Capítulo 58.

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No quería abrir mis ojos, no podía, sentia mis parpados pesados, como si estuvieran pegados a mis ojos, estaba debil. Desecha, sin saber que hacer.

Escuche algunos ruidos a mi lado derecho y me sobresalte al sentir unos labios sobre mi mandibula, aprete mis parpados y mi pulso se acelero, de nuevo, Louis seguia besandome y una de sus manos se paseaba por mis piernas. Pero el miedo se hizo mas intenso al sentir los dedos de Louis entre mi vagina. Volvi a sobresaltarme.

No puede volver a hacerlo, no puede volver a hacerlo- me dije a mi misma pensando en que volveria a violarme en estos momentos, no podía creerlo, ¿acaso quería matarme?

La sensacion de sus dedos dentro de mi era excitante pero no sabia si eso era mas fuerte que mi miedo por sus golpes. Sus labios viajaron a los mios y me beso con brutalidad mientras se ponía sobre mi, sin sacar su mano de mi interior

-Ya dejame... por favor- alcanze a susurrar.

No se como fue que me atrevi a decirlo sabiendo la falta de fuerzas y el temor que tenía. Y como si fuera un milagro, se detuvo.

Saco su mano de mi interior y suspiro.

-No lo hago por ti nena, mi padre no debe tardar- dijo con el mayor cinismo

Me dio un beso sobre los labios y se me quito de encima, escuche sus pasos y el movimiento que hacia mientras se colocaba sus jeans, el cierre de la cremallera subio y camino hacia la puerta de la habitación dejandome completamente sola.

Las lagrimas en mis ojos hicieron que pudiera abrir mis parpados y mire al techo de la habitación. Solte un sollozo fuerte y me gire al lado izquierdo tomando mis piernas entre mis brazos elevandolas hasta que quedaron al nivel de mis costillas. Mis sollozos eran incontables, me sentia por segunda vez lo mas sucio y supe que era estupido creer que alguien como Louis iba a cambiar...

No se exactamente cuanto tiempo estuve llorando pero sentia mis ojos inchados y seguro si me iba a ver al espejo sería un asco.

Mi sangre se helo al escuchar la puerta abrirse y unos pasos en la habitación.

Déjame sola...

La cama se undio y un aliento tivio roso mi oido.

-Será mejor que te vistas, mi padre esta en su despacho. Quiere verte.

-Esta bien- dije mirando la cabecera de la cama y espere a que se marchara pero no lo hizo. Se sento en el borde de la cama y no me quito la mirada de encima, sentia que me asfixiaba.

Me levante tapandome un poco con la sabana pero eso no importaba ya, mi cuerpo entero ya había sido visto, tocado y besado por el. No valia la pena taparme así que no me importo y deje que cayera al suelo al levantarme para recoger mis prendas.

Lo mire de reojo y el seguía mirandome, no se si tendre la fuerza o la volunda para decirle que deje de mirarme. Pero no quiero mas golpes, más amenazas... ya no quiero.

Me coloque mi sosten y mis bragas lo más rapido que pude aunque mis ganas de hacerlo eran nulas, lo logre hacer. Al terminar de colocarme la ultima prenda no me gire a verlo. Solo camine hacia la puerta pero su brazo me detuvo.

-Recuerda no decir nada Alondra.- comento a mi espaldas y solte un gruñido al sentir el tiron de mi cabello mientras giraba mi cabeza.- Eres mía- dijo con lujuría y me acerco a la fuerza para darme otro beso. Aunque intente aventarlo no pude y mejor suspire, acomode mi cabello y salí de la habitación.

"Mi hermano violador" Louis TomlinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora