar conmigo, cosa que por suerte las personas que se encuentran en la entrada no suelen aceptar.

Aunque eso no impide que me llene de besos hasta que ya es hora de despedirnos, que es cuando suelta unas lagrimas. Mamá es algo dramática, pero la amo y no pienso evitar que lo haga porque eso la hace ella.

Mamá no deja de cantar una canción de suena en la radio, lo hace con sentimiento, lo que me hace sonreír. Me gusta que sea así, espontanea y libre, aunque con papá se modera, lo que me molesta.

Veo hacia adelante y el internado se va acercando, voy tomando mi mochila y quitando el cinturón de seguridad.

El auto va perdiendo velocidad y se detiene un poco mas adelante del camino de piedra que lleva a la entrada.

Salgo del auto, sabiendo que mamá va a bajar para acompañarme la entrada, la espero de espaldas, viendo el gran edificio que se alza frente a mi.

Siento como alborota mi cabello y al voltear a verla me sonríe - Vamos, Ty-pie - Dice, llamándome por el apodo que me puso hace años.

Avanzo con mamá a mi lado, preparándome mentalmente para lo acostumbrado. Es algo penoso, pero por ella no me importaría ser el niño de mamá frente a todos.

DYLAN PDV

Hoy vengo con unas ganas tremendas de aprender, como que llegué a entender que este es mi ultimo año en la escuela y debo aprovecharlo. Me tomó unos minutos de la mañana adquirir las ganas para ir a la escuela, claro, luego de la charla de mi padre la noche anterior a cerca de la gran experiencia de la escuela y que se debe aprovechar al máximo.

Noto que ya estamos acercándonos al internado y mis ganas renovadas se hacen presentes cuando el auto se detiene. Pero antes de siquiera bajar me doy cuenta del pequeño acto que se realiza en la entrada del edificio.

No es común ver una madre como la que está en la entrada, llenando de besos la cara del chico que sonríe bonito.Es tierno, ella toda eufórica por despedirse de su hijo y él todo rojo y sonriente ,tanto por el labial como por el público que tiene.

Bajo del auto luego de que Logan le paga al taxi y mientras mi mirada sigue en el pequeño espectáculo que hay en la entrada. Papá se negó a dejar que Logan se compre un auto, dice que en su casa deben seguir sus reglas y Logan sólo acató, aunque a regañadientes. Sé que no le gusta que lo lleven, y menos si debe pagar por ello.

- ¿Y como se siente? - Me burlo de mi primo. Es genial poder reírme de algo que hace Logan. Veo como guarda de mala gana su billetera.

- No diré nada - Es lo único que se dice antes de caminar hacia el internado.

Camino detrás de Logan con un sonrisa que se crece cuando veo el ultimo beso que le da la que creo que es la mamá de Tyler.

- Adiós, ma - Llego a escuchar mientras me acerco y él se aleja. Veo como su mamá suelta unas lagrimas. Es muy tierna y guapa.

Quiero acercarme a él, debo devolverle la chaqueta pero siento como tiran de mi y me pasan un brazo por los hombros.

-¡Sonrían! - Escucho decir y el flash de una cámara me ciega - Muy lindos, gracias - Escucho la voz de una chica y luego que el efecto del flash pasara, pregunto que acaba de pasar.

- Fotos para el anuario - Responde Logan con simpleza. Aun estoy confundida ¿Anuario? pero es inicio de año, ni si quiera conozco a mis compañeros - Eso dijo - Agrega Logan.

Busco entre los estudiantes a una chica con una cámara, pero no logro verla - ¿Le tomó fotos a alguien mas? - Pregunto, extrañada porque hasta hace un instante no hacia visto a nadie tomando fotos ni nada parecido.

- Creo que no - Responde Logan mirándome igual que yo lo hacia hace unos instantes. Confundida, ingreso al internado y acompañada de Logan me dirijo al comedor, lista para poder devorar lo que se me ponga en frente. Tengo hambre.

Ademas, para aprender se necesitan energías y como que la comida te ayuda con esas recargas.



Incógnita Flx



Ella es míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora