Misión de escape

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Misión de Escape

El siguiente día estaba más que temerosa, Kristen me había marcado cientos de veces y en ninguna ocasión contesté. No sabía qué decir, no deseaba mentirle pero tampoco llegar a herirla por mi gran boca. Estuve a punto de llamar al señor Máximus, pero me arrepentí en el momento más oportuno, quizás Kristen no había mencionado nada de su encuentro con el supuesto Kale y no quería ser yo la que arruinara eso.

Tomé una gran cantidad de aire y salí del auto para enfrentar la nueva misión, la cual consistía en mantenerme alejada de Kristen y no abrir la boca para nada, difícil pero posible.

Caminé a hurtadillas escondiéndome en las paredes y en cualquier cosa que fuera más ancho que mi cuerpo para evitar ser vista. Me sentía ridícula haciendo eso, pero al mismo tiempo hacía que la adrenalina corriera por mis venas. Muchos chicos me miraban extrañados por mi comportamiento, simplemente me limitaba a ignorarlos y a seguir con lo mío.

Avancé hasta la entrada y suspiré aliviada, lo peor había pasado. Miré a ambos lados y me dispuse a caminar sigilosamente. Doblé a la derecha cuando sentí como me jalaban de un brazo y me tapaban la boca.

—Tranquila, no voy a ha...—soltó un gritó ahogado cuando le di un codazo en el estómago.

Me giré y vi a dos chicos, uno hincado en el suelo quejándose y otro de lentes que me miraba asustado con las manos arriba. Sabía que no era Kristen desde el momento que me cubrió la boca, ella era más sutil.

— ¿Quién diablos son ustedes? —pregunté mirándolos algo indignada. ¿Quiénes se creían para hacerme esto? Ni siquiera los conocía.

—Yo soy Jimmy—contestó el chico extremadamente delgado y alto, un típico chico nerd, pero intimidado. Luego miré al sujeto que había golpeado que se levantaba poco a poco.

—Yo Thomas—habló con dificultad hasta que se envaró completamente. Era un chico de mi edad, cabello negro y profundos ojos castaños. A diferencia del otro, él tenía un mucho mejor aspecto.

—No los conozco. ¿Qué quieren? —inquirí con cierta curiosidad.

—Venimos a llevarte con Kristen—habló el chico de gafas algo cohibido.

— ¿Qué? ¿Y tú eres su sirviente acaso o vienes a torturarme? —dicho esto, el tipo llamado Thomas empezó a reír silenciosamente haciéndole burla a su amigo.

—N-no, sólo me pidió que te guiara con ella—siguió agarrándose las manos y mirando constantemente el suelo.

No entendía el plan de Kristen, ¿en verdad pensaba que iba a obedecer a un nerd y a su amigo? Para nada, no entendía por qué no había convencido a otra persona, tal vez un tipo de dos metros y con músculos hasta el cuello para obligarme a ir con ella ¿Pero ellos?

—Mmm... No lo creo. ¿No deberías estar en clases o algo así? ¿Por qué haces esto?—inquirí cruzándome de brazos.

—Es que... Kristen es tan linda, me miró con esos ojos y me tocó la mano que no pude resistirme a obedecerla—Jimmy habló casi soltando baba y con expresión soñadora.

Volqueé los ojos y solté un bufido.

—Patético. Pero no te acompañaré, me voy.

Quise girarme pero volvió a detener Thomas. Lo fulminé con la mirada.

—No podemos dejarte ir, Kristen fue específica y me dijo que si no querías hacerlo por las buenas, serían por las malas. —Su sonrisa me causó un escalofrío. Lo miré de arriba abajo, era alto y algo fuerte, pero no parecía malo, más bien tenía aspecto de ser bastante inocente.

LoveMechanic: La Obsesión del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora