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BESO AL FINAL DEL ARCOIRIS

Casi siempre lo veía acompañado de una chica, y esas veces que aquella chica estaba West se mantenía al margen de los problemas, aquellos en los que le vi en muchas ocasiones. Lo primero que pensé era en que se trataba de su novia. 

Es ridículo, pero no importaba cuantas veces viera a la muchacha rondar cerca de West, no podía recordarla. Su único distintivo era su melena castaña, después de eso, todas y cada una de las veces que la veía era como si fuera la primera vez. 

El hecho de observarlo ya era demasiado extraño aunque en ese entonces me parecía el gesto más natural del mundo.

Aunque todo mi casi acoso se fue a la mierda cuando al parecer me notó observarlo. No lo sé a ciencia cierta, pero sí sé que de la noche a la mañana ya me era casi imposible encontrarlo.

Una de las fiestas a las que tanto él como yo acostumbrábamos a ir, por fin pude verlo, su presencia fue más notoria que las ultimas veces, la chica no estaba a su lado. Era como si con ella no pudiera desatarse. 

Lo vi bailar, lo vi tomar, lo vi besarse a cuanta chica se le pusiera en frente, pero más que nada, lo vi rondar por todo el lugar. Todos lo saludaban, todos le sonreían, todos se divertían con él, todos parecían sus amigos. 

Todo iba como si nada, o eso era hasta que yo, en mi falta de discreción, dejé mi observación desde la lejanía para acercarme más de lo debido cuando noté que West se dirigía a un pasillo apartado que parecía conducir a los baños. 

No sé exactamente que estaba pasando por mi cabeza, quiero culpar al alcohol, pero antes de siquiera poder preguntarme porque mierdas me acerqué tanto, yo ya me encontraba acorralado contra una pared, con el cuello siendo presionado.

- ¿Quien eres y porqué verga me sigues? - Su mirada fulminante no me dejaba dudar, una mala respuesta y terminaría igual o peor que uno de los tipos con los que se peleo.

- No te seguía - Es lo único coherente que logro formular. Era una respuesta estúpida, pero la falta de oxigeno en mi cerebro no ayudaba.

- ¿Crees que no te he notado? Eres demasiado obvio, bro - Dice entre dientes. 

-¿Quien es la chica que te acompaña? - No sabía que más decir, no sabía que más hacer. No me importaba terminar golpeado, pero si me importaba haber sido descubierto.

-A ella ni la veas - Dice ahora más colérico, haciendo más presión en su brazo, si es que eso fuera posible.

- ¿Por qué? Es tan linda que sería una pena que le pasara algo malo - No sé que mala idea había pasado por mi cabeza, pero esa es la misma que provocó que yo lanzara una amenaza vacía, sin fundamento alguno, yo ni recordaba a la chica.

- Ni se te ocurra tocarla - Responde rápidamente - ¿Quién eres?-

-¿Eso importa? - No sé de donde saqué los huevos y las palabras, yo era el que tenía las de perder.

Una amenaza latente era lo que se podía ver en la mirada chocolate de West - ¿Qué quieres? - Pregunta.

Para ese momento, tanto el alcohol en mi sistema como la falta de oxigeno a mi cerebro hicieron su trabajo - ¿Qué puedes darme? - Y antes de tener el tiempo suficiente para poder asimilar lo que dije, pensar bien en que tipo de pregunta, en que tipo de tono estaba usando, veo como West baja la mirada por una milésima de segundo y la regresa a mí con una sonrisa torcida. 

- Ya veo - Responde con diversión. Por fin noto un poco menos de presión sobre mi cuello, pero no quita su brazo. Mis sentidos no están al cien por ciento, pero logro notar como saca algo de su bolsillo y me lo muestra. 

Una pastilla de colores se pasea ante mí. Me sorprende la rapidez para con sus cambios de humor, pero lo dejo pasar. 

Vuelvo mi atención al chico frente a mí, mantiene la expresión divertida, casi de burla. Escucho como suelta una carcajada antes de meter la pastilla en su boca y robarme el aliento con un beso que no esperaba.

Y otra cosa que no esperaba era mi respuesta, la cual no se hizo esperar. No es nada tímido, no es nada suave, no es nada exploratorio, eso era un descargo a base de  mordidas, succiones y  choques de dientes. En ese momento eramos todo menos parte de un beso.

En ese momento, Logan West me dio algo que no sabía que necesitaba pero tan rápido como empezó el intercambio de saliva se terminó de un empujón.

- Si quieres más, sólo pide como una persona normal - Veo como se acomoda la ropa y pasa una mano por sus labios - Con plata en mano y diciendo por favor - Me da una ultima mirada, una en la que no logro ver nada más y se va. 

Mi respiración no logró calmarse hasta minutos después, mientras voy cayendo en cuenta de la mierda de la que acabo de ser parte. 






Ella es míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora