No me olvides (#2)

5. ¿Qué has recordado?

¿Hoy era el jodido día de besar a kelsey?

No pude seguir besándolo no porque no quisiera sino que no me provocaba la misma sensación como cuando Alex me besó. Me separe en cuanto Jacinto quiso profundizar el beso.

—Lo siento Jacinto, no puedo.

Alzó una ceja. —¿Jacinto?

—¿No te llamas así?

Suspiró frustrado. —Me llamo Jack.

Oooooh, que vergüenza... ¿Jacinto? ¿De verdad Kelsey? ¿No se me pudo ocurrir algo mejor que Jacinto, Norberto o Florencio?

Que gran repertorio.

—Yo... Lo siento.—Me disculpé.

—No debí haber hecho eso. Lo siento... Jamás volverá a ocurrir. —Hizo una pausa evaluando algo en su mente. —Es una promesa.

¿Una promesa?

Promesa.

Esa simple palabra algo provocaba dentro de mi sistema. No sabía como explicarlo. Era jodidamente extraño.

—¿Promesa?

—Si, ya sabes... Cuando algo no volverá a pasar por tu cuenta un...

—Si se lo que es una promesa, no se me olvidó eso.

—Por un momento pensé que si...   

Negué. —No seas imbécil.

Me miro ofendido. —¿Me has dicho imbécil?

Asentí.

—Retractate.

¿Retractarme?

¿Retractarme?

Esto era muy extraño, sentía como que ya había escuchado eso. Sentía como que ya había escuchado esto. Sentía como que ya había pasado por esto... Un deja vu.

Definitivamente me estaba volviendo paranoica con todo esto.

—¿Kelsey... estas bien?

Asentí sin responder.

—¿Segura?

—Si... yo solo... creo que debería irme a dormir.

Asintió. —Está bien, cualquier cosa mi habitación está al lado de la tuya.

—Gracias... buenas noches.

—Que descanses.  

Le sonreí y me pare como pude del incómodo y pequeño sillón para irme a mi habitación compartida. Iba a mitad de mi meta cuando escucho mi maldito celular tan fuerte que pegue un salto y corrí, literalmente porque en mi condición, con mi pierna hecha un desastre no podía ir más rápido que un caracol.

Cuando llegue a mi velador tome mi teléfono entre mis manos y pude ver un mensaje... un mensaje de Alex.

Alex.

Alex.

El chico que me besó.

El chico que por alguna razón mi estómago se ponía en mal estado.

"De ti me gustan esas cosas que no soporto en los demás."

¿Que se supone que significaban esas palabras? ¿Que se supone que debía responderle? ¿Cómo debía sentirme al respecto? ¿Porque me hacía tantas preguntas por una sola persona? Estoy mucho peor de lo que creí establemente posible.

—¿Quién te llama a esta hora? —Me pregunta la chica de la cama de al lado.

—Fue un mensaje.—Le digo.