9. ¿Cambió algo?

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Alex.

Miré al cielo.

No podía dejar de pensar en que en pocos minutos me encontraría con Kelsey, era una simple fantasía pensar que parecía como si nada de lo que pasó en el accidente hubiera ocurrido del todo. Resultó tan sencillo imaginar que todo era parte de una pesadilla, una lección de vida que se esfumaría como el humo. Sin embargo, en ese momento en que le hice aquella pregunta a Kelsey en su departamento, ni siquiera sabía si volvería a verle.

Estaba vistiéndome cuando los chicos entraron a mi habitación armando un jaleo de mil demonios.

Miré el reloj.

8:45 a.m.

Sólo quedaba una hora para reunirme con Kelsey y ayudarle en lo que podía a recuperar su memoria, al menos algunos recuerdos. Me detuve a suspirar. Mataría a estos imbéciles.

Salí del vestidor colocándome la chaqueta sin saber que era el centro de las miradas de mis amigos. Negué con la cabeza y fui el primero en salir de la habitación.

La luz me golpeó en los ojos al salir de la residencia. Había mucho más viento que de costumbre, aún faltaba media hora para ir por Kelsey, así que decidí perder el tiempo caminando sin rumbo. 

Cualquier camino me servía con tal de aclarar mis pensamientos lo mejor posible.

No podía creer que conocerle me hubiera aturdido tanto, y más con todo lo que ha pasado. Tenía ganas de deshacer mis pasos e ir tras ella. De llevármela lejos de aquí. Pero yo no tenía derecho a hacer aquello. El amor no estaba diseñado para mi, por mucho que mi corazón e, incluso, mi mente se emplearan en lo contrario.

Iba a salir de la calle cuando de súbito mi celular comenzó a vibrar en el bolsillo de mi chaqueta.

Lo tomé y el identificador de llamadas decía "KELS". 

Rápidamente pensé ¿Estaría bien? ¿Le pasó algo malo?

-¡Hey! ¿Estás bien?

Podía escuchar su respiración al otro lado del teléfono.-Si, ¿Crees que podríamos vernos ahora?

-Pero... estás en clases ¿o no?

-No.

-¿Y eso?

-Te explico acá... ¿Puedes venir ahora?

-Si.

-Okey. -Cortó la llamada.

Guardé mi teléfono en el mismo bolsillo en el que estaba y me dirigí hacia el borde de la acera, el clima cada vez se hacía menos caluroso. Ya pronto llegaría el invierno, cosa buena porque estaba cansado de tanto sol quemándome la piel. Bajé mi mirada cuando mi móvil vibró nuevamente en el interior de mi chaqueta y suspiré pesado.

No me interesas más.

Le dije a la pantalla que marcaba el nombre de Reachel en llamada entrante y subí a mi motocicleta y aceleré con un solo destino en mente.

El viento traspasaba el casco de seguridad y me hacía sentir de alguna forma, una persona libre y fuera de preocupaciones cuando sabía perfectamente que era todo lo contrario. Suspiré y aceleré aún más, sobrepasando el límite de velocidad permitido, los arboles cada vez eran irreconocibles a medida que aceleraba y mi chaqueta se balanceaba bruscamente debido al viento.

 Sonreí, esto era libertad.

Comencé a disminuir la velocidad cuando veía cada vez más claro el edificio del instituto. No veía a Kelsey por ningún lugar, no había rastro de ella, de seguro cambió de idea y no pudo perder un minuto más de clases.

Aparqué la motocicleta en uno de los tantos estacionamientos que tenía este instituto, caminé hacia uno de los banquillos de aquel parque frente al edificio y respiré profundo. Al poco tiempo el cuerpo de Reachel se sentó a mi lado sin decirme más, me sentí dentro de una película de trafico de armas o drogas.

-¿Cambió algo? ¿Todo sigue igual?

-¿De que? -Me contraje.

-Del plan.

Por ese instante una lluvia de ideas me azotó la cabeza. Supe que seria lo peor, pero sentía que ero lo mejor al mismo tiempo.

-Si, de hecho ha cambiado absolutamente todo.

-¿De que hablas? -Arrugó la frente.

-Todo ha terminado, deja a Kelsey en paz.

-¿Que? -Sus ojos se abrieron como platos.

-¿Sabes porque se cambiaron los planes?

Se tensó, pude verlo cuando sus manos se volvieron puños.

-Olvídate de las becas de Kelsey...

-No, escúchame bien. -Me posicioné frente a Reachel. -Todo esto terminó, no soy más tu títere, ¿Te lo escribo? ¿Te lo explico con manzanitas?

-No. -Habló entre dientes.

-Bien, que obediente. -Me giré y di un par de pasos. -Ah, y por si se te ocurre molestarla durante clases o llamarla me enteraré y no va a ser bonito cuando me encuentre contigo. -Seguí mi camino y abandoné el parque. Supe que no me había seguido.

Caminé sin mucho afán hasta la entrada del instituto. La llamada de Reachel me había valido madres. Cuando ingresé detallé a distancia a Abby junto a Max caminando por uno de los pasillos y decidí aproximarme a ellos.

-Te ves fatal. -Me dijo Abby. -¿Pasó algo?

-No.

-¿Estás seguro? 

Asentí. -¿Han visto a Kelsey?

-La última vez que la vi me preguntó acerca de la noche del accidente. -Hizo una mueca. -Después me dijo que iría a clases. Debe andar por acá.

-Gracias. -Me di la vuelta dispuesto a buscarla.

-¡Hey! -Me llamó Max. -¿Te veo después? 

Asentí. -Debo irme. -Corrí hasta la salida sin mirar atrás.

Tenía que encontrar a Kelsey, Reachel ahora formaba parte de una amenaza. No confiaba en ella, menos aún si Kelsey no recordaba nada. 

Tenía que encontrarla. 

Tenía que hacerlo.


No me olvides (#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora