17. Señor trasero perfecto

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Kelsey.

Deje que el agua cayera sobre mi cuerpo esperando que esta se llevara mis pensamientos y mis problemas pero no podía evitarlos, aun sentía un poco de dolor en mi pecho debido a las palabras que aun retumbaban dentro de mi cabeza. 

Le pegue un golpe a la pared y di un grito mudo, sentía la ira una vez más recorrer mis venas por todo lo que estaba sucediendo. Habían pasado tres jodidos días en donde teníamos encontronazos y siempre salía excesivamente cariñoso con la arpía de Reachel, siempre estaba pegada a él y lo peor era que en ocasiones me veía y lo hacía aun peor, sabía que tenía que olvidar lo pasado pero no podía hacerlo. 

Cerre los ojos y me apoye en la pared de la ducha golpeándome la parte trasera de la cabeza algunas veces, sonaba demasiado fácil el olvidarle pero no podía hacerlo siendo que estaba cada jodido minuto en mi cabeza. Salí de la ducha y me seque rápidamente, me puse la ropa interior y salí como si nada para vestirme con la toalla en el cabello.

Las horas se me pasaron volando. Abrí las ventanas de la habitación de par en par, dejando que entrara la brisa fresca del exterior que, poco a poco, iba trayendo olores más y más parecidos a la lluvia. Dicho y hecho; comenzó a llover sin parar. Mi habitación ya estaba más que impecable.  

La habitación se había puesto un poco fría debido al viento del exterior; y aunque ya había cerrado la ventana hace un tiempo, el aire seguía contenido en el lugar. Salí de la habitación hacia la cocina donde me serví una espumosa taza de café, debía preparar a mi organismo para las clases mas aburridas y amargas de toda la semana. Hoy vería de nuevo las caras de la "parejita del momento", así era como estaban en boca de todo instituto. 

Comenzó a vibrar mi celular justo cuando comenzaba a interesarme por un programa que estaban transmitiendo, lo saqué del bolsillo de mi chaleco, miré la pantalla y era una llamada de Abby, contesté la llamada y escuchar su voz fue como si una ola de seguridad me abrazara, me sentía tan sola en ese momento, que aunque estuviera muy enojada y dolida, la voz de la persona que quiero podía hacerme sentir un poco mejor.  

 -¡Llegaras tarde! ¿Vendrás aunque este lloviendo, no es así?- La verdad es que pasar tanto tiempo sin verla me había dejado con una sensación de vacío que no experimentaba hace mucho.  

-Que si voy. Voy a llegar un poco tarde. Tengo que hacer un par de cosas y quizás pare de llover un poco. - Mentí. Aunque la lluvia realmente estaba agresiva... si bien debía caminar un par de cuadras, no encontraba necesario el esfuerzo siendo que mañana podría amanecer con sol.

-No pretenderás dejarme sola y aburrida con el Señor Trasero perfecto ¿O si?- Me dijo un poco histérica. La escuché suspirar desde el otro lado.

-¡No! ¿Cómo se te ocurre?

-¡Vamos! El día esta perfecto para unos Capuchinos y unas magdalenas. - Me dijo en un tono que sabía que no me negaría a unas magdalenas. 

-¡Esta bien! No tardo.

-¡Muy bien! Ahora deja de estar en modo "emo" y ponte guapa para mí

-Nos vemos. - Abby ya había colgado, pero aquello no significaba que yo también lo hubiera hecho. Me había quedado con el móvil en la oreja como si aún estuviese al otro lado de la línea... ¿Cómo es que me decía cosas como esas? Cuando noté que me veía ridícula con el móvil en la oreja, lo dejé en el brazo del sillón y me preocupé de revisar que todo estuviese en orden. Me sentía nerviosa; era como si mi mente se estuviese preparando para lo peor. 

¡Basta maldita sea! Me dije a mi misma. Estaba siendo paranoica.

 La lluvia no había cesado y las nubes habían hecho que se oscureciera más rápido.

Entré a mi habitación, dirigiéndome al ropero para abrirlo con rapidez en busca de alguna camiseta que me quedara bien.  

Opte por colores oscuros porque era como realmente me sentía en estos momentos. Tome un par de pantalones negros, una camiseta manga larga de un tono menos oscuro que los demás, era plomizo y una chaqueta para el frío sin mangas del mismo tono negro. Tome un par de botas negras de mi armario, me las coloqué y salí en busca de mi bolso para salir.

Una vez salí a la calle el frío me chocó como a quien le pegan un puñetazo.

No me olvides (#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora