Capitulo 12

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  Narra Fede:

Estoy en la esquina del banco central. La veo desde el retrovisor de mi Audi. La miro cruzando las piernas. Es preciosa. Lo es siempre. En cada faceta. Hasta cuando se lo hago, hasta cuando está mojada. Ahora lo puedo comprobar perfectamente. Acomodo el retrovisor de nuevo, Gabriela se ha puesto de pie, trato de seguirle el paso. Está hablando con un tipo que probablemente le dobla la edad. La mira. Ella se voltea de pronto y busca algo en los cajones de su escritorio. El imbécil la está mirando. Observando su bonito culo tan disimuladamente como puede. Lo que no sabe, es que lo estoy viendo yo. Gabriela vuelve a voltearse, le sonríe, el tipo también lo hace – sabe disimular muy bien, debo admitir- le entrega unos folios y se sienta de nuevo. ¿Por qué carajo no se ha ido todavía? ¿Qué quiere con ella? ¿Acaso me mintio cuando me dijo que no tenía novio? . Que tipo. Quiere acostarse con ella, lo veo en sus sucios ojos.
Y quiero bajar del auto. Enfrentármelo y no sé por qué. Detesto la idea de saber que la tiene más cerca que yo. No puedo quitarle la vista. Es pre...¿ya lo dije verdad? De pronto alguien entra en mi auto con brutalidad.

- ¿Qué haces aca? – me preguntó Martin, acomodándose las Ray ban. Trae un ridículo pasamontañas. Ni siquiera parece él. Y yo entiendo por qué, estamos al frente del banco que robamos hace menos de dos días.

- Vine un rato. ¿vos?

- ¿Para qué? ¿sos idiota? la policía está buscándonos y vos te apareces justo en el lugar en donde nos tienen marcados. Si vine aca, es porque reconocí tu auto en la otra esquina del banco.

- Relájate. – le digo sin quitar la vista de mi retrovisor. En él está Gabriela, cruzando otra vez las piernas... que excelente manía.

- Si quieres tener sexo, andate a un telo. Pero no aca. – me dijo al observar lo que miraba. Él también se quedó un buen rato mirando.

- Déjame ¿dale? Ya estoy lo suficientemente grande.

- ¿A qué viniste?

- Quemierda te importa – no fue una pregunta, sino todo lo contrario.

- Vámonos.

- Quiero quedarme un rato más.

- ¡Vámonos, mierda! – grita una vez más. Golpeo el timón. Y volteo a mirarlo, me ha hecho enojar muchísimo. Enciendo el contacto del auto y avanzo un poco con este. Gabriela ya no está más en mi retrovisor. - ¿sabías que la rubia esa... la cajera...está viva? – me miró. Carajo, con todo esto... se me olvido ese pequeño detalle.

- Lo soluciono hoy ¿ta?

- ¿Dónde estuviste todos estos días?

- ¿Tenes que estar metido siempre en mi vida?

Martin niega con la cabeza, saca un cigarro del bolsillo de su pantalón y lo enciende.
¿Y qué le importa? No debería meterse en mi vida más de lo que le está permitido. Solo por que pertenecemos a Tentation no significa que deba saberse hasta la hora en la que tengo sexo. Y con quién... sobre todo... con quién... con ella... bonita... preciosa... aunque hayamos terminado mal anoche no significa hoy nos la pasaremos mal de nuevo. Ya lo verá por sí misma. Conmigo, no le quedaran más ganas de continuar con esa manía de cruzar y cerrar las piernas. Conmigo no.  


TENTATION | TOSCALIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora