Soledad

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Soledad

Con mucha felicidad abrí mis ojos, con esperanzas de volver a ver a Kale y salir a algún lado juntos, divertirnos y estar junto a él, era lo único que necesitaba. Una luz cegadora me lastimó los ojos y me hizo pararme. Había algo extraño en ese lugar, no era mi habitación.

Asustada me apresuré a investigar donde estaba, a donde quiera que mirara todo era blanco ¿Acaso había muerto y estaba en el cielo? Sacudí la cabeza, no recordaba haber sufrido ni nada, entonces esto era un sueño...la escena se me hacía muy conocida.

Toqué las paredes pero estas eran demasiado suaves, como si fueran hechas de plumas ¿En dónde estoy? Pregunté en mi cabeza, sin poder recordar un lugar así antes...no se escuchaba ni un solo ruido, ni siquiera el mío.

Quise correr pero antes de dar tres pasos choqué con alguien.

—Perdón...—no escuché mis palabras pero aun así lo dije ¿Qué hacía yo disculpándome en los sueños? Refunfuñé y alcé la vista.

Era Kale, una inexplicable onda de felicidad me invadió y quise abrasarlo, pero me lo impidió. Me apartó de él y se dio la vuelta. Eso me hizo sentir bastante mal, rechazada...

Esta escena me era familiar.

Esto era un déjà vu de otro sueño, se estaba repitiendo. Como la pesadilla antes de entrar al primer día de clases en el instituto...Kale era ese ser extraño que no lograba ver su rostro, aquel que había extrañado y me había hecho sentir tantas cosas a la vez, inexplicables...era él. Pero también fue el que me había dejado y se alejaba de mí...

Esto acababa mal, lo sabía. Vi a Kale avanzando hasta una puerta con mucha luz, no dejaba ver lo que se encontraba en su interior. Intente pararlo.

— ¡Kale! ¡¿Qué pasa?! ¡¿A dónde vas?!— grité esforzando mi garganta, pero no emití ningún sonido. No me podía escuchar, entonces tenía que pararlo yo.

Pero antes de echarme a correr, me detuve en seco. Aunque corriera y corriera nunca avanzaba y tampoco llegaba a aquella puerta en donde él entraba, seria en vano y además llegaban unos sujetos armados detrás de mí...eso había pasado en el otro sueño, deseaba con todas mis fuerzas que no se volviera a repetir.

Recordé y me volteé rápidamente, pero en vez de los sujetos que había visto en el otro sueño, se encontraban tres siluetas distintas...

— ¿Michael?... ¿Jenny?... ¿Stephen?... —moví solamente mis labios, ellos sonrieron y me hicieron señas de que fuera con ellos, como podría negarme a ir con ellos, pero... ¿Y Kale? No lo podía dejarlo a la deriva solo. Tal vez ya no aparecerían los malos y podría detenerlo...

Tenía que tomar una decisión rápida... Que era mejor ¿Malo conocido o bueno por conocer? Gruñí y di un paso atrás...

—Lo siento mucho...—susurré mientras corría con fuerzas en dirección a Kale. Al menos...sabía a qué atenerme. Aparte...todo era un sueño ¿Verdad?

Avancé mientras apresuraba mis piernas, casi lo alcanzaba...Tal vez ahora sí podría hacerlo...

— ¡Kale! ¡Espera! —grité en vano. Una luz de esperanza me invadió y estiré mi brazo para tomarlo por la camisa, pero luego sentí un impacto en la espalda que me tiró al suelo... ¡NO OTRA VEZ! Miré a Kale atravesando la puerta mientras para mí todo es volvía negro de tristeza y decepción.

Desperté gritando y con lágrimas en los ojos. ¡Era un sueño! ¡Sólo un sueño! O una pesadilla, pero me alegraba que fuera eso y hubiese terminado. Limpié mis lágrimas y traté de controlar mi corazón, ya que apenas podía respirar. Miré el reloj...3:59am, gruñí por lo bajo, era muy temprano. Me levanté y me enjuagué la cara, ya no quería dormir, necesitaba comprobar que Kale seguía conmigo y que todo estaba bien.

LoveMechanic: La Obsesión del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora