Amigos
Debby Crown…
Ella era el tipo de chica extravagante, hermosa, rubia, seductora y sin una pisca de vergüenza. Un arma mortal para cualquiera. ¿Cómo se podía competir contra semejante cosa? Pero lo peor de todo no era ser su enemiga, sino su “amiga”.
Debby y su escuadrón detrás de ella se acercaron a mí con un gesto de alegría en su cara. Ella fue la primera en darme la bienvenida. Cuando llego se abalanzó contra mí, pasó sus delgados y largos brazos por mi nuca y me abrazó fuertemente, diría mejor demasiado fuerte que sentí no poder respirar. Ella sabía que no me gustaba mucho las muestras de afecto y menos en público, aunque no le importaba nada de lo que yo decía, hablar con ella era como si quisieras que un elefante brincara. Imposible.
Se separo de mí y me sostuvo tomando mis hombros.
—Kristen. Bienvenida de nuevo a tu reinado, juntas haremos de este un mejor lugar —habló con su voz chillona mirándome con esos ojos grises.
Ella siempre me recordaba todo lo que odiaba, a lo que ella llamaba “reinado” se refería al año pasado en que los estudiantes me eligieron como la reina de la primavera, ella también se postulo, pero fui yo elegida, tal vez sea la razón por la cual me molesta continuamente, no sé si lo hace con ese fin pero lo hace. Ese era otro motivo por el cual quería que me tragara la tierra. El alumnado pasaba, me veía y decía “ella es”, era sumamente incomodo ser elogiada y criticada por cada segundo de tu vida.
—Gracias. Y seguro, claro —contesté insegura desviando la mirada.
Era algo estúpido de mi parte estar de acuerdo con ella. ¿Por qué simplemente no me rebelaba y le decía que no? ¡Claro, ya lo sé! No tenía fuerza de voluntad para ello, era una miedosa, me importaba mucho lo que dijeran de mí.
Miré mi poco más atrás de Debby, y ahí estaban unos mas de mis amigos. Adelante estaba Stephen Timber, un chico realmente atractivo. Podría describirlo así: Cabello claro, ojos azules, alto, fuerte, simpático, caballeroso, y un fabuloso amigo. Todo lo que una chica querría, pero lamentablemente no podía forzarme a sentir algo por él, aunque quisiera.
Stephen se acercó y me dio un corto abrazo, lo correspondí con el mismo entusiasmo.
—Gusto en volver a verte —dijo con una sonrisa deslumbrante.
—Lo mismo digo —dije imitando su tono de voz.
Luego vi a Matthew Huck, éste lo podría describir así: Idiota.
Era líder de los rompecorazones, un chico presumido que sólo busca jugar y lastimar a las chicas inocentes. Muchas caían por su lindo rostro y su capacidad de convencer a cualquiera, sabía muy bien mentir, eso lo admito. Pero siempre me enfurecía su manera hipócrita de actuar, siempre tratando de conquistarme y seducirme. Matt alzó la mano y giñó el ojo, sabía de mi intolerancia hacia él.
A su costado estaba James Ross, su secuas, era el seguidor de los pasos de Matt. Aunque con más cerebro.
Al lado izquierdo de él, estaba Gary King, un chico lindo y amable, nada comparado con los demás, me agradaba mucho. Y poco más atrás estaba Anna McDowell, era divertida y simpática, me era extrañamente familiar. Ellos dos me dedicaron una sincera sonrisa.
—Entonces… ¿Cómo han estado? —pregunté algo incomoda por sus miradas curiosas, ¿acaso estaban viendo en qué había cambiado?
—Por mi parte, muy bien —habló alegre Stephen.
—Digo lo mismo. Las vacaciones estuvieron bien pero un poco aburridas —concluyo Gary.
—Pues ustedes hablan por sí mismos. ¡Estas vacaciones estuvieron pésimas! —continuo Debby con su singularidad.
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LoveMechanic: La Obsesión del Amor
RomanceKristen Máximus siempre ha vivido bajo la mirada estricta de su padre, un importante hombre de negocios. Vive una vida de estrés y de muchos peligros a su alrededor desde la muerte de su madre, de la cual curiosamente se culpa. Después de un terribl...