Capitulo 49 [HOT]

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La desnudó rápido. Una vez más tenía a Gabriela entre las sábanas de su cama. Tal y como la primera vez. Se agachó para darle un beso, mientras esta acariciaba los músculos de su abdomen por debajo de él. Y se besaron, comiéndose la boca entre ellos, envueltos un juego de lenguas sin fin. Y a la misma vez, sus piernas se tocaban por debajo de ambos. Entrelazándose. Ambos calientes. Las piernas de Gabriela se enredaron entre la cintura de Federico, haciendo que su feminidad chocara contra su abdomen. Excitándolo. Excitándolo muchísimo más al notar lo mojada que estaba.

- Me gusta esto... me encanta saber que estás mojada por mí... - le dijo en un arranque de deseo. Gabriela soltó un leve gemido al escucharlo decirle esas cosas. Mucha razón tenía. Estaba mojada y caliente. – me fascina... - prosiguió él. Ella pasó sus manos por toda la espalda de Federico, aferrándose a ella. – pídemelo gatita, decime lo que queres...

- Garchame... - murmuró ella, apretándole los hombros.

- Más fuerte, quiero escucharte... - se inclinó y le besó la boca entera.

- ¡Garchame! – le pidió desesperada. Sus gritos solo hicieron que Federico perdiera la noción y la vista se le nublara más. Todo su cuerpo se tensó de un momento a otro. Ni siquiera el más santo podría con todo esto. Y él... que en definitiva no lo era, no se contendría. Hizo un leve movimiento de caderas e hizo que las piernas de Gabriela cayeran sobre la cama de nuevo. Las separó un poco con sus manos. Compartiendo una intensa mirada antes de poder meterse entre su cuerpo. Una mirada que terminó por interrumpirse cuando Gabriela cerró fuertemente los ojos al ser penetrada por él con dureza. Soltó un fuerte gemido que se escuchó por toda la habitación. Federico alcanzó sus manos entrelazándolas con las suyas. Apretándoselas fuerte. Buscando alguna manera de explicarle que podía aferrarse a él cuando sintiera que no podía más. Y ambos apretaron sus manos. De pronto, una embestida más fuerte, y otra, y otra... una más... cada vez aumentaba más la velocidad y cada vez el pene de Federico se iba endureciendo de una manera bestial. Gabriela le apretó las manos un poco más fuerte. Era muchísimo. Cada espacio de sus entrañas estaba siendo ocupado por el pene de Federico y lo duro que este estaba justo ahora.

- Más... má...s Fede.... – le exigió ella. Su voz se había vuelto pequeña y sin energías. Es que con él, no podía sentirse de otra manera.

Federico se metió de improvisto entre ella. Un grito. La garganta de Gabriela se volvía ronca de tanto haber gritado. Pero no pararía. Parecía que solo el hecho de disfrutarlo, le hacía querer más y más cada vez, hasta volverse insaciable.

Y él se concentró en lo suyo. Penetrándola con cada vez más fuerza y ganas. Sentía como la vagina de ella le arropaba el pene completamente. Cubriéndosela toda para sacarla lentamente y volver a entrar en ella con brutalidad.

- Sí... mnh... - le apretó la espalda e incrustó sus uñas entre su piel. Federico gimió también. Sin detenerse. Parecía como si nunca pudieran hacerlo. Como si nunca pudieran parar de amarse tanto como lo hacían. Penetró su cuerpo una vez más. A un ritmo más rápido. Gabriela gritaba aún más fuerte y hacía que las ganas de Federico aumentaran. Y su velocidad igual. Y la manera en la que la cogia se había convertido en la más rápida. Su cuerpo se movía sobre el de ella tan fugaz que Gabriela ya no podía sentir la diferencia entre las veces en las que salía y entraba de ella. Solo sentía el placer pasearse por su cuerpo. De pies a cabeza. La hacía perder el control y sentirse a más allá del cielo. No podía definir a cuanto... lo único que sabía, era que ambos estaban ahí. 


TENTATION | TOSCALIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora