ORGULLOSAMENTE

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Después de muchas risas y varias preguntas por parte de Saray sobre qué y cómo se sentía el ser un vampiro, nos molestamos en saber qué hora era.

-Las dos -miró su reloj Saray. Yo cambié mi expresión a uno más triste, sabiendo que ya se había hecho demasiado tarde. Me levanté y todos se me quedaron mirando sin entender que estaba haciendo.

-¿Qué estás haciendo? -se levantaron al unisono.

-Debo irme. Ya se ha hecho muy tarde -pero una mano muy conocida, me cogió mi mano. Me giré y ví a Adrián muy preocupado- Adri... De verdad... -le rogaba con la mirada que no hiciera aquello más difícil.

-Vente conmigo -me soltó- Sólo un momento -yo asentí con la cabeza y se despidió de los demás. Nos separamos una distancia considerable de ellos, y entonces Adrián me aprisionó contra un árbol y me besó con intensidad.

A pesar de ser una vampiresa, seguía siendo más baja que él, sintiéndome frágil bajo su tacto, al igual que siempre. Se separó de mí para recuperar el aire, aunque a mí no me hacía falta, y para ver mi reacción.

-¿Sabes lo largo que se me ha hecho este mes sin ti? Sin tus labios... -los acarició con las yemas de sus dedos.

-Adrián, no creo que esto sea una buena idea -dije nerviosa al sentirlo tan cerca.

-¿Quieres dejar de pensar en qué es lo correcto no? Sólo déjate llevar -y volvió a besarme. Iba a negarme a ello, pero acabé colaborando.

Sin dejar de besarme, llevó sus manos a mi espalda, bajando la cremallera que cruzaba a esta. El vestido se fue cayendo lentamente por mis hombros, hasta que resbaló por mi cuerpo, quedanod finalmente en mis pies.

-Vampiresa o no, sigues igual de guapa que siempre -yo le sonreí y le saqué su camiseta por el cuello, con ayuda de él, claro.

Me tiró sobre el césped y se soltó el botón de su pantalón, dejándome a la vista su miembro erecto. Yo me quedé mirándole a los ojos, evitando la tentación de mirarle ahí abajo. Él se dió cuenta de ello y se rió.

-Sé que esto es muy raro Karen, pero... -me cogió el rostro- Si no quieres...

-Es lo que más deseo -dije sin pensar mucho en lo que acababa de decir. El rostro fugaz de Derek apareció por el de Adrián. En el fondo, esas palabras no habían ido para Adrián, sino para Derek. ¿De verdad mi amor por Adrián había sido sustituido por Derek?

No me dió tiempo a seguir pensando cuando Adrián me penetró finalmente. Me aferré a su espalda y siguió saliendo y entrando.

Varios minutos después, estábamos tirados sobre el césped mirando al cielo, exhaustos. Adrián buscó mi mano y la encontró. La cogió con fuerza y me dió un beso sobre ella.

-Te noto rara Karen... ¿No te ha gustado? -preguntó preocupao y con interés.

-Si, me ha encantado... No estoy así por ti Adri... Es... No me hagas caso -solté una risilla, incorporándome.

-Derek. Ese era su nombre, ¿verdad?

-Adri... No ahora -le corté seria.

-No soy tonto. ¿Qué esta pasando Karen? ¿Cómo te metiste en este mundo? ¿Por qué te ha convertido en esto?

-Si tuviera respuesta a todas esas preguntas, te las daría... Pero creéme, ni yo misma las sé -unos pasos vinieron a nosotros, y Saray apareció alarmada.

-Chicos -se quedó algo perpleja al vernos en ropa interior. Carraspeó, se dió la vuelta y continuó hablando- Vienen... He oído a unos chicos... Parecen vampiros... -yo me levanté, asustada.

-¿Qué? -se me abrieron los ojos- Debéis iros chicos -les dije preocupada por ellos.

-No sin ti, Ka...

