El CD puesto en la grabadora. El volumen alto, acompañado con el silencio de la noche. Pero no importaba. Parecía como si el mundo hubiera desaparecido. Y era exactamente lo que había pasado.
Gabriela cerró los ojos. Una vez más, Federico se había introducido en su cuerpo completamente. Sus manos le abrazaron la espalda, marcándola con la fuerza de sus dedos y la presión que adquirían ellos al ser penetrada por él. Un gemido de la boca de Gabriela. Los labios de Federico besaban su cuello suavemente pero también salvaje. Sus manos la tocaban sin importar los límites. Las sábanas se habían corrido. Estaban desnudos. Tocándose y besándose como en ninguna noche anterior. Ambas respiraciones agitadas podían escucharse también. Al ritmo de la música. Federico también soltó un gemido. La presión de todo ese momento lo hacía excitarse aún más. Pero no podía controlarse. Al contrario, sus labios empezaban a recorrer espacios que nunca antes había logrado probar en el cuerpo de ella. Presionó una vez más y salió de ella. Volviendo a entrar con fuerza. Moviéndose sobre su cuerpo. Llenos de gemidos. Jadeantes. Gritando fuerte cada pequeña cosa que sentían. Entrelazaron las manos y bajó poco a poco por su cuerpo. Llegando a su cuello. A su pecho. A sus senos. Probando uno de ellos y metiéndoselo a la boca como un delicioso caramelo. Sintió como Gabriela le abrazaba la cintura con las piernas. Se las tocó. Acariciando sus muslos totalmente hambriento. Era totalmente deliciosa. Cada centímetro de su pequeño cuerpo. Bajó un poco más en ella, logrando así llegar a su vientre. Chasqueó la lengua y subió la mirada para dedicársela a Gabriela. Se miraron. A pesar de la oscuridad de la noche, las miradas no perdían su color. Eran las mismas, picantes, tan propias de ellos. Besó el vientre de Gabriela mientras esta ser retorcía y elevaba las caderas como agradecimiento, solo haciendo que la boca de Federico se viera alentada a continuar con lo suyo, pero más intensamente. Así que lo hizo. Tocó el monte de Venus con la lengua. Sin embargo el sexo de ella estaba lo suficientemente sensible como para recibirla. Por su parte, hizo la cabeza para atrás, deseosa de escucharlo jugar con su lengua haya abajo. Poco a poco fue sintiendo como las manos de él le tocaban la espalda y le abrazaban las caderas, sin dejar que sus labios se contuvieran en besarla. Al contrario, era su bocado favorito.- Sos deliciosa... - dijo al regresar a su misma altura. Besó su cuello. Su mentón. Sus mejillas. Todo en ella hacía que su cuerpo se volviera vulnerable.
- ¿Me perdonaste perdonado ya? – logró preguntar ella.
- Sí, yo creo que sí. – sonrió y se inclinó un poco hacia adelante. – pero no voy a aceptar que vuelva a pasar ¿sabes?
- Sí, mi amor. – la miró sutilmente desde abajo. Aquello no hizo más que tensar a Federico de nuevo.
- Cuando te vi sabía que esto pasaría... - le besó le boca, aun estando sobre ella.
Gabriela le abrazó el cuello, elevando sus senos y haciendo que choquen sobre el pecho de Federico. Una erección rápida. Un beso. Varias caricias.- ¿Qué? – le preguntó ella.
- ¿No me recordas?
Entrelazaron sus piernas y a la misma vez las sábanas.
- ¿Debería? – sonrió y le besó una mejilla.
- Deberías...
- ¿Por qué?
- Porque yo sí recuerdo la primera vez que te vi.
- Pero...¿Cuándo?
- Me gustaste tanto que tuve que hacer algunas cosas al regresar a casa...
- ¿Cosas como qué?
- No querrás saberlas.
Ella enarcó una ceja. Al observar el semblante de Federico y aplicar un poco de lo que conocía de él, se imaginó lo peor.
- Y no dejé de pensar en vos.
"Kiss me" terminaba. Solo quedaba la última canción de aquel disco: "Give me love".
- ¿Cuándo? – repitió ella, en pequeños susurros.
- Es mi secreto, gatita. – le besó los labios suavemente, susurrando algo en medio de aquel beso. – mío.
- Dale, decime... - le pidió Gabriela.
- No es importante...
- ¿Cómo qué no? según vos fue la primera vez que nos vimos...
- Vos no me viste.
- ¿Qué?
Las risas de Gabriela se escucharon en medio de la noche, sin entender nada. Y no sabría nunca sobre aquel momento.
- Tengo frío. – susurró ella después de unos segundos intentando recordar el momento que Federico le describía.
- Déjame ayudarte... - un pequeño beso la sorprendió sobre uno de sus senos. Abrió un poco más los ojos y se rio de la imagen que podía divisar. A Federico entretenido entre sus senos y acurrucado como un niño pequeño. Este levantó la mirada. - ¿mejor? – dijo después de atraer las sábanas y abrazarle la cintura.
- Mejor. – confesó ella.
"Dame amor como nunca antes
porque últimamente
lo he estado anhelando más"Ambos se dedicaron a escuchar parte de la canción. De pronto, Federico rompió el hielo.
- Gracias. – susurró.
- ¿Por qué? – preguntó ella.
- Por aceptarme así... tal y como soy. – soltó un respiro y no quiso subir la mirada para encontrarse con ella. – sé que es difícil Gaby, yo más que nadie lo sé, pero no voy a fallarte de nuevo.
Gabriela asintió silenciosamente, Federico pudo sentir su pequeño cuerpo moverse debido a eso.
- Créeme, por favor...
- Te creo Fede.
- Quiero decirte algo. – susurró tímido. Gabriela metió sus dedos entre su pelo, acariciándoselo.
- ¿Sobre qué?
- Nosotros. – él subió la mirada.
Aquella palabra hizo que la piel de Gabriela se erizara.
- Quiero irme. – empezó. – irme lejos de aca, empezar desde cero, ser otro... pero no estoy seguro si podré hacerlo sin vos.
"Todo lo que quiero
es el sabor que permiten tus labios" – Ed Sheeran/ Give me love.
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TENTATION | TOSCALIA
ActionJamas pensó que enamorarse, le costaría tan caro. ADAPTADA Derechos de autor a: @SKYNOTHELIMIT