16. Estas dando lastima.

2.1K 138 8
                                    

Kelsey.

Me pare de forma brusca, sin dar contestación a sus miradas. Me dominaba un sentimiento de asco mezclado a una intolerable sensación de impotencia. Camine hacia él con la cara llena de ira.

-No me fastidies...

No podía creer que haya terminado así, su indiferencia me mataba y él lo sabía. ¿Por qué me hace esto? 

-Creía que después de la conversación no tendría que volver a verte la cara. -Soltó sin una pizca de arrepentimiento.

Y sonreí. Aunque tuviera los ojos cristalizados y estuviera temblando. 

Sigo en la eterna pelea contra mis recuerdos. Mi mente trata de recordar todo lo que era, pero mi estúpido corazón recuerda solamente las cosas buenas. Ojalá todo hubieran sido cosas buenas, así seguiríamos juntos. Pero no fue de ese modo. Supongo que es lo que pasa cuando vas creciendo. No me siento en deuda, pero sí siento que me debe tiempo. Ya no importa, ese tiempo se ha ido a la basura. El reloj no avanzó pero los meses se encargaron de destrozarnos.

-Eres un idiota.

-Te aviso... esto no es high school musical así que deja tu drama totalmente innecesario. 

¿Quien diablos se creía?Nunca había sentido un vacío más grande.

-¿Podrías ser un poco menos imbécil y darte cuenta de que yo también tengo sentimientos?

-Estas dando lástima. -Intervino Reachel.

Sonreí. -Tranquila, en algún momento inexistente me va a importar tu comentario.

 Mire sus brazos, estaban rodeando su cintura con fuerza mientras que sus piernas estaban entrelazadas. Esto ya se empezaba a salir de control y tenía que parar de mirar la escena, pero mi mente decía una cosa y mi cuerpo hacía otra.

 -Perdón por tratarte como si valieras la pena. -Le solté en su cara.

-¿De verdad crees que me importa?-Soltó una carcajada llena de odio.- Se exactamente lo que sientes por mi.

-Voy a decir bien alto lo que siento por ti... ¡SIENTO QUE ERES UN PUTO IMBÉCIL!  

Duelen, las malditas palabras.

-Soy el imbécil que buscabas cuando ya no tenias a nadie mas...

La verdad fue dicha y dolió aún más que todo lo que paso antes.  Sentí sus pensamientos, como una espada con la punta muy fina, se salían por sus ojos y atravesaban mi cuerpo, lastimándome. Cortándome. 

- Fui una estúpida al enamorarme de ti -Le grite.

- Y yo un imbécil al corresponder a tu amor -Sus palabras me dejaron callada y mi garganta se secó. -No quiero verte en mi vida, ¿te enteras? Sé que no vales la pena y si lucho será por alguien que me quiera y no juegue conmigo. Fue un placer conocerte.

Pretendía ser un idiota, lo ha logrado.  

-Para mí no.  

-Esta vez la puerta esta abierta, ¡vete! ya no iré por ti, esta vez puedes largarte que no me importara, ya hiciste bastante. 

-¿Yo hice bastante?

-¡Eres un error entendiste! Solo un simple error que no volveré a cometer, vete.

 Ya dolió todo lo que tenia que doler. No iba a quedarme a que fueran espectadores de mi vulnerabilidad. Lo mire con todo el odio que pude reunir y salí dando fuertes pisadas del lugar. Me había dolido, lo había hecho, pero no me iba a dejar pisotear por nadie. El rimel está muy caro como para desperdiciarlo en imbéciles que no valen ni la mitad de el.  

No me olvides (#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora