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ERROR

Avancé con mayor prisa hasta adentrarme a mi habitación y cerré la puerta detrás de mí, estaba a salvo. Me dejé caer bocabajo sobre mi cama y solté un grito que se ahogó con mis almohadas purpuras. Después de eso, me sentí mucho más relajada, a veces acostumbraba hacer eso, gritar pero sin que me escucharan, era mucho más tranquilizador saber que era así e igualmente te desahogabas en vez de desquitarte con miles de palabrotas hacia los demás, prefería liberar mi tensión de esta forma. Aún acostada, me di media vuelta, respiré libremente; ahora pensaba más claramente, me sentía bien en mi espacio feliz...pero eso me hizo recordar algo ¡Maldición! ¡Era verdad lo que había dicho Kale! Mi hogar era mi refugio... ¡Porque sabía todo! Era frustrante...demasiado, ¿Acaso no se conformaba con ser casi perfecto? ¿Acaso también tenía que saberlo todo? ¡¿Acaso era Dios?! Eso era lo que me faltaba, que me enviaran un discípulo para que me encaminara por el buen camino, ¡Oh salvación! ¡Purifica mi alma en vez de comértela!

Bufé molesta y frustrada, Kale era demasiado bueno, ¡Demasiado TODO! Me enojaba su modo de ser, su voz, su caballerosidad, sus ojos, su físico, su encantadoramente sonrisa y su delicada forma de tratarme...odiaba todo eso por cómo me hacía sentir, sin embargo, eso era lo que me encantaba ¿Se puede odiar algo al mismo tiempo que lo quieres? Yo había escuchado por hay una frase que decía "El odio y el amor, no caben en un solo corazón" Pero no, lo mío no era amor, ¿o sí? No sabía porque Kale me trataba así, me daba alas, me hacía volar tan alto, que luego me hacía caer desde el más hermoso y puro cielo hasta las piedras puntiagudas del infierno, y eso de verdad dolía...

Porque creía en sus mentiras, ¿Por qué? Me podía escuchar a mí misma decir que sería fuerte y me alejaría, sin embargo, mi credibilidad era tan frágil como mi optimismo, sentía que en cualquier momento flaquearía y me arrojaría en sus brazos para decirle lo mucho que lo necesitaba, que lo quería, que nunca me dejara...

Ilusa, ilusa, tonta, tonta, cursi ¡Cursi! ¡¡Argh!! Era tan patética...llevé mis manos hacia mi cara en el intento de ahogar de nuevo mi grito enojado, no podía controlarme ni siquiera yo, no me conocía. De nuevo surgía una pelea, pero ahora entre mis pensamientos, unos querían dejar fluir mi lado romántico y sensible, el que necesitaba amor y cariño, el que se dejaría amar aun por un ser inhumano mentiroso, sin piedad alguna. Mientras que él otro lado, era el que pensaba con cordura, decía que me lastimaría, que debía de dejar pasar lo que sentía, las personas olvidan...yo lo haría, decía que tenía que dejar esto antes de que fuera demasiado tarde, que dejara de creer en las mentiras, no era nada normal ni sano.

¡Quería gritar que se callaran! Tantas voces desquiciándome, no sabía a cuál elegir, amar o no amar, mentir o decir la verdad, ¿Pero cuál era cuál? Lo peor era que no sabía...

Apreté mi mandíbula hasta que me rechinaron los dientes mientras hundía mis uñas en mi brazo derecho, no quería llorar, no ahora, no había necesidad, ¡Cielos, cada vez me volvía más loca! Sabía que tenía un problema...

Antes de elegir una opción, me interrumpió el sonido de unos nudillos tocar mi puerta. ¿Por qué no se limitaba a apretar el botón de intercomunicador para decirme algo? O simplemente abrir la puerta, tenía que ser tan educado siempre...Acaso quería hablar frente a frente, resoplé ante mi indisposición.

—Vaya, quien será—murmuré sarcásticamente para mí. Me senté encima de mi cama y mire hacia la puerta, traté de aclarar mi voz para que sonara indiferente — ¿Qué quieres? —pésimo. Mi voz salió como si hubiera llorando por horas, hasta con su singular corte de voz. Refunfuñé agarrándome la cara algo apenada, Kale seguro se había dado cuenta.

LoveMechanic: La Obsesión del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora