Respuestas inesperadas

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Respuestas inesperadas

Desperté a la mañana siguiente muy tarde, casi era medio día y yo estaba muriéndome de hambre. Me levanté enjuagué mi cara para despertar un poco mejor, pero mis ojos todavía se encontraban un poco hinchados de tanto llorar.

Bajé a paso lento las escaleras, ya no había prisa por llegar a abajo, ya no había nadie esperándome... Caminé arrastrando los pies hasta llegar a la cocina, tomé dos pequeños bollitos y un gran vaso de leche. Me senté en el gran sillón y me dispuse a comer...que daría ahora por probar la comida de Kale. Suspiré decidida, ¡Ya no iba a llorar! ¡No se resolvía nada! Mordí los suaves bollitos hasta acabármelos muy rápido, tomé de un trago la mitad de leche de mi vaso y en otro más quedó vacío.

Luego me levanté y dejé el vaso en la cocina, justo cuanto iba a subir de nuevo a mi habitación sonó el timbre de la puerta. ¿Quién sería? Mil suposiciones pasaron por mi mente, si fuera Michael hubiera entrado sin tocarlo, pero si fuera otra persona...una pequeña esperanza me hizo sentir viva otra vez.

Corrí hasta la puerta y la abrí automáticamente con una sonrisa en la cara.

—Jenny...—La realidad llegó a mí como un balde de agua fría. Mi sonrisa se desvaneció al ver que no era la persona que yo esperaba.

— ¡Kristen! —Ésta me abalanzó sobre mí y me abrazó con ternura— ¡Qué bueno que estas bien! Estaba preocupada porque faltaste al instituto, había rumores de que te había pasado algo malo y luego me dijeron que estuviste en el hospital. Quise verte lo antes posible—habló rápidamente con mucha preocupación.

Desvié la vista de ella, me crucé de brazos y elevé mis hombros.

— ¿Qué ocurrió? —preguntó con voz aguda. Pero yo no estaba de muy buen humor para contarle toda la historia y tampoco quería recordarla.

—Sufrí una crisis de ansiedad o algo así...y otr-as cosas...—mi voz salió pésima, se quebró en el final de la frase.

— ¡Oh, linda! —Me volvió a abrazar— pero... ¿Todo está bien ahora verdad? —Me miró con su ojos miel, no quería seguirle mintiendo pero... Bajé la cabeza y no pude evitar sentirme deprimida y despreciada, se empezaron a acumular las lágrimas en mis ojos.

Jennifer se asustó al verme así, nunca me había comportado así enfrente de ella, nunca tan destrozada...Rápidamente tomó mi rostro entre sus manos y me obligó a verla.

— ¡Kristen! ¿Qué tienes? ¿Qué ocurrió? —alzó la voz alarmada. Mientras buscaba algo en mis ojos. Los cerré automáticamente pero no hablé. Escuché a Jenny gruñir con impotencia y optó por un plan mejor —. Kristen... Me duele mucho verte así, no sabes cuánto. Por favor...por favor dime que ocurrió. Necesito saber para tratar de ayudarte, por favor...—suplicó con su voz demasiado convincente.

Me sentí mal por ser así con mi mejor amiga...podría contarle tan siquiera una parte, para ella sería suficiente. Suspiré fuertemente...

—Kale... —Al mencionar su nombre sentí como si un cuchillo me atravesara el estómago y lo retorcieran hacia los lados—. Se...fue. —No abrí mis ojos para que no viera que las lágrimas estaban a punto de brotar.

Hubo tres minutos de silencio absoluto. Ella me llevó y me ayudó a sentarme en el sillón.

— ¿A dónde? —preguntó al fin, yo la vi y parecía poder entenderme.

—No lo sé—parecía que mi voz no podía subir el volumen, los susurros no acababan, ni el dolor tampoco. ¿¡Donde estaría!? Yo hubiera aceptado su partida si Kale tan siquiera me hubiera dicho a donde se iría, donde se quedaría o el motivo por el que se fue... Lo hubiera aceptado, todo para que él fuera feliz...pero ahora vivía en la ignorancia ¡No sabía nada de él!

LoveMechanic: La Obsesión del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora