El opuesto cielo

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El opuesto cielo

Me constó una fuerza sobrenatural mover mis parpados, los sentía tan pesados... Mi cuerpo estaba entumecido y no sentía casi mis extremidades, era como si estuviera hecha de plastilina y no tuviera el control para moverlos.

Abrí mis ojos y una luz cegadora los dañó, los volví a cerrar por instinto, moví con torpeza mis brazos para cubrir mis ojos. ¿Qué me pasó? ¿Por qué me siento así? ¿Dónde estoy? Me preguntaba una y otra vez en mi mente incapaz de poder hablar, sentía mi garganta seca y mis labios resecos.

Tragué un poco de saliva y volví a abrir mis ojos, esta vez fue menos brillante la luz pero me sentía mareada. Traté con dificultad de sentarme pero un remolino me tumbó de nuevo, lo intenté otra vez hasta que lo conseguí.

Mi vista se logró enfocar con lentitud y mi mente comprendió un poco lo que estaba pasando. Miré rápidamente en el lugar en donde estaba, pero lo único que veía era el color blanco, la ausencia del color me abrumaba, se veía tan deprimente y solo... un blanco tan impecable y limpio que creía que todo era un sueño... ¿O acaso había muerto?

Así se sentía morirse... Me desilusioné un poco al pensarlo, no había sentido casi nada y no era así como imaginaba el cielo... en cambio este lugar me hacía sentir más vacía.

Moví mis manos para intentar ponerme de pie, pero una suavidad extraña hundió mis dedos, volteé debajo de mí esperando encontrarme con alguna cama... pero no había ninguna, era el suelo cubierto de alguna especie de almohadilla igual blanca, era como estar en las nubes esponjosas... si, tal vez este era el cielo...

— Qué extraño cielo...—mi voz salió como un susurro ronco, carraspeé para arreglar mi garganta.

Pero... se suponía que el paraíso era hermoso y feliz, todo lo contrario a aquí... aparte se decía que era infinito... y esto medía por lo menos tres por tres... un escalofrió recorrió mi columna... era tan pequeño este sitio que me causaba claustrofobia.

De repente recordé que había pasado... un flashback pasó a la velocidad de la luz por mi mente...Yo caminando por las calles...completamente sola...la oscuridad reinaba el lugar... unas manos cubriendo mi boca y mis ojos... otra mi cuerpo... luego un pinchazo en mi cuello... y llegó el sueño.

Me envaré de inmediato con el pánico en la sangre, mi respiración se agitó en un segundo y me encontraba desesperada... ¡Por dios, me han secuestrado!

La suavidad bajo mis tenis era algo incomoda que me hacía perder el equilibrio, otra ola de mareo me hizo tambalearme hasta chocar con la pared más próxima.

Fue extraño que no doliera, las cuatro paredes también estaban cubiertas de ese material forrado de plumas suaves... Mis manos sintieron su textura, era exageradamente inofensivo pero mis dedos no podían romper ese material por más que lo intentara. Otro recuerdo cruzó por mi cabeza... esto se parecía al lugar en donde iban los locos, el psiquiátrico... este era el típico lugar para que la gente con problemas mentales no se hiciera daño a sí mismos y en donde les ponía camisas de fuerza, como hace muchos años atrás se acostumbraba.

Pensarlo de esa forma me hizo ponerme más histérica, no quería volverme loca aquí... Corrí hasta la única puerta que conducía a la salida y traté de abrirla con desesperación.

— ¡Sáquenme de aquí! ¡Déjenme salir! —grité golpeándola pero el acolchonado de ésta no producía ningún ruido, mi esfuerzo era en vano, nadie me escuchaba.

Pateé y golpeé con frustración varias veces más, una pequeña ventana arriba de la puerta dejaba ver un poco más de luz, la libertad... Me puse de puntitas para asomarme pero no lograba ver nada.

LoveMechanic: La Obsesión del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora