ESCLAVA DE SANGRE

¿TAYLOR?

-¿Algo? -llegué fatigada al lado de Jason.

-Ni rastro -se pasó la mano limpiándose el poco sudor que tenía.

-¿Adónde puede haber ido? -me senté en el banco más cercano.

-Ya he mandado a gente a registrar adonde podría haber ido, pero no hay ni rastro -se pasó los dedos por entre su pelo.

-Estoy ha sido culpa mía -pegué un puñetazo al banco, cabreada conmigo misma- Sabía... Lo sabía... Y me vió -dije apenada.

-Nos vió besándonos, ¿y qué? -mierda, Jason aún no sabía nada de que Taylor estaba enamorada de él.

-¡Jefe! -me salvó uno de sus ayudantes en la búsqueda de Taylor- Nada. No está en ningún sitio -recuperó aire.

-Está bien chicos. Vamos a descansar. Ya habéis hecho suficiente -le dió a esta unas palmadas en la espalda. El chico asintió y se retiró con sus compañeros.

-Parece como si se hubiera ido de la faz de la tierra -me puse a su misma altura, de pie- Hace poco tiempo de su partida, no puede haber ido tan lejos.

-Karen, ya -me cogió de los hombros- Llevamos ya horas buscando y no está -yo lo miraba fijamente, ¿cómo lograba estar tan tranquilo?

-¿Y si le ha atacado algún vampiro? ¿Y si ha muerto o...?

-¡Karen! ¿Quieres olvidarte ya? -me zarandeó- No le ha pasado nada. Sigue viva. En algún sitio.

-Eso quiero creer -dije tristemente. Jason me cogió de la barbilla y se me quedoó mirando fijamente.

-Vamos a dar una vuelta. Tu y yo. Para olvidarnos de todo esto -se acercó para besarme, pero yo lo aparté con delicadeza.

-No ahora Jason. Estoy cansada y no... no estoy de humor -lo dejé plantado metiéndome dentro, a mi habitación.

Me senté en mi cama y cogí mi móvil, poniendo el número de Taylor en la pantalla. Ahora que lo pensaba, en la habitación de Taylor no había ratro de su móvil.

Me decidí por marcarle, no perdía nada por intentarlo. Sonó un parde veces, y cuando me iba a dar por vencido, se descolgó. Me quedé sin habla sin creerme que me acababa de coger el teléfono.

-¿Taylor? Taylor -la llamé medio sollozando sabiendo que se encontraba bien- Hey, soy yo, Karen. Estaba muy preocupada, creía que te había pasado algo -le dije muy nerviosa- Quedemos Taylor, hablemos... -y colgó- Taylor. ¿Taylor? -miré la pantalla que estaba de nuevo en el menú. La llamada había finalizado.

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-Tranquila cariño, no debes enfadarte... -le acarició la mejilla a Taylor.

-Ahora quiere hablar conmigo y pedirme disculpas... -dijo rabiosa.

-Chss... Me gustas más relajada, sin agobios -ella sonrió y se acercó a él coqueteando- Ya habrá tiempo para encargarse de ella. Ahora debes contarme todo lo que me dijiste que me ibas a contar -le dijo más serio que unos segundos antes.

-Y así va a ser, mi señor.

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Hey, hey.
¿Qué os ha parecido este capítulo? Ha acabado algo misterioso... ¿Quién creéis que es al que ha llamado: "mi señor", Taylor?
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