D-DUELE

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Algo inédito es que me dejaron salir a dar un paseo. Más que nada porque querían que diera a luz rápido, y para conseguirlo, tenía que moverme bastante.

-En serio, ¿hace falta que me acompañéis a todos los sitios? -me giré molesta hacia los vampiros cuales estaba empezando a odiar.

-Órdenes -se limitarona responder.

-Oh, venga ya, sólo pido un paseo sola, en paz -se miraron entre ellos- ¿Creéis que con esta panza voy a poder correr lo suficiente para huir de aquí? -me señalé la barriga al tiempo que alzaba las cejas, esperando su respuesta.

Suspiraron y dieron media vuelta, pero antes de marchar, se volvieron a girar para decirme algo.

-No hagas ninguna tontería -y se fueron. Lo celebré con una gran sonrisa y eché a andar respirando el aire fresco.

Ya estaba comenzando a anochecer y me senté en la orilla de la playa cercana a la que había a la casa. Esa casa de Derek era absolutamente preciosa.

De pronto me imaginé a mí sentada allí viendo a Derek jugando con el bebé que crecía en mí. O balándonos los tres juntos en aquel cristalino mar... Formando una familia.

Sacudí la cabeza quitándome ese pensamiento. ¿Una familia? ¿Normal? ¿Con el vampiro más poderoso pura sangre que tiene deseos de matarme y de quedarse a mi hijo que resulta que también es un sangre pura y que me matará en el próximo parto? Si, claro.

-Con que estabas aquí -aquella voz me hizo saltar sobre la arena del susto.

-Qué susto -me puse la mano en el pecho al tiempo que Derek se sentaba a mi lado. Cerca de mí. Demasiado- ¿Vienes a encerrarme ya en mi bonita prisión?

-Me sorprende lo lista que eres a veces -me contestó mirando al horizonte. Yo, viéndolo de reojo, solté una pequeña risilla que llamó su atención.

-Hace una noche preciosa -miré la estrellas que ya estaban asomando en el cielo- Déjame al menos disfrutar de esta noche. Quién sabe, puede ser mi última -puse las piernad flexionadas, con las rodillas pegadas a mi pecho.

-¿Para que te escapes? Prefiero tenerte bajo llave.

-¿Escaparme con un vampiro metido en mi vientre? Como si eso fuera posible -una patada o puñetazo por parte de mi querido hijo me hizo doblarme entera del dolor que me produjo.

-Karen -Derek se posicionó al lado mío reincorporándome y obligándome a mirarle.

-D-duele -los ojos empezaron a escocerme mucho y a llorarme. Los cerré del dolor que me entró, haciéndome sentir que perdía visión.

-¿Qué te pasa? Abre los ojos -yo los abrí poco a poco, viendo la cara de Derek al vérmelos.

-¿Qué tengo? ¿Q-qué me e-está...? -otra patada me hizo chillar.

-Será mejor que dejemos el paseíto nocturno para otro día -y me cargó en sus brazos, al tiempo que me desmayaba.

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Posiblemente esta noche vaya a haber otra actualización. Dentro de una semana empiezan mis vacaciones y tendré tres meses para seguir con esta novelas y ¡publicar otras nuevas que tengo en mente!

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ESCLAVA DE SANGREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora