CAPULLO

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Horas después de llegar del hospital, me encontraba aún en "mi habitación". Metí la mano en el bolsillo y saqué el móvil que le había robado a un enfermero que pasó por mi lado por el pasillo del hospital. Le doy vueltas en mis manos sin saber que hacer. ¿Llamo a la policía y les digo que me tiene secuestrada un vampiro? Me tomarían por loca. Otra opción que tenía era llamar a algún ser querido mío, pero me veía incapaz de ponerles en peligro. Entonces, Adrián vino a mi mente. ¿Cómo estaría? Al final lo hice: marqué su número.

-¿Si? -contestó Adrián a los varios toques.

-¡Adrián! -sollozé de alegría al oír su voz.

-¿Karen? -preguntó impresionado al oírme.

-¿Cómo estás? ¿Estás bien? -me pegué el móvil más como si fuera posible sentir a Adrián más cerca de mí.

-Si, me han tenido esta tarde en el hospital con varios ematomas -oí un quejido de su parte.

-Dios, lo siento... -comenzé a llorar, sintiéndome culpable por su estado.

-Karen, no tienes que preocuparte -me susurró tiernamente. Ojalá estuviera a mi lado- ¿Dónde coño estás? -preguntó algo frustrado- ¿Te tiene ese imbécil?

-No sé dónde estoy -acaricié la tela de la sábana- Y si, estoy con Derek...

-Te sacaré de donde quiera que estés -me eché encima de la cama, cansada.

-No quiero que vengas a por mí. ¡Podría hacerte daño!

-Karen, no pienso dejarte sola... -otro quejido salió de su boca.

-Adrián... Por favor, quédate en casa y descansa. Yo... intentaré escapar -sollozé en silencio. Lo echaba ya de menos.

-Karen, siento no poder... Dios, me siento un estúpido por no poder con él -normal, él era humano y Derek un asqueroso vampiro.

Iba a decirle nuevamente que no se preocupara, pero la puerta de mi habitación se abrió sin darme oportunidad a colgar y esconder el móvil.

Derek me miró furioso cuando me pilló con el móvil en la oreja. Colgué rápidamente el móvil sin despedirme de Adrián y lo oculté, aunque ya era demasiado tarde.

-¿De dónde lo has sacado? -se acercó a mí, peligrosamente.

-Yo, emm... No... no le he contado a... nadie -dije tartamudeando. Nunca había tenido tanto miedo.

-¿Con quién estabas hablando? -sus colmillos salieron afuera.

-Adrián -bajé la mirada, con miedo.

-Sabía que tenía que haber terminado con él -gruñó- Y pienso arreglarlo -se dió la vuelta hacia la puerta para cometer su propósito. Yo me interpuse entre él y la puerta.

-No -dije yo también harta.

Se rió de mi intento de pararle- Apártate, Karen -yo levanté más la cabeza mostrando confianza y resignación- Karen, ya me has oído.

-No pienso dejar que le hagas daño -apreté mis puños. Derek miró hacia otro lado y cuando volvió a mirarme, tenía sus ojos rojoa y los colmillos más afilados que nunca.

Me estampó en la pared y me cogió del cuello, haciéndome mucho daño.

-Ya me tienes harto -me dijo con una voz diferenta a la de siempre- Te lo dije. Eres mía y me vas a obedecer en todo lo que te diga. Si te digo que voy a matar a tu querido amigo, tu ni me replicas -apretó su agarre y a mí se me hacía más difícil respirar- Te he perdonado varias veces... Y ya se ha acabado. Va a pagar tu amigo, y tu madre -me tiró fuertemente al otro lado de la habitación y salió de allí, dejándome entre sollozos.

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Un capítulo muy corto, pero espero que os haya bastado después de tanto tiempo.
Echadle un vistazo a mis otras novelas, que seguro que os gustarán.
¿Qué os parece el trato que ha tenido Derek con Karen?
Me gustaría saber vuestra opinión ;) ¡Gracias por seguid leyendo!

ESCLAVA DE SANGREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora