Capitulo 44

213 17 0
                                    

  Estaciono el Mustang a unas cuadras del edificio de Martin. Miro por el parabrisas y lo veo salir de su departamento. Primer piso y no mucho que envidiar. Camina y se da cuenta que lo espero a varias casas de la suya, por lo que me hace una señal y se dedica a caminar mientras abre el periódico que recibio en le entrada de su casa, leyéndolo completamente tranquilo. Camina hacia a mí. Tengo muchas cosas que decirle. Una de ellas: que me escapo mañana mismo con ella. Lejos. Que la llevaré a donde me pida, en este viejo auto, y que probablemente no nos veamos en un largo tiempo.

Lo pienso una vez más y recuerdo las últimas palabras que le dije anoche.

***

- Te quiero solo para mí, gatita... solo para mí... para nadie más... - le digo en medio de caricias.

- Y yo... - me responde con la respiración rápida.

- Vámonos juntos, lejos, que nadie nos encuentre nunca. – se lo digo una vez más. Esta vez no me puse tan nervioso, lo cual agradezco infinitamente.

Ella se detiene. Mira hacia abajo y pierde su mirada entre nuestras piernas entrelazadas y las sábanas de la cama. La espero. Y cada segundo se hace interminable. Necesito su respuesta.

- Sí...acepto... - me dijo, dejándome completamente frío. – quiero irme con vos. – me besó en los labios una vez más. Una erección rápida se instala en mí, pero logro dejarla pasar y acoplarme a sus besos y a la respuesta que acaba de darme. – llévame lejos de aca, Fede.

***

Y recordar eso me hace sonreír. Y lo hago. Sonrío tan grandemente como puedo. Me la imagino conmigo todos los días, y suelto una risa en medio de mis pensamientos. Mojo mis labios. Mierda... hasta mi auto se ha quedado impregnado en su olor... seguramente ha sido por esa vez que hicimos el amor aca. Que bien huele. Mi piel se eriza. Me dan ganas de tenerla aca conmigo. De tocar su piel tanto como pueda. Me la imagino una vez más despertando en las mañanas a mi lado. ¿Pero qué carajo hiciste Federico D'Elia? Golpeo mi frente y miro los cigarros que traigo en uno de los bolsillos de mi cazadora. "Adiós a fumar", al menos frente a ella. Pero eso no me entristece. Al contrario, me hace sonreír como un idiota que no tiene por qué estar riéndose solo. Adiós a fumar... pero bienvenidos sean los baños que vamos a darnos juntos, o las veces que en vez de dormir...vamos a hacer el amor. Sonrío, esta vez ligero. De solo pensarlo, mi cuerpo se ha puesto atento. No puedo evitar pensar también en cuando la vean junto a mí... se les caera el pene a todos de ver la novia que tengo. Pero hasta ahí... porque es mía, e hice muchísimo para no perderla.

Un sonido. Es al frente. Es el ruido de unas llantas acelerando. Son tres autos blindados que han aparecido de repente a varias casas de donde estacione el Mustang. Frunzo el ceño, los tres autos rodearon a Martin dejándolo sin salida. Entonces... me doy cuenta de lo que está pasando...

- ¡Levanta los brazos! – un hombre sale de entre los autos blindados y apunta con un arma a Martin directamente hacia la frente. - ¡No te muevas! – le grita de nuevo.

Abro más los ojos. Martin sube los brazos y me mira con disimulo, al parecer, ningún oficial se percato de mi presencia. Trago saliva. Mi mejor amigo está acorralado. El pulso me empieza a correr rápido y mi respiración se acopla. Debo hacer algo justo ahora.

- Por fin te tenemos Martin Acuña. – otro tipo sale de entre los blindados. Este con un traje de oficial más a la antigua. Trae unas fotos en la mano y las compara con el rostro de Martin. Es él. El mismo de las fotos. Lo estuvieron buscando para atraparlo. Pero algo anda mal, al parecer, también buscan a alguien más.

Martin baja la cabeza.

- ¿Me buscaba? – le pregunta alzando las cejas y bajando las manos sin preocupación. Mierda. A Martin nunca se le va a quitar lo grosero, aun sabiendo que la policía lo tiene atrapado. Golpeo el timón del auto. Mis nervios aumentan.

- A usted, y a sus amigos Acuña. – le grita le oficial. Logro oír aquellas palabras y tenso los pómulos. El oficial baja la mirada y lee un par de folios que también trae en las manos. – Tentation... - empieza. – mafia francesa encargada de robar bancos y transportar el dinero hacia Paris para el narcotráfico de diamantes... - ríe. Mis manos empiezan a sudar. Lo sabe todo. Todos lo saben. Entonces me doy cuenta que no hay escapatoria. Trago saliva y le dedico otra mirada a Martin. Este no me mira, sigue concentrado en parecer relajado. En cualquier momento van a darse cuenta de que estoy ahí, pero no pienso irme... no sin Martin.

- Antes de que llegara estaba leyendo el periódico de hoy... - Martin sonríe irónico. Se inclina a recogerlo, varios hombres le apuntan la cabeza y le hacen un seguimiento hasta que vuelve a su posición normal.

- Terminarás de leerlo en una celda. – sonríe el oficial. Hace un par de señas y dos oficiales armados se acercan sigilosamente hacia un Martin tranquilo que lee un periódico con mucha normalidad.

Respiro dificultosamente. ¿Qué mierda está haciendo? ¿Por qué carajo no corrio hasta mi auto para irnos de aca? Mis nervios aumentan... lo único que se me pasa por la mente es acelerar hasta donde él está e irnos de aca... pero entonces, todo se complica aún más...

Martin decide correr a toda velocidad hacia una dirección contraria para poder escapar. Corre rápido. A todo lo que puede. Abro los ojos. Y no me importa nada. Encendiendo el Mustang y acelero a toda velocidad hacia donde él se encontraba. Un disparo. Dos. Ahora tres. Trago saliva. De nada sirvio que corra hasta él, los oficiales me notan y una de ellos se sube a un auto blindado dispuesto a seguirme. Y lo veo a él. Está tirado sobre la acera. Dos disparos en el pecho y uno en el brazo derecho. Entreabro los labios. Todo está pasando tan rápido. Muchos recuerdos se me vienen a la mente. Mi mejor amigo está muerto. Y no puedo hacer nada contra eso. Por primera vez me siento inútil y completamente miserable. Mis ojos se llenan de lágrimas. Una combinación de ira y frustración. A la vez tristeza... ¿Qué harías vos si tu mejor amigo te deja alguna vez? Nunca me hecho la pregunta, y ahora no tengo la respuesta. Trago saliva. Más recuerdos en mi cabeza. Cada uno es pequeño y cada vez más hiriente. Mi mejor amigo está muerto, y nadie en este mundo puede hacer algo para cambiarlo.

- ¡Atrápalo! – grita un oficial atrás. Vuelvo en mí, cierro y abro los ojos. Sin darme cuenta, tengo un automóvil blindado está detrás de mí persiguiéndome. Miro por el retrovisor. Solo algunas imágenes logran quedarse guardadas en mi memoria. La imagen de mi mejor amigo tirado en la acera... y de pronto... la de Max en el asiento copiloto del automóvil policial. Está ahí. Y puedo entenderlo todo.

Y Acelero. Más y más cada vez. Aquellas dos imágenes están en mi cabeza. Y el oficial me pierde de vista. Y entonces puedo entenderlo todo. Y todo se arma en mi cabeza como un simple rompecabezas. La única persona culpable, era la persona que yo más amaba en este mundo. 


TENTATION | TOSCALIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora