Ultimos Capitulos
- Así que te vas... - sonrió Adriana con un aire de ternura. Gabriela asintió con la cabeza, aún con muchas ideas en la mente. - ¿y a dónde?
Gabriela levantó los hombros. ¿Y qué más daba? Jamás se había atrevido a hacer este tipo de cosas. A arriesgarse de esa manera con alguien. A ser rebelde. A hacer lo que quisiera. Jamás había pensado que su vida se volvería tan liberal de un momento a otro. Sobre todo ella, que nunca había pensado en desafiarse de tal forma. Ella. La correcta Gabriela Toscano ¿irse con un tipo que le ofrecía una vida llena de aventuras y sin preocupaciones? Gabriela Toscano, la formal y correcta Gabriela... ¿olvidarse del mundo y empezar a vivir la vida? Ella misma no se lo creía. Y es que solo había hecho falta un poco de él en su vida. poco de fuego en su vida. De peligro. De acción. Un poco de Federico en su vida, para que esta empezara a disfrutarla realmente.
- Federico es mi puto ídolo... mírate, ya no sos tan mojigata. – bromeó Adriana. Gabriela la miró mal y le lanzó un almohada levemente hacia el rostro.
De un momento a otro, un brutal ruido interrumpió la charla entre las dos. Gabriela se puso de pie. La puerta de su departamento era tocada con una infinita fuerza irracional. Ambas se miraron. Adriana también se puso de pie totalmente alerta a lo que pasaba.
Un golpe más. Y otro. Aquella puerta podría caerse en cualquier momento si la fuerza de quién tocaba seguía constante.
- Ábrime... - rogó Federico detrás de la madera maciza de esta. Gabriela pudo escuchar su voz. Abrió los labios y rápidamente abrió la puerta de su departamento.
La mirada de Federico hizo que Gabriela temblara interiormente. Era increíble como con tan solo una mirada podía transmitirle tanto. Tenía los pómulos tensos, al igual que su cuerpo entero. Y en aquellos ojos... no podía notarse más que ira abarrotada en su interior...
- Fede... - susurró ella. Ninguna otro comentario se le podía ocurrir en ese momento. Le provocaba hundirse en cualquier lugar antes que verlo mirarla así.
- Te llamo despues... ¿dale? – dijo Adriana. Pero ninguno de los dos le prestó atención. Esta salió rápidamente del departamento de Gabriela, dejándolos a ambos completamente solos.
- Veni... - ella le tomo de las manos. A penas pudo entrelazarlas con las de él por lo tenso que se encontraba. Lo llevó hacia adentro y cerró la puerta de su departamento. Pero Federico seguía sin hablarle. - ¿estás... estás bien? – le preguntó ella. Sus ojos lo vieron darle la espalda por un buen rato, mientras tomaba aire y trataba de asimilar las cosas. Pero no podía, hoy y como siempre, su carácter ganaría. – Federico... - Gabriela pasó sus dedos por entre la espalda de este. Federico se volteó de inmediato al sentir el contacto de las manos de ella en su cuerpo.
- ¿A qué estás jugando? – le preguntó completamente irritado. Y cuanto le dolía hablarle de esa manera, pero necesitaba saber la verdad.
- ¿Qué?... - Gabriela frunció el ceño.
- ¿A qué mierda estás jugando Gabriela? – le preguntó de nuevo. Esta vez sus palabras dolieron un poco más. Era la primera vez que ella lo veía en ese estado. Federico caminó de un lado para otro. "Cálmate" se repetía interiormente, pero aquello no ayudaría. - si me querías a mí... detrás de una puta celda, me lo hubieras dicho.
- Fede yo no...
- ¡Cállate! – le gritó. Ella abrió un poco más los ojos. A su vez, estos se llenaron de lágrimas. - ¡Cerra la boca, cerra la boca! – le gritó una vez más, cubriendo su cabeza con las manos. La voz se le quebró de inmediato. Cerró los ojos y estos, hinchados en lágrimas, no hicieron más que hacer brotar toda aquella ira que tenía acumulada. Las lágrimas le cubrían las mejillas ahora. Al notarlo, se volteó para darle la espalda a Gabriela. – carajo... - se quejó, y se limpió las lágrimas con fuerza. – si querías verme a mí pudriéndome en la cárcel lo hubieras dicho desde un principio Gabriela...
- Yo no...
- ¿Vos no qué? – le preguntó volteándose. Alzó los hombros y respiró con dificultad. Tenía los ojos inflamados. Gabriela tragó saliva. Dolía muchísimo más verlo de esa manera. Tan desesperado y sin saber cómo expresarse. Tan dolido. Tan lleno de furia. – Mataron a Martin. – le dijo mirándola a los ojos. Su mandíbula empezó a temblar, lloraría en cualquier momento. – Murio y todo es por tu maldita culpa. Vos, vos... siempre vos... - se quejó y movió los brazos desesperado. La garganta de Gabriela se envolvió en nudo aún más grande. Su pequeño corazón se estrujo. – un puto policía le disparó... - dijo. Tragó saliva y se volvió a Gabriela para dedicarle una de las miradas más hirientes que podía transmitir. – un policía que iba con tu buen amigo Max de copiloto en su auto...
Ella abrió un poco más los ojos. Mierda. No podía ser cierto... no podía haber sido tan tonta...
- Te lo puedo explicar...
- ¿Qué vas a explicar? – gritó de nuevo. - ¿¡Qué!? – gritó con fuerza. Gabriela se dio media vuelta, envuelta en lágrimas. – si todo este maldito juego es por mí, no tenían por qué meterse con mi mejor amigo.
- No tenes idea de lo que decis...
- ¿En serio? – sonrió sarcástico. - ¿enserio no tengo idea de lo que digo? ¿acaso no sos vos quién beso a Max y le contode mí?
- ¡No fue como vos piensas! – gritó Gabriela, completamente desesperada.
- ¿Entonces cómo fue? – respondió él, uniéndose a sus gritos.Y un silencio se abrió entre los dos. Un silencio lleno de lágrimas y jadeos de parte de ella. Y Federico, viéndola ahí... llorando tanto por su culpa, no le provocaba más que largarse e irse a otra parte en vez de seguir hiriéndola. Pero no podía. Debía desquitarse. Pero no notaba que lo estaba haciendo con la persona equivocada.
- Por tu culpa Martin está muerto...
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TENTATION | TOSCALIA
ActionJamas pensó que enamorarse, le costaría tan caro. ADAPTADA Derechos de autor a: @SKYNOTHELIMIT