Problemas

2.1K 110 6
                                    

DYLAN PDV

Maldigo mentalmente a Ryan en estos momentos. Quiero ayudarlo y todo, pero no deja que lo haga a mi manera.

El ojiazul de la pulsera amarilla se ha negado rotundamente a pedir ayuda a sus amigos. Mi yo rebelde y poco respetuosa le quitó el celular del bolsillo para poder contactar al tal Percy, pero Ryan, el chico listo, tenía la contraseña activada hasta para hacer llamadas.

Sin opciones, no tuve otra idea mas que sacar a Ryan del lugar,lejos de quien sea que le haya querido hacer daño. Me enferma pensar en que hubiera pasado si no lo hubiera encontrado.

Aprovechando que Ryan no ha caído en desgracia, aun, le indico que por nada del mundo suelte mi mano una vez salgamos del baño, no quiero perderlo en ese estado, me responde con un asentimiento y eso es suficiente para mí. Suelto aire en un suspiro, tomo una de sus manos y sin esperar más salgo del baño con Ryan detrás.

***

-¿A donde vamos?- Pregunta Ryan, con tono cansado, segundos después de poner uno de sus brazos sobre mis hombros. Creo que ya lo estoy perdiendo, cada vez tiene el paso mas lento y pesado.

-Ni yo lo sé - Respondo con sinceridad y una mueca. Tiene razón en preguntar, hemos caminado casi dos cuadras, pero sin tener a donde ir realmente.

Una idea cruza por mi cabeza, pero no puede funcionar si me responde que no, lo que ruego que no suceda.

- ¿Has venido en auto? - Detengo el paso. Ryan ha estado poniendo casi todo su peso encima de mi, y muy fuerte no soy.

Asiente, parpadeando lentamente, medio adormilado. Quiero volver a preguntar, cuando de sus pantalones saca unas llaves que empieza a pasear en mi cara con una sonrisa que no había visto antes, ojos achinados y boca cerrada, tan angelito que parece demonio disfrazado. Me pregunto cuantas veces más me regalará una de esas.

Bueno, al menos ya tenemos destino.

***

-Llegamos - Suelto en un suspiro, tan aliviada de ya no tener que, literal, cargar a Ryan al rededor de tres cuadras. Agregando también las dos paradas que tuvimos que hacer por las necesidades fisiológicas de Ryan.

No responde, pero con la poca consciencia que tiene me ayuda no estorbando cuando intento abrir el carro. 

A penas abro la puerta, Ryan se deja ir, cayendo como si fuera un costal de papas en el asiento trasero. 

Me siento mejor, Ryan a salvo y yo sin necesidad de cargar el doble de mi peso. Ahora no parece tan malo el trayecto hasta acá.

Suelto otro suspiro. Creo que esta noche he soltado muchos. A pesar de saber que Ryan esta más seguro aquí, no sale de mi cabeza que no puede estar solo, mejor dicho, no quiero que este solo y después de todo por lo que hemos pasado esta noche, no es tan extraña la idea de querer quedarme con él. Ademas, ya tenemos la confianza suficiente, le he visto devolver la cena. 

- A ver, acomódate, debemos entrar los dos - Le empujo un poco las piernas. Creo que ya lo perdí del todo. Como puedo me siento y sin pena alguna agradezco en voz alta lo espacioso que resulta este carro.

Hasta el momento en el que no estuve sentada, no noté lo agotada que estaba y poco a poco, acomodándome, me dejo llevar por el sueño que me inunda. En medio de la casi inconsciencia noto como Ryan se mueve y ahora usa mis piernas de almohadas. Con este ultimo acto, me dejo llevar por el cansancio.

Ella es míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora