ESCLAVA DE SANGRE

NO QUIERO VOLVER A SERLO

Un rayo de sol me dió en toda la cara, lo que hizo que me despertara. Palpé el otro lado de la cama y averigué que Derek no se encontraba ahí.

Sin prisa alguna, me puse una batilla de seda encima para no salir exhibiendo tanta carne como ese camisón hacia ver.

También comprobé que Deren no se encontraba en su cama. Alarmada, salí lo más rápido que pude escaleras abajo.

-Espera -paré a un vampiro que pasaba justo delante de las escaleras- ¿Has visto a Deren?

-Está fuera con el amo -me indicó la ventana que daba al exterior y ví a Derek con Deren cogido de la mano.

-Gracias -le puse la mano en el hombro en modo de agradecimiento y salí hacia fuera.

Hoy estaba nublado, bastante. Pero aquello no me impedía ver lo mucho que quería a esos dos hombres.

-Con que dando un paseo matutino sin mí -puse los brazos en jarra, sorprendiendo a Derek.

-Hey, buenos días -se acercó y me dió un beso en la cabeza- Anoche estuvimos mucho tiempo... haciendo ya sabes qué. He supuesto que estarías muy cansada y que querrías dormir más -me hizo cosquillas en el mentón, mi punto débil.

-Pues has supuesto bien -le saqué la lengua y cogí a nuestro hijo en brazos- Por cierto, te pasaste de bruto.

-Entiéndeme. Más de dos años sin disfrutar de tu cuerpo -me arrimó a él, quedando nuestro hijo entre nuestros pechos.

-Has podido probar otras delicias mientras tanto -genial, había lanzado la bomba sin darme cuenta.

-¿En serio, Karen? ¿De verdad vamos a empezar con esto otra vez?

-Lo... lo siento Derek. No quería decirlo -negué con la cabeza, cabreada conmigo misma- Esta vez... -tomé aire- Esta vez quiero que estemos bien. Sin problemas. Quiero compartir lo que me queda de vida junto a ti -pegué mi frente a su clavícula- Tú, nuestro hijo y yo. Nada más -susurré bajito.

-Karen... -suspiró mi nombre- Justamente de eso tenemos que hablar.

-¿Hablar? ¿De qué? -me puse nerviosa. ¿Iba a romper conmigo? ¿Se iba a arrepentir de haberse conciliado conmigo? Preguntas de ese tipo pasaron por mi cabeza.

-De tu mortalidad -no sé si esas palabras me tranquilizaron porque no era de una ruptura o si me pusieron más nerviosa al ver la importancia de esas palabras.

-¿Qué quieres decir con eso? -dejé al niño en el suelo y salió corriendo a jugar.

-Karen. Yo soy inmortal y nuestro hijo también. Sin en cambio, tú no -miré al suelo, resignada- Tienes que convertirte -y lo soltó- Nuestro hijo pronto tendrá sed de sangre... Podría ser peligroso para ti. Aparte, tu irás enevejeciendo, y nosotros no.

-Derek, no quiero hablar de este tema -le interrumpí.

-Hay que hablarlo. Karen, esto lo hago por nosotros -me rozó la mejilla con sus dedos- Te quiero y no quiero perderte. De todas formas, ya sabes como es. Ya lo has sido antes, y...

-¡Por esa misma razón no quiero volver a serlo! -exploté- No quiero volver a ser un puto monstruo -lloré- No quiero volver a tener esa vida -me limpié las lágrimas y dejé solo a Derek en el jardín, mirándome al tiempo que me metía en la casa.

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Problemas de pareja :0
¡Nueva noticia!
¡El primer capítulo de mi nueva novela está publicado ya!
Por favor, me encantaría que le echaráis un vistazo y comentéis que os ha aparecido.
Guardadlo en vuestra biblioteca, porque esta nueva novela promete y va a ser el próximo éxito después de "Esclava de sangre".
Se llama: "en las manos de Lucifer".
¡Besos!