Capitulo 23

315 21 0
                                    

 De: Fede.
Text: ¿Qué haces?


Gabriela leyó el mensaje y sonrió de inmediato al notar de quién era.

De: Gaby.
Text: Me estoy dando un baño, que acabas de interrumpir.

Le contestó y dejó el celular en los bordes de la bañera de nuevo. Hizo la cabeza para atrás y trató de relajarse. Cuando de pronto, el celular comenzo a sonar de nuevo de la misma manera que lo hacía cuando se trataba de un mensaje de texto. Así que interrumpió toda la concentración que necesitaba para relajarse, y estiró un brazo para poder mirar el nuevo mensaje de Federico. Y es que saber que era él quién le contestaba, poco le importaba terminar de bañarse antes que responderle.

De: Fede.
Text: Mnh... eso suena bien... ¿me haces un espacio?

Gabriela enarcó una ceja al terminar de leer las últimas palabras.

- Mala idea esa de dejar las ventanas abiertas, nena. – Federico abrió la puerta del baño. Al ver a Gabriela metida en esa bañera... le provocó desnudarse de una vez por todas y meterse con ella.

- Idiota, me asustaste. – cerró los ojos y los volvió a abrir para mirarlo molesta. - Voy a tener que clausurar esa ventana. – puso los ojos en blanco. - ¿qué haces aca?

- Quería verte.

Cerró la puerta del baño y se adentró un poco más.

- Bueno una llamada diciéndome que venias no me hubiera estado mal...

- Te dije que venia, te mande un mensaje.

- Me lo enviaste cuando estaba aca adentro, lindo. – ambos se miraron. No lo habían hecho desde ayer por la noche. Esos segundos eran tan sublimes. Gabriela se quedó envuelta en sus ojos cielo que le fascinaban.

- Perdon por interrumpirte. – se disculpo él. – seguro querías relajarte... - se mojó los labios y la vio tirar su cabeza para atrás y cerrar los ojos mientras movía sus piernas entre el agua espumeante. Se quedó sin aliento. Sin siquiera poder moverse. Diosa. Era tan bonita. Y sabía cómo ponerlo. – pero seguro... yo podría hacer un mejor trabajo...

Entonces Gabriela abrió los ojos, encontrándose con un Federico sin camisa.

- ¿Qué haces?

- Voy a meterme con vos, gatita. – se saco los pantalones tan rápido, que hasta la misma Gabriela se sorprendió. Ni siquiera cuando estaban a punto de hacerlo se los sacaba tan rápido. Los zapatos quedaron fuera, y ahora... solo quedaba el bóxer.

- Fede no...

- ¿No queres?

- Sí... sí quiero. – bajó la mirada, encontrándose con el enorme bulto de Federico que rebosaba entre el bóxer. Lo deseaba muchísimo, pero nunca dejaría de ser tan tímida a veces.

- Entonces déjame que sea yo quién haga que te relajes.

Esa frase hizo que ambos se encendieran aún más. Lo siguiente que Gabriela observó, fue como Federico se sacaba el bóxer y lo llevaba hasta abajo, sacandoselo con los pies. Tragó saliva. Estaba desnudo ante sus ojos, la diferencia es que ahora estaba casi un noventa por ciento consiente. Contrajo las piernas para que Federico pudiera poner sus pies ahí. Poco a poco fue acoplándose y acomodándose en la parte contraria de la bañera, quedando frente a frente con Gabriela.

- Hola. – le saludó él. Y estiró los pies, a diferencia de ella que los había contraído para no tener ningún contacto con él, Federico quería hacer lo contrario. Lo hizo, y rozó disimuladamente con las caderas de Gabriela.

- Hola. – le respondió ella.

- Soñé con vos.

- ¿Sueños húmedos?

- Sí, algo así... - no pudo evitar reírse por el comentario de Gabriela. - fue un muy buen sueño, te lo juro.

- ¿Y qué pasaba? – preguntó Gabriela.

- ¿Enserio queres saber?

- Ajá...

- Te hacía cosas muy malas.

Una oleada de deseo invadió el vientre de Gabriela.

- ¿Cómo qué? – se atrevió a preguntar ella. Federico volvió a mojarse los labios. Aquella pregunta le hizo tensarse más de lo normal. Estaba erecto. Listo... listo para ella.

- No sé... soñé que bailabas para mí... - bajó la mirada y sonrió al notar lo que le había dicho a Gabriela.

- ¿De verdad?
Federico asintió.

- De verdad... - afirmó. Ella se mordió un labio, y para hacer que él no se contuviera más, sacó uno de sus brazos a la superficie y lo llenó de espuma... para luego limpiársela con el agua. Y aunque aquello, había hecho que Federico se excitara aún más, Gabriela decidió hacer lo mismo con sus senos.

- ¿Sabes lo que estas haciendo, no?

- Solo estoy tomando un baño, es tu culpa que veas cosas que no queres.

- Pero sí quiero. – le dijo con una voz ronca que hizo que algo ahí abajo arropara el sexo de Gabriela. - ¿queres que te cuente más sobre lo que soñé?
- Ajá... - dijo ella.

- Veni aca entonces.

La llamó con las manos. Gabriela se colocó de rodillas y caminó con ellas lentamente hacia el otro extremo de la bañera, justo en donde estaba Federico. Sintiendo como la mirada de este la comía. La sentía de una manera insuperable. Y le gustaba... al llegar, se desató el cabello y colocó sus dos brazos sobre los hombros de este. Federico la tomo fuerte de las caderas.

- Me gustas. – le susurró él. Gabriela abrió un poco más los ojos... era la primera vez que se lo decía. Y sentía que todo su cuerpo se había vuelto inmune ante el mundo entero. Que era él quien solamente importaba. Él, sus palabras, la manera en la que tocaba, la manera en la que le hablaba, la manera en la que lo hacían... su corazón empezó a latir rápidamente al recordar las palabras de Federico.

- Vos también me gustas... - admitió ella. Federico le acarició las caderas. Por su cabeza pasaban uno y miles de pensamientos adversarios. Tratando de corregir internamente lo que le había dicho. Pero no podía. Su corazón había explotado de una manera única. Estaba latiendo tan fuerte que apenas podía escuchar sus propias palabras. Gabriela le gustaba. Le gustaba más que como para una noche llena de sexo y sin lograr aprenderse su nombre. Y al escucharla decirle lo mismo... todo él...de pies a cabeza... se había puesto a su disposición. Era feliz. Feliz. Con todas las letras y en mayúscula.  


TENTATION | TOSCALIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora