Debo decir que ahora estaba más atareada debido a la boda que se avecinaba. Me olvidé completamente del propósito de Derek de atacar a los caza vampiros. Supuse que, aceptando su compromiso, se le olvidaría tal ridiculez.
-Debe ser rojo oscuro, señora -me repitió enésima vez la que se encargaba del vestido.
-Quiero blanco. No te lo vuelvo a decir -le repetí yo también cansada.
-Debe ser rojo por la tradición. También por deseo del amo -me midió la cintura para ver si estaba acorde al vestido.
-Pero no es un color alegre par un momento tan especial -me quejé.
-Es una boda vampírica, ¿qué espera? -apuntó en un papel las medidas que había tomado.
Tocaron la puerta, y antes de que se diera por aparecido la persona que tocaba, pude saber que era mi chico, debido al olor.
-¿Se puede? -entró con los ojos tapados.
-Ni se te ocurra destaparte los ojos. ¡No puedes ver el vestido! -le empujé fuera de la habitación y le quité la mano- ¿Qué haces aquí? Ya sabes que estoy con mi traje.
-Necesito hablar de algo urgente contigo -se rascó la nuca. Oh, oh, eso era algo malo.
-Claro, ¿de qué se trata? -traté de parecer lo más calmada posible.
-Es sobre la boda -alzé la ceja al oírle decir eso- Me temo que... tenemos que atrasarla -soltó la bomba.
-¿Puedes repetirlo? Es que creo que he entendido mal -la furia se estaba haciendo de notar.
-Lo has oído Karen. Tengo cosas importantes que hacer que requieren mi atención.
-¿Y esas "cosas importantes"... -hice las comillas con los dedos, levantando la voz- son más importantes que nuestra boda?
-No es eso, y lo sabes bien Karen -dió un paso a mí. Ya sabía lo que pretendía hacer. Hacer contacto físico para ganarme.
-Déjate de cariñitos Derek. ¿Se puede saber que es eso tan importante para atrasar la boda? -puse los brazos en jarras.
-No es algo de lo que tengas que preocuparte -dijo tranquilo.
-No es algo de lo que quiere preocuparme, es algo que simplemente quiero saberlo -insistí.
-Karen... La boda ha sido atrasada, y punto -zanjó el tema con su seriedad.
-Siempre tienes que ser el que maneje todo, ¿verdad? -me aguanté las lágrimas.
-Es por tu bien Karen -me acarició la mejilla pero se la quité de golpe.
-Sabes bien que sólo se trata de ti -y lo esquivé, yéndome corriendo hacia el bosque.
Oí unos sollozos en medio del bosque, por la zona donde iba caminando. Me acerqué curiosa al lugar donde provenían esos sollozos.
Una niña lloraba en medio de un claro, con la cara roja y su rodilla ensagrentada, con una grave herida infectada. Mis insistintos se despertaron, pero no permití que me controlaran. No pensaba herir a una niña pequeña.
-Hola pequeña -me acerqué a ella para que me viera una vez que volví a mi estado normal.
-Ho-hola -me respondió con voz aguda. Yo le sonreí amablemente.
-¿Qué haces aquí solita? -me arrodillé ante ella.
-Mi mamá -lloró sin poder continuar.
-¿Te has perdido? -le pregunté pasando mi mano por su cabello.
-Mi mamá estaba aquí y... Un hombre le mordió el cuello -miraba a la nada, como al lugar de los hechos. Justo enfrente suya.
-Lo viste todo -dije sin poder creerme que una niña presenciara el asesinato de su madre.
-Me duele -se quejó al doblar la rodilla sin querer.
-No te muevas -quise curarle, pero no podía inyectarle mi ponzoña. Aparte de que era una recién convertida y todavía no se me habían desarrollado todas las habilidades de vampiro, la niña era demasiado pequeña. Tal vez no pudiera resistir el poder la ponzoña y podría morir, cosa que no iba a permitir- Te llevaré a mi casa, donde te curaré -barajé más opciones, pero esa era la única.
-¿Vives en el bosque? -preguntó asombrada.
-Si, pero no podemos ir hasta la noche -le sonreí. No podía ir ahora y poner delante de todos los vampiros a la niña. Decidí esperar hasta la noche, ya que algunos salían a cazar y otros mientras descansaban.
Cuando ví que la luna ya había aparecido, cogí a la niña en brazos y fuí dirección a la casa. Me aseguré que no había nadie rondando por los alrededores y entré lo más sigilosa que pude.
-Me duele mu... -le chisté para que bajara la voz.
Subí a tientas las escaleras ya que con la niña en brazos no las veía y la llevé a mi habitación aparte de la de Derek, donde me había mudado hacía unos días atrás.
-Voy a ir a por cosas para curarte, pero para eso, necesito que me prometas una cosa -le cogí de las manos para que dejara de temblar.
-¿El qué?
-Que no salgas de aquí, y que sobre todo, no hagas nada de ruido -le sonreí para que viera que podía confiar en mí. Me respondió igual y salí de allí lo más rápido que pude.
Esquivando a la poca gente que había por los pasillos, llegué a la habitaciòn contigua a la cocina donde estaban las medicinas.
Cuando estaba llegando a la habitación, ví que la puerta estaba abierta. Me dí más prisa, dispuesta a repetirle a la niña que no hiciera más ruido ni que saliera.
Pero cuando llegué al umbral, ví que ella seguía allí, pero acompañada. Se me cayeron todas las medicinas y vendajes al ver como la tenían.
La niña estaba resistiéndose ante los vampiros que la tenían sujeta. Derek la miraba amenazante, pero sus ojos pasaron a los míos, con furia.
-Eli -iba a socorrerla, pero unas manos me retuvieron. Uno de los secuaces de Derek- Déjame.
-¿La has traído tú? -me preguntó Derej saliéndose de sus casillas.
-Si, estaba llorando en el bosque herida...
-Has traído a una hija de caza vampiros a nuestra casa -la señaló mientras que ella temblaba del miedo- ¿Cómo se te ha ocurrido?
-No tenía ni idea de eso. De todas formas, ella está herida -me seguían teniendo sujeta- Dile que me suelte Derek -le rogué.
-No -le indicó al que me sujetaba con la cabeza la puerta. Comenzó a arrastrarme fuera de la habitación.
-¿Qué...? ¿Qué haces? -me resistía- ¡Derek! -me miró antes de que desapareciera por el pasillo.
Lo último que oí fue a Eli llorar y chillar del miedo.
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ESCLAVA DE SANGRE
Vampir¿Qué pasaría si un día cualquiera te cogieran y tu vida cambiara para siempre? ¿Qué pasaría si tuvieras que elegir entre tu vida o el que dice ser "tu amo"?