ESCLAVA DE SANGRE

NI AHORA, NI NUNCA

-¡Abridme! -pegaba puñetazos una y otra vez a la puerta en vano. Me caí de rodillas sobre el suelo desesperada por aquella situación.

Me levanté cuando paré de llorar dispuesta a derribar aquella puerta. Reuní todas mis fuerzas, sacándolas de mi interior, diciéndome a mí misma que sólo tenía que buscar mi lado vampírico para poder conseguir mi objetivo.

Le pegué una patada que si hubiera sido humana, me hubiera obligado a quedarme sin pierna. Sonreí de la emoción y recorrí el pasillo de vuelta a la habitación donde dejé a Eli.

Cuando llegué, no había nadie, ni rastro de ella. Ví un pañuelo, encima de la cama. Lo cogí y lo olfateé. Seguí el rastro de su olor hasta la puerta del salón de entrenamiento.

Abrí la puerta y allí estaba, tirada en el suelo. Había una mujer, vampiresa, concretamente, dispuesta a succionarle toda la sangre. Antes de que le hincara el diente, corrí hacia ella y la aparté de Eli.

Eli descubrió su cara y se tiró a mis brazos al verme junto a ella. Yo también le respondí igual, contenta de ver que estaba bien.

-Tranquila cariño, ya estoy bien -es increíble cuanto cariño le había cogido a esa niña en tan poco tiempo. Supongo que me recordó a mí, perdida e indefensa.

-Mi mamá... -miró temerosa a la mujer que nos miraba sin comprender.

-¿Qué...? -entonces lo comprendí- ¿Es tu mamá?

-Si -murmuró comenzando a llorar de nuevo, de pena.

Una mano me alejó de Eli sin darme tiempo a reaccionar y me ató ambas manos en mi espalda con plata. Si intentab mover las manos, me dolía debido a la quemadura que hacía en mi piel.

-¿Qué crees qué estás haciendo? -le pregunté de mala leche. Derek apareció ante mí con una expresión bastante violenta.

-Se lo he ordenado yo -respondió por él. Yo le miré alucinando con su actitud.

-¿Y tú qué problema tienes conmigo? -le planté cara- Me estás tratando como si fuera un auténtico perro -paré de moverme debido al roce de la plata contra mi piel.

-No quiero que te metas en esto. Tú no -me explicó serio.

-¿Por qué estás haciendo esto? Es una niña... -me estaba dando ganas de pegarle una patada al chico que me tenía retenida.

-Es una futura caza vampiros. Se convertirá en lo que puede matarnos -la señaló y la miró con asco- Piénsalo, ella podría matar a nuestro hijo en un futuro muy cercano -dirigí mi mirada a ella, imaginándome lo que estaba diciendo Derek- No querrías que ocurriese eso, ¿verdad?

-No -dije, resignada. Puso sus dedos en mi mentón y me obligó a alzar el rostro hacia él.

-Lo estoy haciendo por nosotros. Por ti -se arrimó más a mí- Quiero que lo sepas -se apartó de nuevo y se giró hacia la mujer que lo miraba en espera de alguna orden- Procede -yo lo miré sin entender que quería decir, pero enseguida lo supe.

La mujer se abalanzó sobre Eli y sin darle posibilidad de defenderse, le mordió la yugular, tomando toda la sangre de su pequeño organismo.

-¡No! -chillé queriendo ir hacia allí a ayudarla, pero la cuerda me lo impedía.

Cuando la ví desfallecer, me cabreé tanto que las rompí, rasgándome las muñecas de un modo poco agradable, pero me dió igual, ni siquiera sentí el dolor, porque todo lo que me importaba en ese momento era Eli.

-No, no... Eli -pasé mis manos por su carita- Por favor, tú no... -estaba arrodillada al lado suyo, y hundí mi rostro en su pecho, en donde su corazón no latía más.

-Karen -esa voz... Derek me levantó sin poder impedirlo debido a su fuerza- Te has roto las muñecas -me miró con preocupación. Fue ahí cuando me dí cuenta de la sangre oscura que brotaba de ellas.

-¡Tú! -le aparté con brusquedad. Él, sin esperarlo, dió un traspié- ¡Tú le has dejado que la mataran! -le miré con odio- No eres más que un asesino -le eché en cara.

-Ya te lo he dicho. Es por nosotros. Por nuestra raza. Por ti -retrocedí cuando se quiso acercar.

-¡La has matado! -señalé su cuerpo inerte- ¡Sólo porque era una caza vampiros!

-Los de su raza han sido los culpables de muchas muertes de nuestra raza -Derek también comenzó a levantar la voz ante la atenta mirada de los espectadores.

-¡Y ellos también han sufrido pérdidas por vuestra culpa! -si os dais cuenta, me excluí de su grupo- Has hecho que conviertan a su madre en un... monstruo sin corazón. ¡Ha matado a su propia hija! -dije sin poder terminar de creérmelo- No pienso formar parte de esto -negué con la cabeza con lágrimas rojas cayendo por mis mejillas.

-No lo entiendes. No entiendes nada. Hago todo esto para que seamos felices. No pararan hasta arrebatarte de mis manos. De este modo, serás mi esposa -no se rendía, quería llegar a mí.

Al final, sin pudor alguno, logré decir aquellas palabras que marcarían mi destino:

-No Derek, no pienso ser tu esposa, ni ahora, ni nunca -juraría que su corazón dió un vuelco- No quiero volver a verte en mi vida -y salí de allí siendo consciente de lo que acababa de hacer.

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Las cosas se han puesto feas y sólo quedan seis capítulos...

¿Creéis que Karen está exagerando o está haciendo bien?

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