Alex.
Esperé pacientemente apoyado en la pared mientras mascaba un chicle, mirando a través de los lentes para ocultar mi resaca del día anterior. El cielo estaba despejado, ni siquiera una nube opacaba el cielo azul.
- ¿Alex?
Me giré hacia la voz que me había llamado.
-David. -lo saludé, sonriente.
- ¿Qué te trae por aquí? No es normal que aparezcas a plena luz del día.
- Lo sé -reí. -¿Qué estás haciendo? -Le pregunté, quitándome las gafas.
Me interesé en la tarea de David. Avance hasta el almacén, el cual David no utilizaba solo para guardar cosas, si no que le servía como un taller. Dentro, una moto parecida a la mía estaba con las ruedas hacia arriba.
-Estaba intentando arreglar esta porquería; como siga dándome estos problemas no aguantará mucho más -comentó, con pena.
Le eché un ojo al problema y palmee su espalda. -Tranquilo, no es grave. Te quedará como nueva.
-¿Y como esta Kelsey?
Todo mi cuerpo se tenso y se puso rígido. Mi humor cambió completamente. -No lo sé.
Pareció notar mi incomodidad porque no indagó más en el tema y fue directo al grano, tal como me gustaba que funcionaran las cosas. - ¿Qué quieres? -murmuró.
- Anoche tuve un problema. -Solté.
Me bajó el cuello de la camisa para mostrarle el parche que me cubría las costuras del hombro. David alzó las cejas.
-Fue un balazo limpio, con abertura de entrada solamente. No afectó ningún músculo, así que no quedará mucha marca.
-Total, una más que menos... -se burló al tiempo que sonreí. -Entonces, ¿qué necesitas? Ya está cosida, ¿no?
- Sí, pero un amigo tuvo que asumir la culpa ante el hospital y admitió haber disparado la pistola. -David negó con la cabeza con el rostro descompuesto. -Necesito que me falsifiques un permiso de armas.
David se volvió hacia la moto, desentendiéndose de la situación. Aún negaba con la cabeza. Rodee los ojos y me paré frente a él. Este levantó un poco la cabeza.
- No, Alex, no.
- Venga, David, solo conozco a otra persona que sabe cómo conseguir uno, pero es incluso menos probable que me lo haga que tú.
-Yo ya no hago esos trabajos, Alex, y lo sabes.
Achique los ojos y resoplé. -No me salgas con eso,David, que nos conocemos. -David se agachó a por una llave inglesa, nervioso. -Te has hecho el sorprendido con lo del tiro, pero sé muy bien que estuviste allí anoche.
David desvió la mirada, nervioso. Sacudió su traje al darse cuenta de que aún le quedaban unas manchas de polvo en él. Mientras me paseaba por el almacén como si fuera mío, curioseándolo todo con detenimiento. Me senté finalmente sobre la mesa de trabajo donde David tenía todas sus herramientas, y allí encontré una pelota pequeña. La hice girar entre mis dedos, observándola, y luego juguetee con ella de mano a mano, notando lo incómodo que estaba poniendo a David.
-Además -comenté, desinteresado, al cabo de unos minutos de tenso silencio. -, creo recordar que me debes un par de favores. -Le vi tragar saliva.
Se quedó muerto durante unos segundos. -¿Por que haces esto? No te debo nada.
Bufé, bajándome de la mesa. -Si que me los debes. ¿Es que acaso no recuerdas?
David desvió la mirada, suspiró por un momento recordando todo el pasado y su mirada se dirigió hacía mis ojos. -Después de esto no quiero ver tu culo aquí.
-Ya sabes mis datos. -Dije sacando un papel del bolsillo y estampandolo contra la mesa. -Ahí tienes la foto. -el móvil vibró en mi bolsillo delantero -¿lo tendrás para mañana?
-Para esta noche. -Soltó poniendo sus manos en jarras.
- Genial. -Le palmee el hombro y salí de allí, poniéndome las gafas de nuevo. -Luego me paso a por ello.
Saqué el teléfono e identifiqué el número de Reachel en la pantalla.
" Estoy sola en la casa. Ven a hacerme compañía, me siento tan sola, necesito gritar tu nombre."
Bufé al tiempo que me pasaba una mano por el pelo, despeinandolo. No estaba mal un polvo rápido. Me subí a la moto y cambié el rumbo hacía la casa de Reachel.
Hoy me iba relajar.
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No me olvides (#2)
Random"Olvida el día que nos conocimos; olvida el primer momento en que me hablaste. Olvida todas esas cosas que me hacían reír, olvida aquel día que estaba triste y tú me consolaste. Olvida mis celos y mi orgullo. Olvida la primera vez que me dijiste que...