4. Eso debe apestar.

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Kelsey.

Habian pasado horas de  ocurrido con Alex y me estaba volviendo loca el solo hecho de pensar en lo que paso, en la intensidad con la que me devoro los labios, jamas había dado un beso como aquel, que pensaría mi padre de esto, que pensaría Abby del beso.

Suficiente tenia como para que Alex llegara a aumentar el peso de mis preocupaciones, estoy plenamente segura que este chico se iba a volver mi perdición dentro de poco.

Me levante de la cama con cuidado, tanto para mi pierna como para la persona que dormía junto a mi cama, esto resultaba ser algo incomodo en todas las maneras posibles, el hecho de dormir con alguien que no conoces pero que al parecer esa persona si lo hace... y muy bien, y actúa como si fueran amigos de toda la vida.

Gire el pomo y la puerta soltó un sonido bastante agudo como para despertar a mi acompañante de habitación, pero cuando me volví a verla parecía una mole entremedio de las sabanas roncando y haciendo que el sonido que había emitido la puerta fuera una mierda.

El piso estaba helado y mis bellos comenzaron a erizarse, provocando una piel de gallina... muy bien... ahora solo faltaba cacarear...

Llegue como pude a la obscura cocina sin milagrosamente golpearme con alguna cosa y encendí la luz; apenas lo hice la luz me segó y tuve que refregarme los ojos para que se adaptaran a la luz.

Tomé un vaso limpio y lo llené de agua, mi boca estaba seca y realmente la necesitaba, apenas la sostuve entre mis labios cuando escuche un sonido, algo parecido a una risa bastante grave para ser de una mujer.

Casi solté el vaso en cuanto pensé en que esa risa podría ser de algún ladrón o violador de mujeres vírgenes...

¿Era virgen cierto?

El solo hecho de pensar que no lo era y no acordarme del afortunado era suficiente para estallar. Giré sobre mis talones para ver de quien provenía esa grave risa y mis ojos se toparon con un chico bastante guapo, ya lo había visto antes por la casa, pero no pensé que era uno con los cuales compartiría departamento.

Su nombre no recordaba... 

¿Cómo es que se llamaba?...

¿Florencio?... 

¿Norberto?... 

¿Jacinto?... 

Me doy.

Suspiré derrotada y de un trago me acabe el vaso de agua. De verdad que tenia sed y de algún modo el agua helada recorriendo mi garganta me ayudo a olvidarme por un segundo de mi condición. Un maldito segundo. Un miserable segundo.

—¿Cómo lo llevas? 

—Bueno... Por donde comenzar... No te recuerdo, de hecho no recuerdo nada, todos hablan de un jodido accidente del que no recuerdo, tengo la pierna enyesada con una maldita fractura que me hice por un misterioso accidente y e visita un chico que dice ser mi novio del cual tampoco recuerdo... Asi es que hummm no, no lo estoy llevando bien.

—Eso debe apestar. 

—No sabes cuanto.

El hace una pausa y añade. 

—Me gustaría poder recordarlo.

—¿De verdad no le recuerdas?

Negué. 

—No podía dormir.

—¿Insomnio?

Negó. —Se interrumpió el mismo debatiéndose entre decir o no decir lo que estaba pensando, estaba actuando muy nervioso, como si fuera su mayor secreto el que iba a contarme. 

—Es algo complicado. 

Dejé el vaso que aún tenía en mis manos en el fregadero, luego lo limpiaría y me senté a su lado en el sillón.

Fruncí el ceño. —¿Porque es complicado? ¿Problemas en el paraíso?

Negó. 

—Eso si que apesta. 

—Lo peor de todo. 

—¿Porque dices eso?

—Bueno, porque ella es hermosa y yo no le merezco, soy una persona muy jodida sabes.

Negué. 

—Digo la realidad Kelsey, alguien debe hacerlo.

Seguí negando. —Es muy difícil que alguna mujer no se fije en un hombre como tú. Mírate.

—¿Estás segura de eso?

Asentí volviendo a preguntar. 

Me miró a los ojos muy intensamente para mi parecer, su mirada era como que clavaban miles de cuchillas, no me malinterpreten pero de cierta forma me asustaba su intensidad. No podía con esto. No quería que siguiera. Definitivamente debería haberme ido a la cama.

—Tú.

Se acercó peligrosamente acortando toda la distancia que nos separaba y me besó...

No me olvides (#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora