Alex.
El amor es una enfermedad de las más jodidas y contagiosas. A los enfermos, cualquiera nos reconoce. Hondas ojeras delatan que jamás dormimos, despabilados noche tras noche por los abrazos, o por la ausencia de los abrazos, y padecemos fiebres devastadoras y sentimos una irresistible necesidad de decir estupideces.
Han pasado tantos días, ni el tiempo ni la distancia han podido con nosotros. Aunque somos dos los personaje de esta historia, el verdadero protagonista ha sido el amor, ese sentimiento inigualable e inexplicable que llegó a nuestras vidas.
Aunque pase el tiempo y vivamos cosas de todo tipo, este amor que siento por ella crece a pasos agigantados, me imagino una vida entera a su lado, me imagino envejeciendo juntos, así suene un poco exagerado, me gustaría compartir todos los momentos y años de mi vida con una mujer como tú, porque es todo lo que yo quiero en el mundo para mí. Solo para mí.
-Quisiera tener la certeza de que te voy a ver mañana y pasado mañana y siempre, en una cadena ininterrumpida de días, que podré mirarte lentamente aunque ya me sé cada rincón de tu rostro; que nada entre nosotros ha sido un accidente. -Tomé su delicada mano entre las mías. Esperando alguna señal de que me escuchaba. -Y si te dijera que logras llenar mi vida de sonrisas, que cuando estoy a tu lado siento una enorme felicidad, que cuando me abrazas siento que es el lugar más bonito del mundo, que cada momento contigo ha sido inolvidable, si te dijera que has marcado mi camino, que has hecho de mi una mejor persona, que todo es más bonito desde que tú estás. -Besé su pálida mano, fría e inerte. -Y si te dijera que soy cursi porque me nace, que tienes todo lo que me gusta, que tus besos me encantan, que tus ojos me enamoran, que tu sonrisa me pone feliz, que mirarnos a los ojos y sonreír juntos es de las experiencias más bonitas que yo he tenido, es que estar contigo mi amor, para mi es de lo mejor que hay en el mundo... -Un nudo en el pecho crecía cada vez más. -Y si te digo que te extraño pero que te espero, que mi vida es más bonita contigo, y que quiero que despiertes. Te necesito más que nadie en este planeta podría jamás necesitar. Te necesito para que cuides de mí, para que me aguantes y más que nada te necesito para que me ames, porque te amo.
En sus ojos mi rostro, en los míos el suyo. En los rostros descansan los corazones fieles. ¿Dónde podríamos encontrar dos mejores hemisferios sin un norte definido, sin un occidente declinante? Aquello que muere no estaba mezclado con igualdad. Si nuestros corazones son uno, o nuestro amor semejante, ninguno desfallecerá, ninguno morirá.
Quizás, no tenga mucho que decir, los días pasan lentos y que todo sigue igual, pocas cosas cambian. Pero hoy lo único que quiero es verla, saber que con su presencia me llena y me alegra al mismo tiempo.
-Y necesito verte, necesito escucharte, necesito tocarte, necesito pensarte y es lo único que hago. Me está matando de a poco.
Habían transcurrido ya más de 3 semanas desde que la operación salió exitosa, las enfermeras me permitían mantenerme a su lado en todo momento y eso me sonaba a que David había tenido influencia en ellas. Seguía siendo el mismo imbécil de siempre.
Me había pasado días tras noche aquí, en esta incómoda silla. Solo desaparecía de su lado cuando mi estómago rugía por algo para comer, cuando mi cuerpo ya necesitaba una buena ducha o simplemente cuando tenía urgencias por ir al baño.
No había tenido la oportunidad de hablar con David para saber si este coma era temporal o simplemente todo dependía de su fuerza de voluntad para elegir la vida ante la muerte. Pese a que la operación había sido exitosa, su mejoría se iba a ver ante el tramposo tiempo.
Lo único que podía hacer útil en estos momentos era hablarle, no sabía si realmente me escuchaba porque no había señales de corazones acelerados ante el monitor, ni mucho menos movimiento alguno.
-Necesito saber si me escuchas, no quiero hacerme falsas esperanzas. Sé que quizás no lo hagas, pero necesito que siquiera me hagas saber que me escuchas. -Me pasé las manos por el pelo frustrado ante todo esto. -No te dejaré jamás, eso deberías saberlo. -Su mano levemente apretó las mías. -Sabía que lo harías, sabía que no me abandonarías. -Acaricié su pálido rostro. -Estamos a nada de serlo todo ¿Lo sabías?
Y vaya que era verdad.
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No me olvides (#2)
Random"Olvida el día que nos conocimos; olvida el primer momento en que me hablaste. Olvida todas esas cosas que me hacían reír, olvida aquel día que estaba triste y tú me consolaste. Olvida mis celos y mi orgullo. Olvida la primera vez que me dijiste que...