Cicatrices del pasado

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Cicatrices del pasado

Mientras se hacía poco a poco más frenético mi llanto trataba a duras penas de mantenerme serena, mantenía los sollozos en el pecho que brotaban ruidosamente sin permiso, para mi cuerpo parecía que estaba haciendo demasiado escándalo y gritando mi agonía, sin embargo, a duras penas escuchaba mis sollozos traspasar mis dientes mientras titiritaba en un susurro, era raro cuando lloraba, demasiado. Hace mucho tiempo que no lo hacía...

Empezaba a fastidiarme mi actitud, ¡Llorar no resolvía nada! Refunfuñé ante mi infantil actitud. Eficacia, necesitaba buscarlo, ir detrás de él si era preciso, aunque no sabía dónde encontrarlo, me puse de pie con nuevas esperanzas mientras que limpiaba mis lágrimas con despecho.

Miré hacia ambos lados, tenía que terminar de buscar dentro antes de salir, ya había buscado en toda la planta baja, también en el pasillo izquierdo al lado contrario de mi habitación, pero no se encontraba ahí. Me moví rápidamente con pasos decididos, ahora fui al pasillo corto de la derecha, solo había tres habitaciones, caminé sin abrir las puertas, me guié por mis oídos, esperaba escucharlo.

Avancé hasta el último cuarto, miré la puerta con intenciones de abrirla pero antes de eso, escuché una sonaja detrás de mí. Volteé deprisa exagerada sintiendo el pánico en mí ser, mi corazón empezó a latir irregularmente junto con mi respiración, traté de regularla pero no pude. ¿Acaso era Kale? Seguía aquí, o acaso era mi...moví la cabeza para ahuyentar mis pensamientos, esas cosas no existían, me negaba a creerlo, era demasiado bueno y tenebroso.

Esperé con deseos de que solo hubiera sido mi imaginación escuchar ese sonido, avancé muy despacio hasta la primera habitación, la de la esquina... ¡Porque ese lugar! No debía entrar allí, no era nada bueno para mí. Ya lo había dicho Michael "No es necesario torturarte de esa forma, dejemos esa habitación como esta" Y yo lo había escuchado, bastantes años sin abrir aquella puerta, no debía hacerlo ahora, era un recinto, algo sagrado que no se debía tocar.

Di cuatro pasos más antes de escuchar de nuevo el sonido de la sonaja, me aterré y di un brinco retrocediendo soltando un grito ahogado, me tapé la boca después de eso. Empezaba a faltarme el aire, y me obligaba a respirar por la nariz, tenía miedo. Antes de pensar en una razón ilógica, mi mente se posó en Kale ¿Estaría ahí dentro? ¡Era lo más probable!

Mis esperanzas brillaron con más emoción luego de pensarlo, mi felicidad aumento considerablemente, sin embargo, me invadió una ola de resentimiento, temor y pánico, porque era posible que estuviera dentro del recinto sagrado.

Corrí dejando esas emociones detrás pero me detuve en seco enfrente de ella, antes de entrar la miré con una terrible nostalgia, el umbral de la puerta ésta estaba decorado con adornos de color azul pálido, celeste, azul eléctrico y blanco. ¿Y si había sido mi imaginación? ¿Sí estaba delirando? Eso era algo nuevo, escuchar sonidos y tener alucinaciones tan reales, tal vez tenía un don.

Mis tonterías se vinieron abajo al escuchar ahora una dulce y melodiosa canción de cuna. Sin pensar dos veces abrí la puerta...

Lo encontré...ahí estaba Kale, parado frente a una cuna de color madera con lazos azul celeste. Estaba aliviada y sumamente feliz encontrarlo, pero también me sentía abrumada y tonta ante mi comportamiento al pensar que se había ido, pero...nunca me había dejado, simplemente había venido aquí ¿Por qué precisamente aquí? No lo entendía.

Él volteó seguido de que yo entrara, me miró y sonrió felizmente, tenía una sonaja en la mano, parecía estarse divirtiendo con ella, la agitó levemente una vez más, al escuchar el sonido rió con alegría. No pude evitar sonreír levemente ante su gesto grácil e infantil pero se veía demasiado tierno, sin embargo, miré de forma posesiva la sonaja en su mano.

LoveMechanic: La Obsesión del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora