Inútilmente útil

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Inútilmente útil

La alarma sonó antes de lo previsto, me asusté al escucharla y me sacudí en la cama, abriendo los ojos con sorpresa. ¡Maldita sea, estúpida alarma! ¿Por qué sonaba tan temprano? Sentía que mis parpados se cerraban por si solos, no quería luchar contra ellos, sabía que el sueño ganaría. Me senté en la cama y me estiré haciendo que mis músculos engarrotados se pusieran en funcionamiento con desgana. Moví mi cabeza para ver la hora, 12:01pm... ¡Maldición! ¡Cómo es que me había levantado tan tarde!

Los entrenamientos de gimnasia empezaban a las dos de la tarde, pero tenía que alistarme antes, no podía confiarme en el tiempo. Me levanté rápidamente como un tipo de carrera de atletismo, me dirigí al cuarto baño, tomé una ducha caliente y relajante, me puse un conjunto deportivo de color negro, me lavé los dientes, cepillé mi cabello y salí en busca de algo para comer, tenía mucha hambre, no había cenado y el tiempo del desayuno había pasado. Pero mi estomago pedía a gritos algo que consumir, me parecía una bestia salvaje tratar de salir de mi abdomen, sentí un poco de pena por él al escucharlo suplicar.

Bajé las escaleras casi corriendo y traté de brincar los cinco últimos escalones, pero al parecer no calculé la fuerza de mi salto, la cual era muy poca y sabia que no llegaría al final, pensé en milésimas de segundos meter ambos pies en el delgado escalón para tener mayor apoyo y estabilidad, así podría solamente caerme contra el piso, en vez de lesionarme o fracturarme al caer con un solo pie.

Hice eso, cerré los ojos y me cubrí la cabeza con los brazos para esperar el impacto, sin embargo, esperaba que el golpe en el piso fuera mucho más doloroso, pero simplemente sentí como si algo me atrapara en seco, al no sentir la sensación de vértigo y el frio del piso, abrí lentamente mis ojos.

Me encontré rodeada por los brazos de Kale, me mantenía un poco arriba sin poder tocar el suelo, su cabeza se colocaba en la altura de mi cuello y tuve la extraña sensación de estar demasiado cerca de él, ya que podía sentir sus labios rozar en mi clavícula. Bajé lentamente la mirada para toparme con la suya, me derritieron sus penetrantes ojos verdes, los cuales me miraban preocupados.

Tuve que tomar una bocanada de aire.

—Lo siento —murmuré cerca, muy cerca de su rostro.

—¿Qué intentabas hacer? — preguntó en modo acusatorio pero noté en su voz su angustia. Tal vez la misma por poner en peligro su misión.

—Bajar más rápido las escaleras —respondí algo apenada.

Me miró frunciendo el ceño.

—Fue peligroso, te hubieras lastimado —repuso preocupado de nuevo.

Bufé ante su sobreprotección, es que acaso no podía lastimarme de vez en cuando, así aprenden las personas, tal vez debía golpearme para aprender que no debía hacer eso de nuevo. Era como el niño curioso que quería tocar el fuego, su madre le decía que no lo hiciera que se quemaría, sin embargo, él insistía, su madre lo dejó y el pobre niño se quemó todos los dedos. La moraleja de estar historia era que si alguien te dice que algo es peligroso, era mejor no intentarlo, porque podrías salir lastimado. Pero la otra parte de la moraleja era "Las personas aprenden de sus errores". ¡Claro! Digamos que ese pequeño niño nunca hubiera querido tocar el fuego y nunca hubiera conocido que es peligroso, ¿Qué pasaría si quisiera entrar en una casa en llamas creyéndose Superman? Todo hubiera salido peor, era mejor enterarse o vivir las cosas para saber si son o no son peligrosas. En ese momento hubiera entendido que se siente caer de las escaleras, ahora ya no lo sabría. Tal vez hubiera aprendido una buena lección.

LoveMechanic: La Obsesión del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora