10. Recordé algo.

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Kelsey.

Me encontraba en patio del instituto, sacando el poco pasto verde que estaba debajo de mi cuerpo. Me sentía horrendamente vulnerable y no sabía si era por el hecho de que me estaba acercando peligrosamente a Alex o por la patética razón de encontrarme completamente sola en un lugar tan grande. 

No me gusta ser fría. No me gusta ver el dolor en sus ojos cada vez que evito uno de sus abrazos. No me gusta herirlo cada vez que no puedo decirle que lo quiero. No me gustan mis muros, ni su altura. No me gusta este sentimiento. Y es que como puedo asegurarle mi vida después de que descubrí estas pequeñas piezas que encajan a la perfección pero no dan ninguna explicación a esto que me esta pasando y que poco a poco me consume, me consume tan despacio que mi pecho se oprime y mi respiración deja de ser normal por unos instantes. 

No se que pensar, ni mucho menos que hacer, hay tantas piezas revueltas en la mesa que es difícil volver a armarlas y que encajen a la perfección.

¿Porque todo esto me parece ilógico?

Quisiera darle una oportunidad por la felicidad de ambos pero como podría dársela cuando mi vida en estos momentos es un completo desastre, no quiero derrumbar su vida con la mía...

Me pongo de pie en cuanto veo la hora en mi celular. 

Alex no vendrá. 

Lo sé. 

Coloco mi mochila por sobre mi hombro y me limpio mi pantalón por los residuos de pasto verde que quedó en él, tendré que lavarlos cuando llegue al departamento.

Salgo del instituto y decido irme caminando en vez de tomar el bus, observo a la gente feliz de la vida mirando prendas de ropa como si fueran la cosa más bonita que hayan visto alguna vez. Sigo mi camino entre tanta gente amontonada en las vitrinas, observando el número y las letras que se encuentran pegadas sobre estas diciendo un "70% de descuento", sonrío y sigo mis pasos. 

Hay una vitrina a mi lado derecho, venden autos y puedo ver mi reflejo de cuerpo entero, en tamaño real. No estoy tan mal. He estado mucho peor. Sigo caminando, cada vez estoy más cerca. A lo lejos diviso a un muchacho, está en la esquina de la residencia, tiene el móvil en la mano. Cabellera castaña, chaqueta de cuero negra. ¿Es él? A medida que me voy acercando puedo comprobarlo ¡Sí! ¡Es él! Me está mirando. Una sonrisa nerviosa se posa en mis delgados labios. Levanto la mano en modo de saludo. Creo ver una burla en su rostro. 

¡Qué calor hace!

 -Hola. -Le saludo.

-Hola- me responde. Su voz ronca. Se acerca, me da un beso en la mejilla. Su aroma.

¿Estoy temblando? ¿Que me pasa? Cálmate.

-Pensé que no vendrías. -Le digo.

-Aquí estoy. -Me sonríe. -¿Me explicarás porque has faltado a clases?

-¿Quien eres? ¿Mi padre? -Le molesto.

Sonríe. -No, pero en un momento fui tu novio. 

Y me quedé sin palabras. 

Larga una carcajada bastante ronca. -Estoy bromeando Kels. 

Miente, lo sé.

Pero agradezco que lo haga, me evitó un gran momento bochornoso.

-No me sentía muy bien. -Mentí.

-Eres una mala mentirosa Kels.

Sonreí. -¿A donde iremos hoy? 

Juguetee con mis dedos mientras esperaba a que me respondiera.

-A un lugar especial.

-¿Sólo eso me dirás? ¿Un lugar especial y ya? 

Asintió. -Nuestro lugar especial.

¿Nuestro? 

-¿Y eso me hará recordar? -Le pregunto.

Se encogió de hombros. -No lo se, esperemos que lo haga.

-Gracias. -Le digo.

-¿Porque? -Me pregunta confundido.

Sonreí. -Por ayudarme con esto, se que es difícil para ti pero necesitaba hacerlo. 

-No es nada, te lo prometí y yo cumplo mis promesas nena.

Me tomó de la mano y me guió hacia su moto, me colocó con cuidado el casco y se subió a la moto.

-¿Y tu casco? -Le pregunté.

Sonrió y negó con la cabeza. -Mi mayor prioridad en este momento es tu seguridad Kels, no quiero que le pase nada a la primera persona que llevo en mi moto. 

¿Qu...e?

*Un viaje en moto. 

*Una vecina con un arma.

*Mi padre.

-¿Kelsey? 

*Un Alex enojado.

*Un vacío en mi corazón con su ausencia.

*Mi padre en un hospital.

-¿Alex? -Lo miré.

-¿Kelsey estas bien?

Lo abracé. No quería soltarlo jamás.

-Si no quieres viajar en esta moto entiendo. -Me dijo algo colgado por mi repentino ataque de abrazos.

Negué. -Recordé algo.

Se tensó de repente. -¿Que has recordado?

Me separé de su cómodo pecho para tener una mejor vista de sus ojos. -¿Fuimos a ver a mi padre?

Sonrió. -Así es. 

-Eso fue fácil.


No me olvides (#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora