Ella es mía

Viaje espacial

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RYAN PDV

Resulta cómico como es que puedo llegar a tener reacciones tan opuestas respecto a situaciones similares. En ocasiones me encuentro lo suficientemente atento como para reaccionar de inmediato a lo que sea que suceda, y otras en las que simplemente me dejo ir a la luna, a la espera de que sea lo que sea que esté ocurriendo termine para regresar.

¿Y a qué viene esto? Pues básicamente el incidente con cierta castaña puede entrar en la categoría de Viaje Espacial, yo estando ahí, pero sin haber estado con la atención crítica con la que siempre me presento al mundo. Recuerdo perfectamente el momento, y ahora con las defensas renovadas después del accidente, puedo atar cabos y querer que todo sea una gran coincidencia.

¿Dylan conociendo a Percy? ¿Percy conociendo a Dylan? ¿Yo teniendo que ver con alguien que tiene que ver en asuntos de Percy? Vaya mierda de pequeño mundo que es este.

Desde que esa información pudo ser debidamente procesada, no he parado de dar vueltas a lo largo de mi habitación, tal vez ya esté a punto de hacer un agujero en el piso, aunque la puesta del sol que se ve por mi ventana me confirma que no ha pasado tanto tiempo como creía.

¿Qué más sigue? ¿Tyler también debe unirse a la ecuación? Aunque en ese aspecto si me encuentro aliviado, Tyler resulta ser mucho más predecible a diferencia de Percy, quien siempre tiene una que otra cosa que esconder. Así que, si mi amigo castaño tuviera que ver, yo ya debería saberlo. Aunque la chaqueta...

Después de una larga craneada al respecto, no llego a otra conclusión más que llamar a Percy, es el único que puede aclarar este lazo que lo une a la castaña.

Una telefoneada loca y ya tengo a mi amigo de rizos saludando alegremente con ruidosas risas de fondo. Ha de estar con sus hermanos.

- No sé por qué, pero siento que no me llamas porque me extrañas - Dice en medio de una risa - Vamos, dime que me equivoco y que desde ahora en adelante voy a recibir dos llamadas diarias tuyas.

Río entre dientes ante su comentario. Que bien me conoce. Lo llamé esta mañana para saber cómo estaba, más por curiosidad que por preocupación, mi amigo siempre resulta una roca ante casi cualquier cosa - Tengo dudas- Digo mientras me recuesto de espaldas en la cama. Hace un sonido nasal cantarín y tomo eso como invitación para continuar - ¿Quién es Dylan? - Mierda, no puedo llegar a ser más especifico, no sé cuál es su apellido.

- Hey, niño listo ¿Tienes idea de cuantos sujetos llamados Dylan conozco? - Pregunta con sorna mientras se llega a escuchar el sonido de una manzana siendo mordida - ¿Apellido? - Cuestiona con la boca llena.

Quiero recordarle su mala educación por hablar mientras come, pero eso no va a hacer nada más que desviarme del tema - Pues...- Y en ese breve lapso de reflexión caigo en cuenta de un dato más que relevante - Es la chica.

Parece pensarlo mientras continúa masticando su manzana, dura unos segundos así hasta que lo oigo tragar - ¿No es tu amiguita pues? - Y ahí me doy cuenta de lo mal formulada que está mi pregunta.

-Necesito saber de dónde mierdas conoces a Dylan -

- Y yo necesito que le bajes a tus revoluciones, bro - Responde rápidamente. Oigo como da otra mordida- El día de la fiesta...sí, ese día ¿Recuerdas? T-Te conté que la conocía d-de el...pues nuestros papás son soo-amigos -

- ¿El día de la fiesta? - La dichosa fiesta que no recuerdo, ese es el día más borroso que guardo en mi memoria. Tengo pequeños fragmentos de recuerdos, pero nada que resulte coherente ¿Se supone que Dylan estuvo ahí ese día? ¿Se supone que yo sabía que ellos dos se conocían?