Capitulo 15

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Federico estacionó su auto. Acostumbraba ir al mismo bar casi siempre con los demás los viernes.

- ¡Mira quién llego! – gritó Gonzalo. Todos se voltearon a mirarlo. Era el único faltante.

- Hasta que te decidiste venir. – se quejó Martin.

- ¿Dónde estás metiéndote estos días? – protestó Sebastian.

Federico se limitó a no responder. No quería que nada le arruinarla la noche.

- Ya... no jodan al pobre Fede. – puso una mano tras su hombro. – te quiero presentar a alguien. – lo hizo voltearse. – no tenes que agradecerme. – una morena le dedicó una sonrisa.

- Te he dicho que no me gusta que...

- Ya, ya... ¿por hoy, dale? Celébralo Fede. Ya no sos un niño.

- ¿De qué burdel la sacaste? – le preguntó frío. – te dije mil veces que no me gusta que me traigas a tus amigas.

- Lo hice por vos. Mírala. – le dijo. Federico apartó la mirada, pero poco a poco... la volvió hacia a ella. Tenía que admitir que tenía unos senos increíbles. Y ese vestido negro la hacía ver espectacular. - ¿es linda, no?

Federico se separó, haciendo caer la mano de Gonzalo de su hombro.

- Te dejo ¿dale? Depende de vos, ahí está la puerta por si queres irte. – lo miró despectivo. Sabía que no se negaría. Se apartó de él, desapareciendo junto a los demás en otra mesa del bar. Las mujeres de ellos aparecerían en unos minutos.

Y ella se acercó a pasos lentos. Federico tragó saliva. Con esas ganas que traía de tener sexo... ¿Por qué no?

- Soy Katrina. – le dijo ella. Federico asintió. Se fijó de nuevo en sus senos. En uno de ellos, sobresalía un tatuaje en forma de anillo.

- Federico. – se presentó cortante. Ella soltó una risa al darse cuenta de lo que Federico miraba sin discreción.

Se le acercó un poco más, susurrándole algo al oído que hizo que el miembro de Federico cobrara vida. Los centímetros se hicieron cortos. Federico endureció los pómulos. La erección volvió. Tenía las mismas ganas de hace un rato. Aquello que no había completado con Gabriela, lo completaría esa noche con otra.  



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