-¡Cállate ya, Adrián! -le grité- ¿No te das cuenta? ¡Ahora soy una de ellos! -notaba que me derrumbaba- Desgraciadamente, tengo que estar con ellos -oí unos pasos que se acercaban al bosque dónde nos encontrábamos- Iros. Ya -se miraron entre ellos- ¡Vamos! -grité en un susurro.

Saray me abrazó fuerte como despedida y me dió un beso en la mejilla. Adrián estampó un beso en los labios y miró mi rostro una última vez.

-Cuando quieras volver, yo te estaré esperando -pegó su frente con la mía y cerró los ojos, sabiendo que estaba conteniendo las lágrimas- Te amo. No lo olvides -y salió corriendo, junto con Saray, con la ropa en mano.

Miré en su dirección hasta que desaparecieron. Me estaba poniendo el vestido cuando los queridos secuaces de Derek aparecieron entre los árboles. Me pillaron con el vestido puesto, pero aún no me había dado tiempo de ponérmelo entero y sólo lo tenía hasta la cintura, con lo cual tenía la parte de arriba al descubierto, viéndoseme el sujetador.

-Por fin... -se quedó perplejo al verme así- Te encontramos -terminó diciendo.

-Oh, veo que mi ausencia ha causado mucha preocupación -dije con sarcasmo.

-Sólo por la parte del amo -añadió mientras que yo me terminaba de poner el vestido a la par que íbamos dirección a la casa.

-Qué raro. Lo veía tan ocupado con su nueva vampiresa -me dió repugnancia en pensar en esa chica.

-No es una cualquiera -me regañó Jack- Es su prometida -me dió a entender como si no lo supiera ya.

-Vaya. Entonces debe de sentirse muy priviliegada -me adelanté y entré la primera en la casa. Sin darme cuenta, choqué contra algo duro. Miré unos palmos más arriba que yo y ahí estaba Derek fulminándome con la mirada- "Oh, genial" -pensé.

-¿Dónde estabas? -me preguntó muy, pero que muy enfadado.

-Tomando el aire. ¿Hay algún problema con eso? -me cruzé yo también de brazos.

-No te me pongas chulita -puso más resistencia en su mirada- ¿Dónde estabas? -volvió a preguntar más lentamente.

-En un claro del bosque -respondió Jack por mi lugar- En ropa interior -Derek pasó la mirada de Jack a mí, una más furiosa que la anterior.

-¿¡Qué!? -aulló.

-Apestaba a humano -añadió, para mejorar las cosas (ironía). Yo me llevé la mano a la cara.

-¿Es que no te puedes callar nada, guapo? -me giré hacia Jack, molesta por que fuera tan chivato.

Derek se acercó a mí y aspiró mi aroma. Cuando volvió a fijar sus ojose los míos. Esta vez, rojos sangre.

-Adrián -rugió. Yo me quedé atónita. ¿Cómo reconocía el olor de Adrián?- Has estado con él.

-Si. Y he estado... bastante bien -añadí recordando aquel momento solos en el bosque- Una de las mejores noches -eché a andar a la escalera, pero Derek se colocó entre mí y la escalera.

-¿Qué has hecho? -sus colmillos amenzaban con salir- ¿Le has mordido? -hubo un tono de alegría al hacer esa pregunta.

Yo me pensé lo que iba a soltar por mi boca. Parecía bastante molesto, por el simple hecho de que hubiera estado con Adrián. Pero, ¿qué más le daba? Ahora estaba con su amor platónico. Así que, con tal de ver su cara y callarle de una vez esa maldita boca, lo dije. Lo confesé.

-Algo aún mejor -sonreí orgullosa- Me lo tiré -le susurré en el oído, aunque lo hice oír por toda la sala (aunque ya no quedaba ningún invitado). Ví a Derek poner los ojos como platos y resoplar fuerte. Yo, en cambio, pasé por su lado y subí orgullosamente las escaleras.

ESCLAVA DE SANGREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora