Contigo una vez más
Iba conduciendo, sin embargo, mi mente estaba concentrada más allá que en la carretera frente a mí, incluso más lejos que mi destino. Mi mente estaba tratando de procesar la información que había recibido. Todo era tan difícil de creer, pero era cierto. El robot que había conocido hace casi nueve meses no era el ser que yo pensaba que era. Cuando empecé a sentir extraños sentimientos hacía él, me obligué a verlo como un simple robot que su única misión era protegerme, pero aunque luché internamente para no sentirme atraída no lo logré. Empecé a sentir miedo y preocupación al pensar que estaba comenzando a sentir cariño, un cariño inmenso que la mayoría llamaría amor. No deseaba enamorarme, no en ese entonces y mucho menos de algo que no era humano.
El tiempo pasó y sin darme cuenta él ya se había ganado mi corazón. Sus halagos y falsas palabras que antes creía mentiras después se volvieron mi alucinación. No me importó absolutamente nada; la sociedad, la moral ni mucho menos la prohibición de mi padre para estar junto a él. Kale, el androide vestido de hombre se llevó más que mi amor, se llevó mi alma y mi vida la primera vez que se fue. No pude sopórtalo y me desplomé, maldije e injurié miles de cosas hacía él, hacía mí y a todas las personas a mí alrededor, pero culpé más que nadie al amor.
Maldito amor que te da falsas esperanzas, te hace feliz y te eleva tan alto para luego dejarte caer. Maldito amor que sólo busca una sonrisa para luego dejarte llorar. Maldito y bendito amor que aun por más malo que sea, siempre deseas más. Bendito amor que es tan maravilloso, que en su momento es experto en hacerte dichoso. Y aun conociendo las consecuencias sigues adelante.
Podría decir con toda seguridad que; amé, amo y amaré a Kale por siempre. No me importaba si su nombre era otro, sí siempre fue humano y nunca lo supe, sí pensé que no tenía sentimientos o que sí me abandonó algún día.
Adiós al pasado, que vivo el presente y quiero un mejor futuro.
—... ¿Verdad que sí? ¿Qué piensas tú? —giré levemente la cabeza al notar que Jennifer me hablaba y al parecer no había escuchado todo.
— ¿De qué? —pregunté distraída.
Ella suspiró.
—Has estado más de diez minutos sin parpadear, ¿segura que estás bien?—preguntó tomándole más importancia a mi estado, o sea, a nuestro estado.
—Sí...—asentí haciendo un escaneo global a mi cuerpo y mente—. De hecho, me siento muy bien.
—Qué bueno—sonrió aliviada—. Lo que te decía era que todo esto de la verdadera identidad de Kale fue demasiado loco, ¿no te parece? Digo, parece tan irreal que pudieran convertir a Alexander en un robot con toda su mente y cuerpo... quién diría que era tan atractivo cuando era humano, parece sospechoso—reí por lo bajo al notar su confusión mientras que se rascaba la barbilla.
—No creo que hayan inventado todo eso, la historia de Alexander Crawford sonó bastante concisa y específica para que fuera inventada en el mismo momento—alcé los hombros al mismo tiempo que trataba de concentrarme en el camino.
—Cierto—coincidimos—. Oye, Kristen ¿No te sientes un poco rara respecto a esto? ¿Tus sentimientos no cambiaron de alguna forma al saber que Kale es humano? ¿O sí?—noté su voz tensa, como si temiera de mi respuesta.
Fruncí el ceño y pensé antes de responder.
—No, mis sentimientos siguen siendo los mismos. Nunca me importó si era o no era humano, al final terminé queriéndolo. Sólo creo que algo cambiara...—dejé la frase inconclusa aumentando la intriga de mi amiga.
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LoveMechanic: La Obsesión del Amor
RomanceKristen Máximus siempre ha vivido bajo la mirada estricta de su padre, un importante hombre de negocios. Vive una vida de estrés y de muchos peligros a su alrededor desde la muerte de su madre, de la cual curiosamente se culpa. Después de un terribl...